Pantallazo No. 34
¡Esas letras de los
boleros…!
Por:
Marcial Guillermo Pérez Herrera

For
example, “aturdido y abrumado por la duda de los celos se ve triste en la cantina a un bohemio ya sin
fe, con los nervios destrozados y llorando sin remedio…” expresión patética de
quien sabe y no puede creer en el amor , en el desesperar del engaño, no comprobado,
sin salida, tremendo dilema de quien no puede abjurar del ser amado , a pesar
que sabe, desde lo más profundo de sus entrañas, que es presa de la deslealtad, de quien acompaña sus noches, sus días y calores de alcoba, sensaciones de
gozo, que son golpeadas, por esa ecuación histórica del ser humano, no gozar
nunca de la felicidad, desconfiando de ella, renegando, cual si fuera una
anomia espantosa y sin retorno.
Continue the
history, “ Porque tu amor es mi espina, por las cuatro esquinas hablan de los
dos, es un escándalo dicen, que hasta me maldicen, por darte mi amor…” esto si
es tremendo en verdad, el desafío de dos, ante las algaradas de la sociedad, el
no importar, el arriesgar, el saltar los muros de la crítica soterrada , de la
relación encubierta, toda una elegía, al querer sin medir riesgo, ni desvío, sin
alejar una pizca la pasión desenfrenada, persistente y atrevida, porque no
decirlo, en los avatares de los instintos, el escenario ideal, para desenlaces
imprevistos, dolorosos, o, tal vez triunfantes, definidos y victoriosos, todo
un dilema, matizado de rimas y compases.
A Little more, y que
les parece esta, “ Dos gardenias para ti con ellas quiero decir te quiero, te
adoro, mi vida, ponles toda tu atención, porque son tu corazón y el mío…” ya
no, aquí, es el desborde de los votos de un enamorado sin límites, es el
utilizar el bello simbolismo de una flor , tan bella, y, refinada, como la
gardenia, para expresar, el testigo viviente, suspirable y dulce, del tierno
vigilante, de la ausencia inesperada, porque encima, remata, cual, exprofeso
vaticinio, “ Pero si un atardecer, las gardenias de mi amor se mueren, es
porque han adivinado que tu amor, me ha traicionado, porque existe otro querer”, oye tu, que tal manera de combinar
tibieza, ternura con metafórica advertencia, quizás, la inseguridad de la
lejanía, la lógica de sentirse dueño, de ser el amo, cantante y actuante de un
cuerpo, de un espíritu, que nunca debiera perderse, por ser tan fuerte lo que
se percibe, como único, indivisible e incompartible, Si encima va acompañado de
un son, socarrón, puntilloso y una voz cubana, caribeña, trémula de emoción y
sandunga, el espectáculo es total.
And continue walking
y vaya Ud. , a ver esta, “ Te vas a
quedar con las ganas de verme llorando, la falta de tu amor, ese gusto no te lo
voy a dar, ni a ti ni a
nadie, nunca vayas a pensar que es llanto lo que brilla aquí en mis ojos, son
gotitas de dolor derramadas al brindar por tu abandono…”, clásica manera de
decir no siento nada por ti, es más ya no me interesas, y, si lloro, es porque
me duele tu abandono, odio lo que me hiciste, no te perdonaré o tal vez, la
nada del sinsabor contenido, de los vericuetos desconocidos de la esencia y
subjetividad humana, al desafiar, la latencia, por la sapiencia, el impulso, la
sensación, por la razón y la intuitiva persistencia, humanos al fin verdad.
Hay mucho más, es inconmensurable, las
habilidades de bardos y poetas, para usar el tono boleril, para rendirle culto,
a las diversas manifestaciones de las relaciones ancestrales de la raza humana, comprometida en hacer de sus noches y sus días, verdaderas apuestas de enlace
interactivo pasional, encontronazos entre la noche y el día, entre las promesas
del silencio y las incongruencias del olvido, entre los gemidos de placer y los
ayes de dolor y desesperanza, todo aquello, que nos sigue haciendo perfectibles
e imperfectos, a la vez, holgados de palabra y limitados de las mismas, audaces y desafiantes
en tálamos y escenarios de entrega, pero, huidizos, tímidos y desbandados en huida,
en las contradicciones y la sinrazón del saberse cobarde ante el destino , que
nos traza la línea inapelable del compromiso adquirido. Así somos pues, a pesar
de modernidades y post modernidades encontradas, el bolero, nos sigue y seguirá
dejando la huella, de nuestra enorme conciencia mortal y siempre sorpresiva.
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