FRAGMENTOS DE SABIDURÍA

FRAGMENTOS DE SABIDURÍA

Sabio es el hombre que disfruta de todos los momentos de la vida, que no se aliena porque sí ni sigue a la moda porque sí. Vive como a él (a ella) le gusta vivir, no como los demás quieren que viva.

El hombre sabio es libre. Actúa como su razón y su voluntad le marcan. No es esclavo de nada ni de nadie. Y lo es porque el hombre sabio busca encontrar la verdad inmutable de las cosas. La búsqueda de la verdad le hace libre.

El sabio hace, con mucha frecuencia un viaje al interior de todas las cosas, y con su inteligencia penetra la realidad. No se deja llevar por el brillo aparente de las cosas y no entra en estados de ansiedad para conseguir cosas ilusorias y que acaban pronto valiendo poco o nada. El sabio es desprendido y no se apega a las cosas o a las personas. Sabe vivir feliz con lo que tiene aquí y ahora.

El sabio es alegre y afronta todo con sano optimismo. El sabio sabe escuchar la voz del silencio. Obtiene información aunque nadie pronuncie ni siquiera una sola palabra. El sabio hace cada cosa en el tiempo que le corresponde. Vive en el presente. No ansía el futuro ni permite que su mente pierda su tiempo contemplando cosas del pasado que nunca ha de volver.

Él sabe que hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír, que hay un tiempo para sembrar y otro para recoger los frutos.

Sabiduría no es acumular conocimientos y ciencia. Sabiduría no es imponerse a los demás por la amenaza o la coacción. Sabiduría no es ocupar los puestos más notables ni gozar de un indiscutible prestigio social.

Los “sabios” y esclavos de otro (del dinero, del poder, de la fama, etc.) son incapaces de penetrar lo esencial de las cosas y no disfrutan realmente de nada de lo que poseen. Su ansiedad y egoísmo les lleva a querer siempre más y más de lo que tienen, y acaban su existencia sin haber disfrutado realmente de todo aquello que tuvieron y no supieron valorar.

El verdadero sabio se deja guiar por la Sabiduría Absoluta, que rige al Universo. A lo largo del tiempo que pasa, a través de las luchas y de las alegrías, en la calma de su interior, dónde él es rey y señor de su vida, sin depender de intereses de otros, el hombre sabio vive en profundidad y saboreando la aventura humana que le corresponde vivir.

El hombre sabio experimenta cada instante. Se adentra en la transcendencia que existe detrás de todas las cosas. Detrás de la apariencia primera e inmediata hay “algo más”, y él (ella) lo sabe.

Sabe que el huevo no es sólo la cáscara externa que se ve, sino huevo es también el rico contenido que hay en el interior de esa cáscara que actúa de envoltorio exterior. Y, similarmente a como ocurre con el huevo, el hombre sabio analiza a todos los acontecimientos que ocurren en su vida.

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