Pantallazo No. 45 : Tan Cerca… y… Tan Lejos

Pantallazo No. 45
Tan Cerca… y… Tan Lejos
Por: Marcial Guillermo Pérez Herrera


Tan Cerca y tan Lejos, contradicción humana, desde siempre, almacenadora de esperanzas, frustraciones, encuentros y desencuentros, ideales perdidos amores comprimidos y desertores, lejanas aspiraciones y olvidos sin cesar de pasados lacerantes y ansias reprimidas.

Tal vez, apenas, comenzamos a tener uso de razón nos enfrentamos a esta parabólica indecisión, nutriéndonos de sus escapes, haciendo experiencias , tal vez desde muy temprano, al iniciar el camino inescrutable de la vida, acompañante preferida, en los momentos de reflexión, victoria postergada o deprimida derrota. Aplicada permanentemente al transcurrir de la existencia, en cada apronte o escenario, que nos toca vivir, con desencadene o pasiva latencia, o, quizás, combinando los avatares con las deliciosas combinaciones de placer, que nos brinda alucinante, el sentido de ser mortales, cual, Prometeos encadenados, disfrutando de la materia y perdiéndola dolorosamente, día tras día.

Y vaya sus aplicaciones, for example:
Tan cerca de ser tuyo y tan lejos de no poder serlo; tan cerca de haber podido llegar a tu vida y tan lejos de poder hacerlo, por tus desvaríos y lontananzas, tan cerca de llegar a la meta y tan lejos, porque es solo una ilusión, tan cerca de tu corazón y tan lejos de tu mente, siempre extraviada en los sinsabores del sufrimiento; tan cerca de los deseos y tan lejos por la violencia de las realidades excluyentes, tan cerca de ser felices y tan lejos de poder serlo.

Y así, una y otra vez, zigzagueantes y diletantes, por el corsi y recorsi de la historia presente y futura, alimentando lamentos, pero, seguramente nutriendo esfuerzos y marcados desenlaces , llorando y riendo, musitando miserias y alentando riquezas, despreciando la enseñanza del pasado y repitiendo anómicamente los errores del mismo, tejiendo futuros con fruición suicida y despreciando los presentes, de a de veras , evidentes e inmanentes, tremendamente acompañantes del despertar del silencio.

Caramba!, y si lo vas aplicando, este apotegma, a los vaivenes del realismo, de los “Nichos” o “Hinterland” esenciales del querer y aspirar, que dolientes pueden aparecer, en política, teatro social o simplemente, megalomanías no declaradas, tal vez, sofismas mitómanos, propios de fáunicos quehaceres, se enriquece sin querer, queriendo, pues, allí tenemos algunos “dramas”:
Tan cerca de ser Congresista  Coqueto y “Vagoneta”(Ocioso) o Presidente de la República y tan lejos de poder serlo, porque mi partido político no representa a nadie, o no tiene “un padrino Maiman” o Una cajera Nadine o un  capo en narco indultos y coimas transoceánicas, tan cerca de que sea mi novia y tan lejos, porque ella aparece en COSAS (revista frufrú del jet set hispánico global), tan cerca de ser un futbolista famoso, millonario, y tan lejos, porque sólo soy , uno, entre miles, de los ilusionados, tan cerca de ser artista de la tele, “siquiera” de “reality” y tan lejos porque “no soy gringuito, musculoso y con las justas acabé la secundaria”; tan cerca de tener harta plata , rapidito nomás, pero, tan lejos, porque ya me madrugaron quienes “la saben hacer”, aun cuando, sean aliados de toda laya de tropelías y siniestros negocios, tan cerca de Dios y tan lejos porque me acuerdo de Cipriani.

Pero, no desanimarse, la frasecita da para más, en positivo, en empático, resiliente y asertivo, y vaya que sí, tan cerca de separarme  de ti y tan lejos porque nos amamos demasiado, tan cerca de hacer estupideces en mi cuerpo y alma y tan lejos, porque me enseñaste a quererte y a quererme, tan cerca de perder la fe y tan lejos, porque acercarme a Dios, es cosa de naturaleza humana y sensible, no el entredicho complicado de los sistemas y estructuras religiosas; tan cerca de derrotarme, de abandonar la lucha, y, tan lejos, porque me tendiste la mano , sin pedir nada a cambio, besaste mi frente con frenesí , dándome , tal vez una parte de tu ser, tan cerca de creer que nada ya, se puede hacer , y tan lejos, porque en cada rostro de los niños que quiero, de las mujeres que adoro, de los hijos que beso, de los rostros alegres y animados, de quienes recuperan la esperanza, la palabra hecha obra, encuentro las fuerzas necesarias, revitalizantes e imperecederas que necesito, para seguir en el camino, tal vez, más fuerte que ayer, y, más feliz , que siempre.


Hasta lueguito, amigos y amigas, (cambio el chip, el orden de los factores no altera el producto… ¿O si lo cambia?...en fin)), tan lejos físicamente de ustedes y tan cerca a través de esta maravilla llamada virtualidad, internet o mejor dicho, “Cercanía Permanente”

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