El triunfo de la oportunidad
Moisés K.
Rojas[1]
No ganamos
la alcaldía, es verdad, pero ganamos la oportunidad de mostrar responsabilidad,
trabajo y consecuencia.
Lima eligió
a ocho regidores representantes del Partido Aprista Peruano (PAP), entre los
cuales me precio de integrar. ¿Cuál es la lectura de la decisión de los
electores el pasado 5 de octubre? ¿Qué es lo que esperan de nosotros? ¿Qué sostiene
nuestra coherencia? Fueron algunas de las preguntas de la primera reunión de
Enrique Cornejo y los regidores electos del PAP. Fue el ejercicio post
electoral de regresar los pasos andados –como se debe hacer– y definir la “cancha”
de nuestro posición política. Pueden pasar muchas cosas, como siempre sucede,
más aún en nuestra irregular vida política, pero, ¿cuáles son nuestros
anclajes? ¿Qué es lo irrenunciable?
Planteo
cinco de ellos:
1. La
democracia se sostiene en las tensiones. Cuando la balanza se regula
constantemente, y no hay un triunfador permanente o natural que haga y deshaga
a su antojo, se asegura un mejor funcionamiento de la gestión pública, en este
caso municipal. La gente es sabia, eligió al político más efectivo de la última
campaña municipal como el líder de la principal fuerza de oposición. La gente
votó por el único que demostró contundencia contra el Alcalde electo Luis
Castañeda. Le dejaron al proyecto de Cornejo esa responsabilidad que se debe
reconocer, valorar y proteger, y que se ha concretado en lo primero que hicimos
público: no seremos parte de un co-gobierno. Primer anclaje: proactivos y fiscalizadores.
2. El
casi 90% de los votos le ha quitado la posibilidad reeleccionista a la actual
alcaldesa Susana Villarán. Su anti-voto fue de 70%. ¿Cuáles son los mensajes? A) Los electores han criticado el
encierro de una gestión carente de comunicación efectiva y respeto. Muestra:
una reforma del transporte con usuarios desinformados. Miles de usuarios se
quedaron literalmente en la calle. La respuesta de la MML, a partir de sus
voceros, fue ₋en síntesis₋ que todos los críticos eran unos “incivilizados” que
se oponían al ordenamiento de la ciudad. Falta de respeto. B) La ciudadanía ya no resiste un discurso/performance de izquierda
pero que en la práctica no es para nada popular. Muestra: fiscalización a
comerciantes que se confunde con erradicación violenta, incluso ritualizando la
destrucción de sus herramientas de trabajo. C) Tampoco se admite la insultante soberbia y falsa superioridad
moral. Muestra: casi toda la campaña de Dialogo Vecinal expresaba que ellos
eran los únicos, repito únicos, honestos. Ergo, todos los no afines éramos
cómplices de la corrupción. Andar uno mismo arrogándose virtudes, con una carga
peyorativa a los no afines, también ha fracasado. Siempre es mejor que la práctica
y los resultados hablen por uno o por un proyecto. D) Ha fracasado el centrismo elitista que invisibiliza el esfuerzo
de millones de limeños. Muestra: “sin mí, la ciudad se detiene”, decía por
entonces la candidata Villarán. ¿Acaso no se nota que Lima es la ciudad de los
autoempleados y de las Mypes? ¿Más soberbia? Que nadie se sienta imprescindible
cuando del otro lado se tiene a la real fuerza económica de la ciudad, a los
que la han creado incluso a espaldas del Estado. Obviarlo tampoco se puede. E) Tampoco podemos seguir con el reduccionismo
polarizador que divide. Muestra: excelente el esfuerzo de la reforma del
transporte, pero ¿todos contra Orión? ¿Eliminar a dicha empresa asegura la reforma?
¿Y los patios, paraderos y conexiones con un sistema de transporte público? La
reforma en su calidad de asunto complejo, tiene aristas que no admiten ningún
tipo de reduccionismo.
3. Más
del 50% de los limeños votaron por el “vuelven la obras”. Más allá de si
efectivamente presentó propuestas, Castañeda fue el candidato que logró
convencer de su eficiencia. Y un casi 18% voto por el reconocido candidato de
las propuestas concretas y de ejecución rápida. Susana Villarán claro que tiene
varios proyectos en marcha, pero estas llegarán años después. Durante la
campaña no pudo mostrar obras concluidas. Ese es el desafío. El electorado en
casi un 70% pide una concreción rápida. Es la política de los resultados
inmediatos. No solo es la demanda de obras, además tienen que estar ya mismo. Gestionar
el tiempo, acelerar los proyectos, también es irrenunciable.
4. La
gran mayoría del casi 18% logrado por Enrique Cornejo es resultado de crear una
relación directa entre el elector y su candidato. Votaron por Cornejo, su
carácter, su claridad, su habilidad, sus propuestas. La imagen del técnico. Logramos
convencer al grueso de los electores que era él el líder de la candidatura y
que la responsabilidad de una posible gestión recaía en su persona. Esa
cercanía -un bien preciado en nuestra
desconfiada cultura política- también tiene que mantenerse. Esos valores que
fueron reconocidos y valorados en Cornejo, es responsabilidad darle continuidad
por el grupo de regidores en su desempeño de funciones. Otro anclaje
importante.
5. El
futuro Concejo Municipal define dos fuerzas extremas: Solidaridad Nacional y
Diálogo Vecinal. Ellos polarizados. Los primeros no le perdonan los ataques de Susana
Villarán durante la campaña presidencial del 2011, los segundos no perdonan el
golpe de la revocatoria. Seguro lo primero que se verá en el Concejo será la
conformación de una comisión investigadora a la gestión de Villarán. El llamado
a la representación aprista también es a la gobernabilidad, a la institucionalidad,
a que amortigue los ataques personales cargados de rencor político. No dudo que
falten. El anclaje de mediar entre los extremos es otro rol que nos dará un
valioso protagonismo y aportará a darle más movimiento eficiente a la Municipalidad.
En resumen,
contrapesar a los 23 regidores solidarios, superar los vicios de la actual
gestión municipal, acelerar las obras, mantener la relación directa entre los
electores y el liderazgo elegido y desempeñar una mediación por la
institucionalidad y gobernabilidad, son algunos de los anclajes de nuestro
futuro desempeño en el Concejo Municipal. Y si pensamos en el PAP, haciendo un
trabajo a la altura del encargo, claro que los puntos son para la institución. Ese
es el mejor cálculo.
Es verdad,
no ganamos la alcaldía, pero ganamos la oportunidad de mostrar responsabilidad,
trabajo y coherencia.
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