La Hoja de Ruta Programática de la PTTA

La Hoja de Ruta Programática de la PTTA[1]

PLATAFORMA DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS AUTOEMPLEADOS DE LA ECONOMÍA INFORMAL






Las organizaciones de trabajadores autoempleados que suscribimos el presente documento, CETRAFOR, FENATM, SINTRAHOGAR-CCTH, FENAREP, CONFIAR, FEDEVAL, CONACOOP, FETTRAMAP, FRECOCEHLM, TEXTILES, FENVENDRELP  con el asesoramiento y apoyo del Programa Sindical de la Economía Informal-PROSIE, la Fundación Friedrich Ebert, y el Proyecto WIEGO-CIES presentamos a las máximas autoridades del Estado Peruano, en sus diferentes niveles de decisión la presente propuesta, con enfoque de género,  que expresa la voluntad unitaria y constructiva de nuestras organizaciones, en la perspectiva de lograr soluciones a nuestra problemática, que involucra a millones de trabajadores(as) y sus familias.

Esperamos como resultado de este esfuerzo, el compromiso de las máximas  autoridades políticas del país, para concretar esta Propuesta, en el escenario de un espacio compartido de diálogo social y concertación democrática.


LA PROPUESTA

1. Autoempleo e Informalidad: la problemática actual[2]

El 79.4% de la PEA (12´3 millones de personas) ocupada se encuentra en situación de informalidad[3]. El 21.6% (3,2 millones) de la misma se desempeña en condiciones de formalidad
Distribución del empleo informal  en Perú por ámbito geográfico:
Nacional
Urbano
%
Rural
%
Empleo formal
2´876,000
29,4%
324,000
5,6%
Empleo informal
6´923,000
70,6%
5´433,000
94,4%
TOTAL
9´798,756
100%
5´757,759
100%

Urbano
Lima Metropolitana
%
Resto urbano
%
Empleo formal
1´550,000
35,3%
1´326,000
24,5%
Empleo informal
2´ 840,000
64,7%
4´082,000
75,5%

Fuente: Estudio CIES WIEGO, sobre Empleo Informal en el Perú, 2010

·         El 21.3% de los trabajadores autoempleados se ubican en la economía informal  y se encuentran en condición de pobreza[4]
·         Características relevantes: comparten condiciones de pobreza, bajo nivel educativo y precariedad en el empleo. También se encuentran menos dotados de recursos para la protección familiar, expuestos a mayores riesgos y con escasos e insuficientes mecanismos de protección social.
·         Actualmente no existe una red de protección social y prevención de riesgos, como política integral e inclusiva para los trabajadores informales. Sin embargo, la ejecución de algunos programas sociales revela una posible conformación que aun opera de modo fragmentado e incompleto.
·         Las diversas categorías de trabajadores informales plantea la necesidad de proponer estrategias diferenciadas para atender sus necesidades.
·         La mayoría de las personas inmersa, en la economía informal, no está en condiciones, de asumir las prestaciones de salud, ni de incorporarse a un sistema de pensiones, en las mismas condiciones económicas, que se dan en el caso, de otros sectores de trabajadores, inmersos en el empleo formal. Por lo reducido de sus ingresos, deben dar prioridad a necesidades más inmediatas, como la alimentación, vivienda y educación. Actualmente, el funcionamiento de aquellos servicios existentes, no son de su pleno conocimiento y muestran sus reservas, de la forma en que estos son gestionados.
·         En el área urbana los hombres representan el 52% y las mujeres el 48% del total de trabajadores.
·         Los sectores de servicios (42.8%) y comercio (28%) concentran el mayor volumen de trabajadores informales en el área urbana, seguidos de la industria (12.3%).
·         La categoría más representativa son los trabajadores independientes y conductores informales. El 83% de ellos es mayor de 30 años. 39% tiene instrucción primaria y 36% secundaria. 57% son hombres y 47% mujeres, 36% están en condición de pobreza.
·         A nivel nacional, en el año 2009, el 37.1% de la población en empleo informal se encontraba en condición de pobreza, a diferencia del 9.9% de la población en empleo formal. En el área urbana estaba en dicha condición el 21.3% de la  población en empleo informal. En comparación con el año 2005, se evidencian mejoras ya que, entonces, estaban en situación de pobreza el 50.6% de la población nacional en empleo informal y el 36.8% a nivel urbano.
·         En cuanto a la población urbana en empleo informal, en el año 2009, el 19.6% aportaba al sistema de pensiones y el 37.8% contaba con un seguro de salud; cifras superiores a lo reportado en el 2005,  14.1% y 17.7%, respectivamente.
·         Entre las diversas categorías de trabajadores en condición de informalidad destacan los trabajadores independientes y los que poseen unidades productivas informales, que en un 36% se encuentran en situación de pobreza (año 2009). El 30% de ellos trabajan como ambulantes o utiliza carretillas (transporte de carga manual). Esta categoría es la más representativa de los trabajadores en situación de informalidad
Categorías de trabajadores en condición de empleo informal
-          El grupo más numeroso entre los trabajadores en condición de informalidad son los Trabajadores Independientes No Calificados, que concentran al 34,8%. En el área urbana, este grupo de trabajadores corresponde al 30,4% mientras que en el sector rural asciende al 42,2%, y lo conforman mayoritariamente campesinos.

PEA SEGÚN NIVEL DE FORMALIDAD Y CATEGORÍA OCUPACIONAL:

Perú Urbano
Perú Rural%
Total Perú
Sector informal:                                                                                       79,4% de la PEA
Asalariado
22%
16.1%
19.8%
Empleador
5.1%
5%
5%
Trabajador independiente no calificado
30.4%
42.2%
34.8%
Trabajador independiente calificado
2%
0.2%
1.3%
Trabajador familiar no remunerado
6.5%
29.1%[5]
14.9%
Trabajador del hogar
4.3%
1.3%
3.2%
Resto
0,4%
0,5%
0.4%
Sector  formal:                                                                                            20,6% de la PEA
Asalariado
28.5%
5.6%
20%
Otros
0.9%
0.1%
0.6%
TOTAL
100%
100%
100%

Es importante anotar, que en el caso de las trabajadoras del hogar, cuyo aporte, va más allá del económico, pues se constituye, en el soporte de las familias en su vida cotidiana, de 453,272 que es su universo ocupacional, según estadísticas del Ministerio de Trabajo, 174,400, es decir el 38.5% oscila entre los 14 y 24 años, siendo su rostro y actuación juvenil, que debiera ser contradictorio con la jornada laboral, que supera largamente las 48 horas.
De otra parte, la normatividad existente en el ámbito municipal, referida a los trabajadores que se desempeñan en el comercio urbano, usando el espacio público, han validado, que la normatividad existente para generar condiciones de inclusión, no son cumplidas, estableciéndose una visión errada, por parte de la administración estatal, que el objetivo final, es “formalización con mypes”, que es una política , que a la fecha, no ha dado mayores resultados , a favor de este contingente ocupacional. 
2. ¿Qué proponemos para lograr soluciones frente a esta problemática?
Las diversas organizaciones, hemos coincidido, que nuestra problemática, tiene varios rasgos, que le dan características específicas, en función al sector en el cual desempeña su actividad, sin embargo, también estamos de acuerdo, que existen aspectos en común, que deben constituirse en una Plataforma de alternativas de solución, que se desarrollen en un proceso ordenado y concertado en un esfuerzo del Gobierno en un diálogo abierto y permanente con las Organizaciones de los trabajadores.
En tal sentido, consideramos que nuestra actuación propositiva se centra en 5 ejes:
I. Institucionalidad
1.    Reconocimiento de la actividad del autoempleo en la normatividad y en los escenarios de acción para el desarrollo económico y social.
2.    Las políticas de empleo a promover, por el Gobierno Nacional en estrecha coordinación con los diferentes actores del mundo laboral y económico, deben considerar la diversidad y condiciones específicas, en las cuales se desenvuelve, esta modalidad mayoritaria ocupacional, en la lógica y perspectiva del empleo digno y el trabajo decente, sustentándose en la equidad de género. En la perspectiva antes mencionada, realizar análisis continuos para mejorar las estadísticas en la economía informal y, en particular, las estadísticas desglosadas por sexo.
3.    Facilitación por parte del Gobierno Central de una adecuada articulación entre los niveles nacional, regional y local, para el fortalecimiento de los diversos programas y/o proyectos dirigidos a los autoempleados en condiciones de informalidad.
4.    En esta orientación, modificar la normatividad municipal, en lo concerniente a nueva estructura orgánica, que posibilite el soporte necesario para  propiciar  infraestructura para el desarrollo económico del sector. La perspectiva es facilitar las condiciones de regularización de licencias y trámites de reconocimiento legal, fundamentalmente para la construcción e infraestructura.
5.    Cumplimiento de los diferentes tópicos, no asumidos a la fecha de la normatividad existente, para los trabajadores autoempleados, generados por sus iniciativas y persistentes luchas, así tenemos:
·         Ley 10674 (1946): Protección y asistencia del Estado a favor de los canillitas
·         Ley  27189 (1999): Transporte especial de pasajeros en vehículos menores (Mototaxistas)
·         Ley 27475  (2001): Regulación de la actividad del lustrabotas
·         Ley 27986 (2003): Ley de las Trabajadoras del Hogar
·         Ley 29073 (2007): Ley del artesano
·         Leyes 25047 (1989) y 29088 (2007): Ley de beneficios a estibadores terrestres, transportistas manuales en carretillas y triciclos, que laboran en mercados, terminales terrestres o en establecimientos análogos y seguridad y salud en el trabajo de los estibadores terrestres, respectivamente
·         Ley 29419 (2009): Regulación de la actividad del reciclador
6.    Darle prioridad al análisis, de las consecuencias basadas en la diferencia de género, de aquellas normas y derechos del trabajo, que tienen más probabilidades de ser objeto de supervisión y aplicación que otros en el contexto de la realidad laboral del país. 
7.    El Gobierno Nacional debe generar una política  de diálogo social,  para asumir de manera integral la problemática de la informalidad, que afecta al autoempleo en el Perú, siendo el objetivo principal, la elaboración de una Ley Marco, para reconocer y promover en condiciones de equidad y viabilidad, su acceso al desarrollo  y el bienestar. Proponemos, para dicho efecto una Mesa de Concertación nacional y descentralizada
8.    Elaboración de estrategias para mejorar el cumplimiento de la legislación y directivas pertinentes en materia de género con respecto a la economía informal (inclusive la elaboración de indicadores apropiados y  el establecimiento de procesos de supervisión).
9.    Cumplimiento de la Recomendación 193 de la OIT, promoviendo y facilitando la organización empresarial, como cooperativas, de los y las trabajadores y trabajadoras autoempleados
10. Recopilación de buenas prácticas sobre la legislación laboral centradas en trabajadores excluidos específicamente, como  las trabajadoras del hogar y en  analizar los motivos del éxito y las   posibilidades de realizar experiencias similares. Esto debería incluir un análisis de la  aplicación de la legislación y del papel que  desempeña la inspección del trabajo, haciendo particular referencia a este último.
11. Análisis de las limitaciones y obstáculos impuestos a las organizaciones colectivas de mujeres y para la participación política en términos más generales (es decir, competencia entre diferentes grupos de trabajadores, limitaciones y desigualdades derivadas de la diferencia de género en el trabajo reproductivo, el aislamiento de las mujeres y la individualización en las cadenas mundiales de valor; las normas y actitudes sociales que atienden a la diferencia de género, la violencia de género y las  amenazas de violencia de género)
12. Reconocimiento de quienes suscribimos esta propuesta unitaria, como interlocutores válidos, para continuar el proceso de diálogo, consulta y misión propositiva, sobre la problemática del trabajador(a) autoempleado(a), en los distintos niveles e instancias del Gobierno.

II.  Acceso al Financiamiento
1.    Banca estatal de segundo piso, en alianza con la banca privada, implemente una plataforma económica financiera, que permita el acceso al crédito de los trabajadores autoempleados, que se comprometen a una adecuada labor de ordenamiento y adecuación de sus organizaciones. Esta alternativa, puede hacerse más diversificada en el escenario de las cajas de crédito municipal, para lo cual, deberá dotárseles de mayores posibilidades de presupuestos específicos. Esta propuesta, entre otras iniciativas, debiera tener en cuenta lo planteado por el denominado,   Banco de la Esperanza, partiendo del soporte que implicaría un apoyo financiero interinstitucional, coliderado por el  Banco de la Nación, COFIDE y Agrorural.
2.    Ampliación progresiva de  los programas de compras estatales a los trabajadores autoempleados, diseñando de manera concertada los componentes de su implementación.
3.    Fortalecer y articular los programas de acción estatal, ubicados en los Ministerios de Comercio, Industria, Trabajo, asociados al financiamiento de las MYPES, hacia los trabajadores autoempleados y sus organizaciones, para lo cual, se elaborarán perfiles sectoriales, sobre la base de lo dispuesto en las leyes matrices y una lógica de innovación y reconversión tecnológica.

III. Capacitación
1.    Elaboración del Proyecto de Formación y Capacitación, para los trabajadores autoempleados, en un esfuerzo tripartito del Estado, la empresa privada y los trabajadores.
2.    Ampliar los programas de capacitación de nivel central y regional a los trabajadores autoempleados.
3.    Dotar de infraestructura y recursos presupuestales, a los Gobiernos Locales, para reforzar programas pilotos de capacitación y empleabilidad.
4.    Incluir el programa nacional de becas para jóvenes autoempleados, teniendo como eje de implementación, las tendencias sectoriales de crecimiento económico en el país.
5.    Análisis de seguimiento de programas de formación en los que se evalúan los efectos reales de programas particulares orientados  a las mujeres pobres (y otros grupos excluidos)
6.    Estudios con orientación de política sobre los efectos de las estrategias encaminadas a desarrollar las capacidades de las mujeres a través de la formación y la diversificación de cualificaciones en el marco de iniciativas favorables a los pobres y de los documentos de estrategia de lucha contra la pobreza.

IV. Protección Social
1.    Inclusión de los trabajadores autoempleados en el sistema nacional de seguridad social, estableciendo niveles diferenciados de aportes y sostenibilidad. La participación de los representantes de las organizaciones en el proceso, debe ser un factor decisivo de implementación, dándose singular prioridad a las mujeres en su condición de la dimensión múltiple de su rol en la sociedad peruana.
2.    Articular de modo efectivo a los diferentes programas del Estado, orientados a promover la protección social, a fin que se potencien las experiencias autogeneradas, de las organizaciones de autoempleados, inmersos en la economía informal,  y efectuar una incidencia  adecuada, oportuna y pertinente en cumplimiento de la normatividad que ampara la inclusión de diversos estamentos laborales.
3.    Fortalecer las redes de prevención en salud, existentes,  ampliarlas, con activa participación de las organizaciones, establecidas a nivel local.
4.    Establecer un organismo independiente de medición de la calidad de los servicios de protección social, para los sectores más vulnerables, que incluye a los trabajadores autoempleados y sus familias.
5.    Ampliar el programa Juntos y asumir propuestas como el denominado Plan “Hambre Cero”, mejora de 3,200 puestos de salud, ampliación de los WAWAWASI, impulso a los comités locales de administración de la salud, atención gratuita para y obligatoria para madres gestantes y niños hasta 5 años, y, extensión del programa sierra productiva. Diseñar mecanismos diferenciados de acceso a la cobertura de los riesgos sociales. Es decir, incorporar las prestaciones sociales.
6.    Pensión no contributiva, para mayores de 65 años
7.    Estudiar la implementación de  programas de vivienda dirigidos a trabajadores y trabajadoras autoempleados.
V. Gestión Empresarial
1.    Los trabajadores de la economía informal, tanto hombres como mujeres, requieren una serie de servicios para poder realizar un trabajo remunerado en el sector formal o para dirigir con éxito una unidad productiva. Estos servicios abarcan desde aquellos encaminados a desarrollar el espíritu empresarial hasta la formación para el fortalecimiento de las competencias.
Si bien estos servicios no pueden ser eficaces sin tener en cuenta otros requisitos, siguen siendo necesarios y,  por consiguiente, podrían considerarse los siguientes ámbitos de investigación específicos: Análisis de las diferencias de género en relación con el capital inicial, la utilización de los ingresos/beneficios provenientes del trabajo, el modo en que éstos, junto con recursos «no laborales» como la tierra, la propiedad y la infraestructura, inciden en la  duración, el tamaño y el crecimiento de las unidades de la economía informal; Análisis de los efectos de la competencia (entre mujeres y entre mujeres y hombres) en las mujeres autoempleadas (y otros  excluidos) en la economía informal.
2.    Actualizar la nomenclatura de aporte económico de la economía informal al PBI Nacional, para determinar las bases de su reestructuración productiva y empresarial., teniendo en cuenta, las líneas de crecimiento y desarrollo del país en el corto, mediano y largo plazo.
3.    Sistematizar y difundir los modelos exitosos de gestión empresarial, impulsados por los trabajadores y sus organizaciones,  que deben ser potenciados y/o  replicados en áreas piloto de Lima y Regiones. Asimismo, la promoción de modelos empresariales cooperativos y de gestión solidaria, entre los trabajadores y trabajadoras autoempleados.
4.    Ampliar proyectos, convenios y programas de cooperación técnica internacional, orientados al mejoramiento de las capacidades de gestión empresarial y técnico productivo
5.    La magnitud del autoempleo en condiciones de informalidad, nos permite plantear, adecuar formas de asociatividad productiva de naturaleza social e integradora, como, por ejemplo, cooperativas, mutuales, entre otras, para lo cual, debe darse fortaleza presupuestal, decisoria y participativa,  a los organismos, promotores de estas opciones en la estructura del Estado, siendo la más visible, la  Dirección de Cooperativas, del Ministerio de Industria.   
6.    En términos de normativa empresarial, evaluar los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres a la hora de crear sus propias unidades productivas.





[1] Aprobada en el 2010
[2] Estudio CIES WIEGO, sobre Empleo Informal en el Perú, 2010
[3] Esta cifra es superior al promedio de América Latina:53,8%

[4] A diferencia de ello, sólo el 8.1% de los trabajadores formales están en condición de pobreza.

[5] Asociado a la actividad campesina

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