Pisando Fuerte No. 75: La Unidad de los Trabajadores es impostergable ¡Es Ahora!

Pisando Fuerte No. 75
La Unidad de los Trabajadores es impostergable ¡Es Ahora!
Por: Marcial Guillermo Pérez Herrera

  Los últimos acontecimientos de reacción social en el Perú, caracterizados por movilizaciones masivas de jóvenes, campañas no declaradas en redes sociales, de ciudadanos indignados reclamando justicia y derechos, opiniones académicas encumbradas, han puesto sobre el tapete, que el Trabajo, es la piedra angular para afrontar, de a de veras, la situación económica y social del país, al punto de ser transversal e influyente, en los espacios de la realidad nacional.
Basta ver cifras claves, una Pea[1] de 15, 307 millones[2], de los cuales 11, 272 millones están en empleo informal y 3, 074 millones en empleo formal, la informalidad entre trabajadores que están en el rango de 14 a 29 años, alcanza el 33.3% de la PEA y de 30 a 44 años constituyen el 34.4% de la PEA, que sumados alcanzan el 67.7%, demostrándonos la juventud laboral existente, en condiciones de precariedad.
Los diversos gobiernos en los últimos 35 años, han fracasado, en su intento de generar políticas públicas que alienten el empleo, y, en la mayoría de casos han apelado a medidas flexibilizadoras y/o desreguladoras, que han desestabilizado los derechos laborales, en nombre de un crecimiento con inversión, o, un desarrollo sostenible. De haber tenido éxito en sus orientaciones sobre el tema, otros serían los resultados.
Mucha legislación , ha desbordado en la mayoría de oportunidades preceptos constitucionales, aun en lo apócrifo de nuestra Carta Magna, y, han ido contracorriente de la normatividad internacional existente , y, prescrita por la OIT (Organización Internacional del Trabajo), a ello agreguemos, la presencia mayoritaria y hegemónica de un empresariado reacio a las apuestas por productividad y competitividad, sobre la base de orientarse a innovación tecnológica persistente y articulada y recursos destinados a mejorar las capacidades del capital humano, cuando no, jaqueando a la estructura del Estado para obtener concesiones, que en la mayoría de los casos, han depredado el patrimonio de la nación, sea por las figuras de la sustitución de importaciones dólares MUC, exportaciones sectorializadas, proteccionismo frente a la competencia o concesiones a socios transnacionales, para obtener rentas y/o comisiones cautivas.
Seguramente necesitaríamos un espacio muy amplio, para detallar esta evolución negativa, pero, habrá en los próximos tramos del escenario que se nos presenta en pocos meses, mayores posibilidades de detenerse en detalles que son concomitantes a esta problemática.
En medio de este panorama, los trabajadores, se han mantenido en sus sindicatos, en sus asociaciones, gremios y otras formas de organización, que por las dificultades expresadas y la caótica inestabilidad democrática, marcada por la violencia y las impunidades , han debido mantenerse en una posición, de resistencia, casi de sobrevivencia en torno al ejercicio de su libertad para organizarse, con vulnerabilidades internas, expresadas en dispersión y entronización de modelos organizativos, que hace mucho tiempo han perdido su eficacia ,y, efectividad, para enfrentar los desafíos existentes y superar la actual situación de aparente paralización, que gana espacio , a medida que el modelo económico y socio político existente , caracterizado por su movilidad y estrategias rápidas, avanza en sus objetivos de hegemonía.
Tenemos 4 Centrales Sindicales, que en la práctica debieran asumir la representación de 3 millones de trabajadores “formales” y resolver la inclusión de 3 millones más, que se encuentran en calidad de trabajadores con relaciones laborales precarias e informales. Con apoyo y solidaridad externa sindical y aislados esfuerzos nacionales, se ha tratado desde 1998, insistir en lograr incorporar al sindicalismo peruano a trabajadores informales de los diferentes sectores, que suman 9 millones aproximadamente, con resultados, más que desalentadores. Sin embargo, este contingente, casi por su cuenta y riesgo, alejados del movimiento sindical, han desarrollado sus formas de construcción organizativa, con resultados disimiles, incluyendo, la obtención de normas legales, que los amparen, pero, que no han logrado instalarse en el mejoramiento de sus calidades individuales y colectivas, sea por la debilidad del Estado, y/o, por los intereses creados de los gobiernos de turno.
Como vemos en la vida y quehacer diario de los trabajadores y trabajadoras peruanos, estamos “out side”, fuera de sitio, con 4 centrales sindicales oficiales, otras , casi 10, inscritas en el Ministerio de Trabajo, con funcionamiento casi invisible, 2 o 3       que “Amenazan” constituirse, para aumentar la dispersión, por ende, agravar la coyuntura convertida en permanente parámetro de derrota, y, cientos de organizaciones asociacionistas de trabajadores informales en todo el país.
Tal cual dice el refrán “La fruta se cae de madura”. Es tiempo de unidad, de acercamientos, por encima de los males históricos internos, que nos acompañan como lastre insoluble.
La población, ha demostrado con su rabia, su indignación, que aún confía, en un país con futuro, con derechos para todos, empleo digno y decente. Nadie quiere ver a sus hijos, a sus futuras descendencias, acercarse a experiencias de esclavitud, so pretexto de “cambiar el país”, menos aún, estar frente a la incertidumbre de seguir precarizando e hipotecando sus energías, para luego en su vejez, no contar ,siquiera, con una pensión que vele por sus años de serenidad.
Son muchas las razones, por las cuales, hay que avanzar en unificar, en sumar, en dejar de lado las individualidades, o, aventuras de capilla,   a veces, suicidas.
Debemos escuchar el clamor de miles de jóvenes, que con su brioso ejemplo, han dado una enseñanza, in situ, sobre lo que significa, hacer del trabajo, la piedra angular del respeto al ser humano, donde cada cual, tenga lo que le corresponda, según su esfuerzo, dedicación y voluntad, sin mezquinar, ni vulnerar, la libertad, la dignidad y la justicia social, que son condiciones fundamentales para un real cambio en el Perú. Si por ser cambio, es revolucionario, bienvenido sea.




[1] Población Económicamente Activa
[2] Estadísticas del Empleo Informal , datos Relevantes Perú 2005-20011- WIEGO-CIES, 2013

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