ECUADOR : RAFAEL CORREA SE QUEDA SIN AMIGOS

Ecuador: Rafael Correa se queda sin amigos
Rafael Correa acaba de cumplir tres años en la presidencia

El Análisis de Infolatam: Simon Pachano Adios a la utopía
Las Claves:
La amplia coalición que arropó a Rafael Correa parece estar desgajandose en los últimos meses.
Para Rafael Correa, Acosta y Fander representan un "ecologismo infantil, indigenismo infantil, izquierdismo infantil".
Alberto Acosta y Fander Falconí representaban una línea de tipo social que implicaba la participación de organizaciones sociales y políticas, sustentada en el ecologismo.
Rafael Correa acaba de cumplir tres años en el poder, tiempo en el que ha dejado por el camino
algunos cadáveres políticos. Si la derecha está desunida desestructurada y sin liderazgo, por su izquierda Correa ve como se empiezan a formar distintos grupos opositores, que podrían terminar confluyendo. Se trata de los indígenas, profesores y estudiantes por un lado y los ideólogos del movimiento correista enfrentados ahora con el presidente (Alberto Acosta y Fander Falconí).
Los orígenes del "correismo"
Rafael Correa llegó a la presidencia en 2007 aupado por una pluralidad de movimientos sociales (indígenas, maestros, trabajadores, estudiantes universitarios...). A ese respaldo exterior se unía un entorno que le asesoraba desde un punto de vista ideológico, donde despuntaban Alberto Acosta y Fander Falconí.
El correismo se nutrió también en 2005-2006 de los movimientos de los "forajidos" quienes encabezaron las protestas contra Lucio Gutiérrez y provocaron su caída. Se trataba de grupos como la Alianza Democrática Nacional de Manuela Gallegos, Iniciativa Ciudadana de Gustavo Larrea, Alianza Bolivariana Alfarista de Leonardo Vicuña, el Movimiento País de Freddy Ehlers, el movimiento Nuevo País de Fernando Cordero, Ruptura de los 25 y Alternativa Democrática.
Fander Falconí y Albero Acosta, junto con Gustavo Larrea, Janeth Sánchez y Pedro Páez, trabajaron en la propuesta ideológico-política y fueron los padres del plan de gobierno de Alianza País. Como explica el profesor investigador del Instituto de Estudios para el Desarrollo, en la Universidad de Sussex, Andrés Mejía Acosta "Falconí, junto con Acosta, habían sido los ideólogos del movimiento, desde años antes de la campaña electoral, ellos conformaron un grupo de economistas críticos que cuestionaban la ortodoxia y proponían una alternativa de desarrollo sustentable". Pero esa amplia coalición que arropó a Rafael Correa parece estar desgajandose en los últimos meses.
La ruptura de los indígenas

El apoyo indígena fue clave para la llegada de Rafael Correa al Palacio de Carondelet pero ese respaldo ha ido menguando, sobre todo por el choque entre las propuestas del ejecutivo (leyes de Minería y Aguas) y las aspiraciones de los indígenas. Esas leyes provocaron paros de las comunidades indígenas y desembocaron en la muerte del profesor shuar Bosco Wisum, en un enfrentamiento con la fuerza pública el pasado mes de septiembre.
Luego vino el anuncio del cierre de la radio indígena La Voz de Arutam en diciembre, supuestamente por llamar a los pobladores a cometer actos violentos. El movimiento indígena se están planteando actualmente si desencadenan o no protestas nuevas oleadas de protestas ya que la Conaie es uno de los grupos más críticos con el presidente Rafael Correa.
El máximo líder de la Conaie, Marlon Santi, ha anunciado que "en el estado ecuatoriano hay una supremacía de poder (ejecutivo), hay un gobierno dictatorial, racista... un gobierno que ha dicho que nosotros (indígenas) somos locos, que minimiza al movimiento indígena...Nos hemos convertido en (objeto de) persecución de este gobierno, de este estúpido que hace cosas estúpidas... el movimiento indígena no va a ceder, estamos decididos a defender la libertad de expresión en todas las dimensiones, aunque esto nos cueste la vida".
Los otros grupos sociales

Los grupos sindicales también están muy molestos con el gobierno por lo que consideran falta de una política y de reformas laborales. El dirigente de la central sindical Unión General de Trabajadores del Ecuador, NelSon Erazo, ha explicado las razones de sus protestas: "hemos tomado la decisión de impulsar una acción que nos permita señalar al presidente que el camino que está tomando pone en riesgo lo que él llama la revolución ciudadana".
Asimismo, la relación entre la Unión Nacional de Educadores y el Gobierno quedó muy herida por el proceso de evaluación que el Ministerio de Educación impulsó en 2009 y que el gremio calificó como sancionador. El vicepresidente nacional de la UNE, Francisco Rojas aseguró que "en estos tres años nos deja mucho que desear el gobierno de la revolución ciudadana".
De igual forma, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador ha sido la primera en movilizarse contra el gobierno. El vicepresidente de la FEUE, Galo Mindiola, ha recordado que los estudiantes apoyaron a Correa porque querían un proyecto político de cambio pero ahora "el Gobierno elaboró un conjunto de medidas que se apartan del proyecto de ese cambio y que no están en correspondencia con lo que dice la Constitución. Ahí empezaron los cuestionamientos y las críticas".
Los ideólogos se van
Además, en estos años, los dos principales ideólogos de la Revolución Ciudadana liderada por Rafael Correa han acabado rompiendo con el Presidente. El primero que
se alejó del círculo de Correa fue Alberto Acosta.
Acosta se separó del "correismo" en 2008 cuando renunció a su cargo como Presidente de la Asamblea Constituyente, debido a diferencias con Correa sobre el plazo en el que debía finalizar la discusión de la Constitución. Rafael Correa y la mayoría de la coalición de Acuerdo País, consideraban que la redacción de la Carta Magna debía concluir en el plazo fijado por el estatuto de la cámara.
Pero Acosta y otros asambleístas optaban por ampliar el tiempo de discusión para mejorar los textos: "no creo que se deba sacrificar el debate, la deliberación, la claridad y la calidad de los textos a la premura del tiempo". Para el profesor Mejía la marcha del expresidente de las Asamblea tuvo una importantes consecuencias porque "se llevó un importante grupo de ciudadanos que habían apoyado el proyecto del Correa, incluyendo movimientos ambientales y grupos moderados de indígenas".
Además, Mejía destaca que "ha habido otras separaciones como las de Pachakutik y el sindicato de profesores y su brazo politico el MPD, que en su conjunto, representan un desgaste de la gran coalición de izquierda que hizo posible la reelección del presidente en Abril de 2009".
Desde entonces, Alberto Acosta ha ido progresivamente derivados del personalismo de (Rafael) Correa, su escasa capacidad para trasladar votos al resto. El reto de Correa es construir poder más horizontalmente". Acosta acusa también al Primer Mandatario de sentirse portador "de la voluntad política colectiva, no entiende que esa voluntad colectiva tiene que ser ejecutada con participación democrática, ese es uno de sus puntos débiles".
Según Acosta, Correa no tiene claro que llegó al poder como resultado "de un proceso político-social de larga data y eso es lo que tiene que entender, que se debe a ese prosiendo más crítico con Rafael Correa: "hay problemas ceso, que debe obedecer el mandato de los sectores populares, algo que entiende mejor Evo Morales cuando dice que manda obedeciendo a sus bases". El ex ministro de Energía ha señalado que la revolución ciudadana se está agotando porque tiene un "déficit de ciudadanía": "tiene que haber más participación y no tomarse las decisiones desde el buró".

La marcha de Fander Falconí
A comienzos del año 2010 le llegó el turno a Fander Falconí de romper con el régimen correista. Falconí fue un peso pesado de la "Revolución Ciudadana" como coordinador del grupo de trabajo que dio sustento ideológico a la candidatura de Rafael Correa, antes de llegar al poder y en 2007 ejerció como secretario de Planificación y luego fue el tercer canciller del Régimen.
El ya ex Canciller logró el restablecimiento de relaciones bilaterales con Colombia, rotas desde marzo de 2008 y trazó en Nueva York una hoja de ruta con su homólogo colombiano, Jaime Bermúdez para reabrir las embajadas en Quito y Bogotá.
Fue sobre todo el gran defensor de la no explotación del petróleo del Parque Nacional Yasuní, declarado por la Unesco como reserva mundiales de la biósfera. La iniciativa Yasuní-ITT busca obtener 3.500 millones de dólares de inversiones internacionales a cambio de no extraer 846 millones de barriles de crudo.
A lo largo de las últimas semanas de 2009, este tema comenzó a provocar roces entre la agenda de corte ecológico, del canciller con la del presidente Rafael Correa, quien impidió que Fander Falconí firmara el fideicomiso con el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) que debía administrar los fondos que genere la Iniciativa Yasuní-ITT.
Poco después Falconí
presentó su renuncia, tras las críticas de Rafael Correa, al proyecto ambientalista Yasuní-ITT. Correa aseguró que el acuerdo que negociaba el canciller con los donantes atentaba contra la soberanía ecuatoriana: "estamos hartos de que nos traten como colonia, de que nos traten como inferiores".
Para el analista Mejía "la ruptura de Fander Falconi representa un importante -y quizás irreversible- giro para el gobierno para abandonar su proyecto de largo plazo y adoptar un enfoque más político, pragmático y cortoplacista...Dentro de ese proyecto, la iniciativa del ITT era tal vez la cereza del pastel, la acción más visible de la intención del gobierno de introducir un modelo alterno de desarrollo".
Confluencia de Acosta y Fander

Acosta ha apoyado a Fander en toda esta crisis: "el Gobierno tiene que entender que no puede dar una orden para explotar el ITT. Esa orden tiene que ser aprobada por la Asamblea Nacional, que incluso puede llamar a una consulta popular".
El expresidente de la Asamblea sigue denunciando que en el movimiento correista no hay una estructura democrática porque todas las decisiones están centralizadas en el Presidente. Alberto Acosta y Fander Falconí representaban una línea de tipo social que implicaba la participación de organizaciones sociales y políticas, sustentada en el ecologismo.
Alberto Acosta responsabilizó directamente a Correa de poner en riesgo el proyecto Yasuní ITT: "es un duro golpe para el Gobierno y para el proceso de la Revolución Ciudadana. A mí me causan vergüenza las declaraciones del Presidente". Acosta cree que el Gobierno está preparando el terreno para explotar el ITT, que tiene el 20% del total de la reserva de crudo en el país.
El ataque a los viejos amigos

Rafael Correa ha atacado muy duramente a sus dos excolaboradores: "lo que no le puedo perdonar a Alberto -porque es una canallada y (el ex ministro de Relaciones Exteriores) Fander (Falconí) también la dijo- es que obedecemos a presiones de transnacionales".
Y ha denunciado que no se estaba negociando con los donantes del proyecto, sino con "esta argolla del ecologismo infantil que utilizó a Fander Falconí (que) obedecía a su amigo entrañable Alberto Acosta", lo cual Correa denominó como "una puñalada por la espalda" y una "deslealtad".
Para Correa, Acosta y Fander representan un "ecologismo infantil, indigenismo infantil, izquierdismo infantil se nos quiso apoderar de la Asamblea, pese a que habíamos (PAIS) ganado las elecciones...Qué triste que sea ahora Alberto Acosta (el) que realiza la misma práctica de la prensa corrupta de tergiversar".
Rafael Correa ve una conspiración encabezada por Acosta: "ahora entiendo que no han sido los donantes los que querían imponer sus condiciones, sino Alberto Acosta y su argolla que trató de imponernos sus intereses...Querían meternos sus fundamentalismos. Si no nos dábamos cuenta, nos metían un gol".El Presidente ha descalificado a sus ex colaboradores por tener "su propia agenda y ya es la segunda vez que Alberto me trata de hacer lo mismo, quienes nunca ganaron en las urnas, trataron de imponer por las tranqueras".
La pelea entre ecologistas y correistas se ha llevado por delante a otras figuras como Manuela Gallegos, fundadora de Alianza País, quien ha roto con el movimiento: "aunque a mí no me ha nombrado el Presidente, yo también me siento aludida por esas críticas. Él debe saber que siempre he sido leal".
Sin Acosta desde 2008 y sin Fander desde enero de 2010, ahora Rafael Correa está rodeado de otra clase de hombres. Para Andrés Mejía, "se puede decir que a Correa se le han ido los ideólogos y le han quedado los operadores políticos. Las figuras que quedan dentro del Gobierno son gente pragmática y, en el mejor de los casos, negociadores políticos".
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