Gamarra desde la perspectiva de sus trabajadores

Gamarra desde la perspectiva de sus trabajadores


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Paradigmas ampliamente discutidos han sostenido que el camino para el desarrollo y la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, especialmente los autoempleados y los asalariados mype, pasa por superar la contradicción entre el capital y el trabajo, entre el empleador y el empleado. No obstante, para el sociólogo sanmarquino Moisés Rojas Ramos lo importante es, por el contrario, buscar salidas de consenso y coexistencia. Ese es el desafío. En ese sentido, la obra compilatoria, de la cual es editor, Gamarra invisible. El principal emporio del país desde la perspectiva de sus trabajadores (Fondo Editorial de la UNMSM, y Consensos y Estudios Sociales, 2014)alienta el debate sobre esos temas, desde el caso de Gamarra.
"La deuda con el desarrollo y la calidad de vida de estos sectores es una contradicción, ya que mientras la precariedad se ha convertido en una forma natural de existencia, el país crece económicamente y sin precedentes", señala Moisés, al momento de recordar que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 65% de la PEA en el Perú es informal, lo que muestra que nuestro más grave problema es la calidad del empleo.
 A decir de Rojas Ramos, Gamarra es probablemente el fenómeno económico y social contemporáneo más complejo y significativo de nuestro país. "Ha sido resultado de la migración interna, del desempleo, del ingenio de los que sin darse cuenta se convirtieron en sus fundadores. Al ser un cluster de iniciativas individuales y al margen de lo oficial, se sostiene en un tipo de vínculo basado no en documentos escritos, sino en la confianza de la palabra hablada. No se parece casi nada a un proyecto planificado", anota.
El mundo laboral de Gamarra, añade, se caracteriza por ser principalmente asalariado mype y autoempleado, tipos de trabajo que hacen de este conglomerado comercial y productivo un caso significativo en nuestro país. "El empleo en Gamarra es una forma de ingresar a temas generales que siguen sin un debate serio y una acción consistente".
Esta obra compilatoria fue presentada el 25 de marzo en el Salón General del Centro Cultural de la UNMSM.
 Aportes
Y es que esta publicación amplía e integra el aporte sanmarquino a un colectivo más amplio de investigadores y estudiosos del mundo del trabajo, la empresa, los actores sociales y las culturas del espacio en estudio, "que han contribuido a ubicar los desafíos teóricos, metodológicos y temáticos centrales de las problemáticas en cuestión".El Dr. Jaime Ríos Burga, director de la Escuela Académico Profesional de Sociología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), recordó que "este esfuerzo creativo sigue la línea de publicaciones de Moisés Rojas, tal como su primer libro La experiencia de compra en Gamarra. Aportes preliminares, trabajo pionero de sociología de la empresa y el consumo, al que se suma hoy otro aporte central para la sociología peruana".
Adelantó que luego de este esfuerzo creativo se han planteado un nuevo desafío en la Escuela de Sociología: profundizar la implementación del observatorio del mundo del trabajo y de la empresa de Lima, teniendo como uno de sus centros estratégicos el espacio invisible y visible de Gamarra.
Cultura del hacer
Para el semiólogo Eduardo Zapata (PUCP), docente de la UPC y de la Escuela de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres, las lecturas que se hacen desde el discurso oficial dicen que quieren incluir a Gamarra; no obstante, aseguró, Gamarra no quiere incluirse. "Ellos no están interesados en la fiesta del Perú oficial, ellos tienen la suya propia. Las aspiraciones de los gamarrinos no tienen nada que ver con las de la clase media tradicional. En términos aspiracionales, son un residuo de la clase dirigente", aseveró.
Desde una perspectiva semiológica y de sus culturas, señaló que Gamarra es producto de una "cultura del hacer". "La característica fundamental que tiene esta cultura está definida por el 'yo hago', que se opone a la 'cultura del ser', que es la cultura escribal. En la cultura escribal las cosas 'son' y, consecuentemente, 'deben ser'. En las culturas orales no existe el 'ser'. Para ellos, en cambio, algo puede ser hoy y mañana será lo otro. Lo que importa es el resultado del hacer", indicó Zapata.
Según dijo, la incomunicación que existe entre el Estado y Gamarra se debe a la incapacidad del primero de entender el mundo oral, así como el electronal, que también es propio de la "cultura del hacer". "En el mundo electronal los hombres y mujeres se reinventan todos los días. Yo diría que Gamarra surge de la oralidad y se va entroncando gradualmente en la electronalidad, pero ninguno de esos dos haceres, ni el originario ni el prospectivo, tienen que ver con la 'cultura del ser'".
Por otra parte, enfatizó que mientras en el mundo escribal el concepto de subordinación es clave, en el mundo oral y electronal reina la yuxtaposición. Asimismo, Gamarra vive lo que denominó "inflación lingüística", es decir, el hecho de que existan muchos signos sin referentes, lo que genera una pérdida de fe en los signos. "El mundo oficial no representa nada para ellos. Es el no Estado". Agregó, a guisa de ejemplo, que las palabras del mundo oficial tales como "remuneración mínima vital", no suenan a nada "porque no son realidad".
En cuanto al concepto de representación objetiva, que va desde el presidente que representa a la nación y el congresista al pueblo, sostuvo que en el mundo oral no existe. "Yo creo que el concepto de representación que tienen en Gamarra es subjetivado. Propio de las culturas orales. Es decir, existe en la medida en que nos convenga a los dos, a los involucrados, y a va depender del paso específico que demos", manifestó.
Además de los nombrados, participaron en la presentación de Gamarra invisible Guillermo de Vivanco, presidente del Patronato de Gamarra; Michel Azcueta, presidente de la Escuela de Gestión Municipal y exalcalde de Villa El Salvador, y Julio Gamero, economista y docente de la PUCP. 

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