Venta de las Bambas: Se asienta Inversión China en el Perú










La compra del proyecto minero Las Bambas por un consorcio de empresas chinas consolida una tendencia: la creciente inversión minera de capitales chinos en el Perú.
  Desde antes de la compra de Las Bambas, China ya era el principal inversionista minero del país, con 24% de la cartera de proyectos mineros. 
Tras la adquisición de MMG, la inversión china en el sector representa el 33% de la cartera.

SUPERINVERSIONES

La tendencia se ha expandido hacia otros sectores económicos.
La inversión extranjera directa (IED, que sólo incluye aportes de capital) proveniente de China registró el mayor crecimiento en el 2012 (+40.8%) (SE 1405).
En noviembre, China National Petroleum Corporation, la empresa petrolera más grande de China, compró los activos de la estatal brasileña Petrobras en el Perú (SE 1398).
 En junio, China Fishery Group (CFG) adquirió la pesquera Copeinca (SE 1378).
 CFG incluso anunció que continuará explorando oportunidades de compra. 
Nuevos deals en el sector  podrían avecinarse (SE 1384).
Los montos de las inversiones chinas son destacables.
 La transacción por Las Bambas es, de lejos, el deal más importante de la historia del país
 La compra es trascendental incluso para China: se trata de la adquisición minera más importante del gigante asiático, según Reuters. 
Los US$5,850 millones de la compra se acercan al monto total de todas las fusiones y adquisiciones realizadas en el Perú en el 2013 (US$6,767 millones aproximadamente,
 sin considerar los montos de transacciones mantenidos en reserva) (SE 1403).
Los activos de Petrobras en el Perú se vendieron a US$2,600 millones. 
Si bien es menos de la mitad de la transacción por Las Bambas, fue el deal más importante del país el año pasado –el monto de Las Bambas fue excepcional–
.La compra de Copeinca alcanzó los US$800 millones.
¿De dónde obtienen el dinero? 
La mayoría de empresas chinas en el sector minero peruano,
 así como China National Petroleum Corporation, son empresas estatales, 
por lo que poseen el apoyo económico del gobierno.
“El nivel de inversión es enorme, así que tienen una banca de fomento [estatal] detrás”, explica Cynthia Sanborn, directora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, quien ha analizado la creciente inversión china en el sector minero peruano.

HISTORIAL CHINO

El historial de inversiones mineras chinas en el Perú empieza en 1992,
cuando Shougang resultó el ganador del proceso de privatización de Hierro Perú, 
con operaciones en Marcona, Nasca.
Se trató de la primera compra de una empresa minera en América Latina por inversionistas chinos, según Sanborn. La transacción alcanzó los US$120 millones.
Pero la tendencia de inversiones en el Perú recién se inició en el 2007
cuando la minera estatal china Chinalco 
adquirió del proyecto de cobre Toromocho a la canadiense Peru Copper por US$792 millones.
Este proyecto inició su fase de producción a fines del año pasado y es,
después de Las Bambas, el segundo proyecto minero más importante del país, 
con una inversión de US$4,800 millones.
En el 2007 también entraron Jiangxi y Minmetals 
–que desarrollan conjuntamente el proyecto Galeno– y Zijin en Rio Blanco. 
En el 2009, Nanjinzhao compró los derechos del megaproyecto de hierro Pampa de Pongo, 
y al año siguiente China Sci-Tech adquirió Chariot Resources, 
que posee el 70% de Marcobre, la operadora de mina Justa 
–posteriormente vendieron su participación a la minera peruana Minsur. 
La entrada más reciente es la de CDII Minerals a Mapsa, 
con la que se ha asociado para explotar hierro y refinarlo en una planta que construirán en Tacna.

OBJETIVO: ASEGURAR EL RECURSO

Las adquisiciones evidencian la preferencia de la inversión china por los sectores extractivos: minería, hidrocarburos, y pesca. 
Este interés es impulsado por el gobierno chino, que busca asegurar los recursos naturales necesarios para satisfacer su veloz transformación económica durante la última década. 
El fenómeno va más allá del Perú e inclusive de la región: se trata de una tendencia global.
Por un lado, con el crecimiento económico chino ha surgido una enorme clase media.
 Hoy en día China consume el 20% de la oferta de alimentos mundial, lo que explica el atractivo por realizar compras en sectores como el pesquero (SE 1405).
En setiembre, la empresa china Shuanghui International Holdings adquirió la procesadora de carne de cerdo por US$4,700 millones, según The Wall Street Journal. 
Se trató de la compra más grande de una empresa estadounidense que una empresa china ha realizado, afirmó el diario.
Por otro lado, el gobierno chino ha impulsado gigantescos proyectos de infraestructura y urbanización
La creciente industrialización del país exige una enorme cantidad de metales base, 
como el cobre, lo que ha convertido a China en el principal comprador de cobre en el mundo (representa cerca del 40% de la demanda).
La desaceleración de China no impedirá que su demanda por el cobre se mantenga fuerte durante el 2014, como pronostica Scotiabank,
y la de cobre refinado crecerá 9%. 
El gobierno chino recientemente anunció que buscará aumentar el ritmo de urbanización en el país de 54% a 60% para el 2020, 
lo que “estará acompañado por un programa de construcción masiva de sistemas de transporte, infraestructura urbana y viviendas residenciales”, explica el banco canadiense. 
La urbanización china impacta de manera significativa en la demanda mundial de cobre.
No es casual, entonces, que la venta fuera forzada por el gobierno chino. 
Como se recuerda, la productora y trader minera Glencore culminó el año pasado la adquisición de la productora minera Xstrata –ya poseía 33% de sus acciones-. 
La fusión creó uno de las empresas extractivas más grandes del mundo: 
Glencore Xstrata pasó a tener una capitalización bursátil de US$65,000 millones.
El gobierno chino temía que la fusión le otorgaría a Glencore Xstrata demasiado poder sobre el mercado mundial de cobre, según la agencia Reuters.
Consciente de la importancia del metal para el crecimiento futuro de China,
el gobierno exigió a Glencore Xstrata que vendiera un activo minero importante de su cartera. Además, exigió que el comprador tendría que ser aprobado por el regulador chino.
Lógicamente, el gobierno chino quería asegurarse del activo. 
De hecho, los tres principales postores en la venta de Las Bambas fueron, justamente, empresas estatales chinas: Chinalco, Jiangxi y, por supuesto, Minmetals, quien finalmente ganó el deal.

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