Pantallazo
No.44
Por: Marcial Guillermo Pérez Herrera
Dos de
Mayo y Alrededores un Micromundo de Lima
Te embarcas proletariamente en tu
“combi” LIMA-CALLAO, y, sigilosamente sueltas tu “chinita” a la cobradora o
cobrador (igualdad de género), enronquecid@s por la faena diaria del ¡lleva,
lleva, Callao, Callao! y ¡Zas!, con rumbo a la Plaza, más popular y “populorum”
de Lima, la inquieta.
Como es costumbre, te dejan
varado casi dos cuadras antes del puerto escogido, y, echas plancha (caminas),
en medio de gente de todos los ritmos, gustos y colores, caminando cual “Correcaminos”
aparentemente apurados, presurosos, pero, en la mayoría de los casos, son como
animas sin rumbo, tal vez, ilusionando, al tiempo, para que pase más raudo,
desechando la frustración oculta o calmando la ansiedad de un empleo que no
llega o tal vez, circundando algún rumbo intermedio y final sin nombre,
incógnito y tremebundo. Cierto, no es mi caso, yo, como que estoy horadando,
perfilando, aromatizando las narices, de este encuentro de todos los días para
unos y de efímeras puestas como es el presente susodicho.
Primer requisito de avance
peatonal, estar “mosca” (alerta), mirando de reojo, con algo de “tumbao”, ante
cualquier sorpresivo “arranche” de lo poco que tengas en el bolsillo o en tu
hombro, o en tu mano, o en tu mano, si tuviste la “mala leche” que te timbraran
el celular, esto, sin ser norma generalizada, es elemental, pues la zona, como
que tiene fama de furtivamente peligrosa.
Cumplida la prescripción, proseguimos, algo lentamente, el cuerpo no
está para Rush, después de la ulcera, el hígado graso y otras desventuras, léase , vómitos de todos los colores, dolores sin nombre, en las partes bajas y toda
suerte de suplicios, a los cuales, me sometió la mamita naturaleza, días atrás,
(¡Qué estaré pagando…! Diosito).
De arranque un tránsito endemoniado, con todas
las irregularidades habidas y por haber, a pesar de existir vigilantes policías
de tránsito, que están en todo, menos en lo que le interesa al sufrido
ciudadano, una Plaza, bonita de arquitectura, luciendo uno de los frontis, cual
penacho desafiante, una torre totalmente deteriorada producto de un mortal
incendio, y, allí está, cual si no existiera, seguro esperando caerse encima de
sufridos caminantes, en cualquier momento, con heridos y muertos y todo aquello
que le encanta a la tinta roja y morbo visual, de medios de comunicación, cada
vez más convertidos, en truculentos mensajeros de muerte, desolación podredumbre,
sadismo y decadencia mental. No falta, cual, tradicional y épico monumento, la
Banderola “Paro Nacional” de la Secta Sindical, que también puede ser mañana “NO
a la Reelección” o “Ollanta te queremos” o luego “Ollanta te odiamos” y así
todo tipo de marquesinas, que reflejan lo ambivalente y cambiante talante de
los dueños del negocio.
Hartas y masivas casas de
instrumentos musicales, curanderos, lectores de mano, juguerias al paso,
lustradores en la clandestinidad, perseguidos por sus opresivos gendarmes,
hotelillos, con discreto aviso “10-20 soles por horas, agua caliente, full tv
cable y buena cama”, sugestivas matronas, algo agotadas por el tiempo y el trajín,
susurrando a los curiosos oídos, de sus potenciales clientes, “Te hago rico
papito, sin apurar” o “Baratito nomás, trato de pareja” y así todos los
encantos de sirena, para enganchar al punto del día y seguramente a su hambre o
menú, que le corresponde, después de largas horas de ejercer, sin éxito el ”marketing
prostituto”.
Más allá todo tipo de
micronegocios, restaurantes al paso, con una oferta variadísima de menús, cocheras guerreras, puertas cerradas de los que en la noche serán trashumantes “clubs
nocturnos” con chicas incluidas, la mayoría migrantes, personas mayores ubicadas,
alternamente, pidiendo una platita, una limosna, algo para “mitigar” su doloroso
trance, y claro camionetas del Serenazgo de la Municipalidad, haciendo, no se sabe
que, ¿Viendo el orden público’, ¿Pillando a los/as prostitutas/os? ¿Cuadrando a
los presumibles ladronzuelos?, pues no, en muchos casos, NADA DE NADA, casi
dormitando, siesteando y ganándose el sueldito del Estado, que le pagan los
sufridos vecinos de la gran capital, en los tributos, en las tasas, cuando no
en las “persecuciones” del temido y letal SAT (Administración Tributaria Municipal).
Y así, uno y otro caminante, insisto,
siempre people transitando, sabe Dios donde, siempre todo en movimiento, como
si no existieran lugares para la estadía, como si se estuviera apostando, por
uno o por otro, que “Cambie su suerte” o que “Si se es martillo, del cielo le
lluevan los clavos”, mientras unas agraciadas estudiantes, despreocupadas ,
casi relax, de una Universidad , caserita de la zona, pasan con audífonos, casi
bailando solas, absortas, despejadas de preocupación aparente, encerradas en el
sonámbulo discurrir del autismo electrónico/virtual, que hoy hace más inane,
anónimo y deshumanizado al ser humano, la contradicción en la contradicción, el
vivir sin quererlo, el querer ser más humano, sin renunciar a ser robot, es
pues, el Micromundo, el pequeño átomo de una sociedad dispersa, terriblemente egoísta,
lastimeramente anónima, aun cuando, quienes la integran, tienen cromosomas y
genes completos, ese es pues, el detalle que tiene nombre y que paradójicamente
se llama DOS DE MAYO, fecha al fin , epopeya dedicada, a quienes creyeron
extirpar el colonialismo, que venía en frágiles barcos y con baterías
obsoletas, sin saber que pasado el tiempo, regresarían con billete en mano,
acciones financieras, en vez de espejitos; celulares, en vez de regalitos exóticos,
acciones de Wall Street, en lugar de espadas y mosquetes. ¡Así estamos!
¡Hasta la próxima caminata
denodados lectores y vigilantes blogueros!.
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