PANTALLAZO No. 27: TOQUE TU PUERTA Y NO ESTABAS….HABIAS PARTIDO SIN DEJARME UN ADIOS EN TUS OJOS
Toque tu puerta como la hacia siempre, entre el paso meditado, apresurado y siempre ilusionado, porque te iba a ver, como ayer, como el hoy y como siempre, encandilado y preocupado por tus respiros y semblante..Y no me abriste, no estabas, estabas partiendo para siempre, para no volver a recorrer tus sombras, ni tus palabras poder escuchar, si no estabas, simplemente habías partido. Tal vez tendrías algo de cuerpo, de ese corazón, que latiendo muy poco, casi rendido, pero ya no estabas, tal vez si tus ojos me hubieran recorrido en la angustia de ese presente desesperado, terrible, agobiado, me hubiera quedado con la flor de tu mejilla, con la nieve de tus cabellos siempre listos a extenderse cual gaviota con el viento.
CADA QUE RECORRO EL ESCENARIO DE LOS MINUTOS Y LOS SEGUNDOS QUE PASARON ENTRE AQUEL MOMENTO DE LA PARTIDA Y MI LLEGADA, PARECIERA UNA ETEREA SENSACIÓN DE ALGO QUE NUNCA PASÓ, QUE TODO SIGUE COMO AYER, TRATÁNDOSE LOS CIELOS CON TUS DESEOS DE BIEN, ARROBÁNDOSE LAS FLORES CON TU CANDOR Y EL AGUA FRESCA QUE LE DEDICABAS A CADA UNA DE ELLAS, CADA MINUTO, CADA SEGUNDO DE TU BELLA EXISTENCIA.
Cada que llego al remanso que me vio vivir y crecer, me parece escuchar las risas, las calientes guisas tocarlas, como si estuvieran allí, los juegos y el recreo entrañable, la broma y el buen sentir de los calores y los colores indescriptibles de felicidad que alumbró mis días y mis noches, testigo delicado y cómplice adorado de mis sueños, ilusiones, pasiones, esperanzas y credos redimidos.
Si pudiera hacer una carta de estrellas escrita, para que llegue a tu correo inmortal de visiones, espíritus hechos historia, en cada voz que me recibe, en cada inocencia que me recorre en todos y cada uno de los caminos que se abren, que me acercan y los parajes verdes y tranquilos, en los oleajes serenos y majestuosos , en las alturas que siembran de blanca opalina las cumbres, que feliz sería, como refrescaría y aliviaría, este desangre progresivo, silencioso, de lo que corazón me queda, como superaría y aquietaría, las largas noches de apariencia mortal y relajada, que sólo son horas, que se me van yendo poco a poco de mi estructura humana.

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