Pisando Fuerte No.83 Elecciones 2016... ¿El final de una cruel historia?

Pisando Fuerte No.83
Elecciones 2016... ¿El final de una cruel historia?
Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera

Expectamos con singular detenimiento, que estas elecciones para renovar el mandato presidencial y las reservas congresales, han derivado en una suerte de menú, tipo máquinas de casino o apuestas caballescas, donde todo es posible, dada la densidad y rutina tendenciosa existente, léase copias programáticas,”made in” internet, (al estilo de copy-paste pre universitario), contrabandos ideológicos, desaciertos de propuestas, candidatitis casi bufonesca, donde todo es posible, todo vale y todo está permitido.

Las promesas expresadas en los denominados planes de gobierno, en algunos casos son de muy buena racha y voluntad, pero bajo la lupa de la duda, y las preguntas de los últimos tiempos, como, por ejemplo, ¿Y cuando llegan... cumplirán?, ¿Y todas las bonitas cuitas y lisonjas del noviazgo electoral... se harán realidad en el matrimonio formal del gobierno quinquenal? .Sabemos del cinismo, que ronda la política en el Perú, desde la denominada “Primavera democrática”, post gobierno militar, que tuvo una Constituyente variopinta en 1979, con un producto (anótese, Constitución ), que, a las justas duró 10 añitos, menos que una , siquiera, adolescencia feliz, para luego entrar a los vericuetos insondeables de la desfachatez autocrática, muy bien disfrazada (Y ahora copiada) de “Renovación y cambio” “de continuidad democrática” , que duró diez largos y dolorosos años, que bajo el pretexto del “terror senderista” y “la crisis económica galopante” muy bien monitoreada y ejecutada por el inefable mozallón de ego colosal, Alan García en el quinquenio del desastre 1985-90, nos endilgó a un Fujimori, corderillo a sus inicios y feroz lobo en sus finales, que incluso se almorzó la teoría constitucional y se endilgó la suya propia, en la hoy usada y vociferada Constitución de 1993, cuando no, siguiendo a sus maestros alanistas, en la técnica para embolsicarse millones de dólares del erario nacional al bolsillo.

Lo que ha venido después, es historia conocida, un aventurero Toledo, que endulzó a las huestes izquierdistas sobrevivientes de la debacle ochentera y a otros sectores, siempre vigilantes, pero nunca gobernantes, para con su “mito” de la Marcha de los Cuatro Suyos, se entorchara en Palacio de Gobierno, 5 años más, no sin antes un previum “de dignidad” con el finado Valentín Paniagua y luego cual pesadilla churrigueresca-kafkiana volviera García, ahora más redomado y perfeccionado, en las mañas y triquiñuelas de la política cundera y achorada, que comienza a hacerse realidad en la vida de los peruanos, para luego, en tránsito a su despedida y desaparición, la asonada “esperanzadora” de Ollanta, que en el imaginario sufrido de nuestra ciudadanía, “era el militar que iba a poner orden” “el Pinochet libertario e izquierdoso que necesitamos” cual hibrido , propio de una maniobra del Dr., Frankenstein, y, cuyo desenlace, ya conocemos y avizoramos, y, que marcó la derrota total de la concepción de la actividad política, como forma de servicio al buen gobierno, como mandato imperativo de principios, ideales y propuestas de desarrollo en bien de la colectividad, para aterrizar en el “Familión”, mezcla de ayllu citadino y deforme  con logia mafiosa, que se apoltrona fácilmente en los senderos del poder fáctico y hace fortuna (Nunca explicada en términos de verdad) ,a imagen y semejanza de sus antecesores en estos tremebundos 35 años, donde se arruinó muchas esperanzas y planes de vida de muchas generaciones, acentuando sin piedad todos los jinetes de la apocalipsis social, acótese, pobreza brutal encubierta y maquillada, por los “estadísticos” de turno, desempleo permanente y estructural, ahora vituperado en la denominada “informalidad” que bordea el 75%, solo comparable con republiquetas incipientes de África y Asia, delincuencia a raudales, cada vez, más feroz, sangrienta y hace rato, dueña de espacios vitales de la sociedad peruana, desnutrición crónica, derechos de trabajadores hechos trizas, con un movimiento sindical, casi inexistente en términos de poder real e influyente, imperio absoluto de los designios de la corrupción, en todas las esferas y dimensiones de la nación y el Estado, juventud abandonada a su suerte, donde los programas ofrecidos para su “despegue”, son verdaderos saludos a la bandera, desprotección social y abandono de millones de personas, tanto mayores, como las que comienzan a serlo desde los 30 años(No olvidemos que “oficial y técnicamente” la juventud termina a los 29 años), economía maniquea y entregada a los designios de los barones globales financieros y transnacionales, que hacen de nuestro país, una isla imaginaria, aquella de cuentos y series burlescas, donde no tenemos inicio, ni final, sólo somos, eso, un reflejo, una imagen, jamás una realidad, siempre como pieza de un fatal ajedrez, donde solo abastecemos alimentos, gente y recursos naturales, para que la “felicidad” llegue siempre al Norte del Mundo, aunque en el sur (hemisferio en el cual sobrevivimos), estemos sujetos a un futuro sin nombre y un rol eventual y anecdótico de desarrollo

Si pues, tenemos que votar en Abril (si no… multa), en lo que debiera ser un hito de caída del péndulo lacerante de la política peruana, aunque no descartado de nuevos sufrimientos y tenaces luchas por la libertad y una auténtica democracia representativa y plena de participación, y abra, ojalá, un nuevo período, por lo menos , intentarlo, de nuevos caminos, de un futuro justo y más vivible, aunque, como se ve, la tarea es muy difícil, porque cubre y encubre, estructuras nacionales decadentes, asentadas en granito perverso, acumulado en el tiempo de inercias y desesperanzas, degeneración valorativa-humana, y,  retos de consecución de soberanía , con derecho a ser independientes y auténticamente libres, que redefina nuestra identidad de país, reivindique nuestra capacidad de transparencia y dignidad, en relación a la hegemonía mundial vigente, pero , no intocable, ni desechable.


Debería decirse, cual evento deportivo, que gane el mejor, pero pienso con realismo, que ganará lo que queda de ambivalente y necrosado del modelo actuante, e, insisto con terco optimismo, que en medio de lo que se viene, sin descartar fuertes remolinos sociopolíticos, está latente, gestante y vigente, el nacimiento de un nuevo y anchuroso camino de reconstrucción, que nuestro país necesita. ¡Palabra que si…! , corriendo el riesgo, que la opinologia de las capillas del pensamiento ortodoxo, agotado y enfurecido en el escepticismo nihilista me digan lo contrario.

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