Ingresos laborales y las mujeres

Por : Carolina Trivelli
Una vez más aprovechemos el día internacional de la mujer para recordar que la fecha no se trata de celebrar ni saludar a las mujeres, sino de tomar conciencia y acción respecto a las persistentes desigualdades que enfrentamos las mujeres. La OIT en su informe mundial sobre salarios 2014-2015 trae al menos 4 hallazgos sobre los que vale la pena reflexionar en este día.
Primero, como ya sabemos, las mujeres ganamos, por igual trabajo, dedicación y experiencia, menos que los hombres (discriminación salarial). Segundo, en el Perú, a diferencia de lo observado en países desarrollados, la discriminación salarial en contra de las mujeres se presenta en todos los niveles de ingreso y no solo en los niveles de mayor remuneración y calificación. Tercero, dentro de las mujeres que trabajan, hay discriminación en contra de las mujeres que tienen hijos. Es decir, tienden a ganar más las mujeres sin hijos que las madres (y ganan menos las que más hijos tienen). 
Finalmente, muestra que en el Perú además de la discriminación, las mujeres suelen estar menos preparadas o tienen menos experiencia que sus pares varones, y por ello no logran acceder a los puestos mejor remunerados.
La agenda de género en el Perú pasa por enfrentar estas disparidades. Tenemos que reducir los niveles de discriminación salarial por género y maternidad en todos los niveles de ingreso. Menos discriminación salarial se logrará con más transparencia, más empoderamiento de las trabajadoras y con políticas explícitas de contrataciones que garanticen igualdad salarial ante iguales capacidades, dedicación y experiencia. Pero ahí no acaba la agenda, pues en el Perú tenemos que lograr también crecientes niveles de calificación para las mujeres, para que podamos acceder a las mismas oportunidades que los hombres. Esto pasa por la escuela, las prácticas sociales y la promoción de esfuerzos de capacitación e inserción laboral orientadas a que las mujeres tengamos los mismos niveles de capacitación y experiencia (y remuneración) que nuestros pares hombres.


Para reducir la brecha salarial tenemos que lograr que niños y niñas se vean como iguales ante el mercado laboral. Necesitamos más mujeres en las ciencias, en las ingenierías, en puestos técnicos, en puestos gerenciales y en directorios. Más mujeres en la esfera pública y en espacios de poder, para que ayuden con esta agenda, para que den el ejemplo y para que presionen por más cambios. Si logramos reducir, ojalá cerrar, las brechas en las remuneraciones de hombres y mujeres, ganaremos en inclusión y en crecimiento. Tarea de todos, de hombres y mujeres.

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