LA INDISPENSABLE REFORMA DEL ESTADO

La indispensable reforma del Estado
por : Manuel Rodriguez Cuadros
En el debate político francés la reforma del Estado ocupa un lugar preeminente. En Bolivia el 65 % de la votación alcanzada por Evo Morales tiene mucho que ver con las reformas al Estado plasmadas en la nueva Constitución boliviana. El éxito de Michelle Bachelet está vinculado a la profundización de la reforma de Estado en Chile, como instrumento para consolidar la democracia y propender a una sociedad más libre y más igualitaria. Hay dos visiones básicas de la reforma de Estado. Los paradigmas del gerencialismo (new public management) y el de la sociedad democrática. El primero, concibe el Estado sólo como un factor complementario del mercado. Como la institución que debe asegurar las condiciones sociales y normativas para que inversores, productores y consumidores encuentren el medio ambiente más propicio y favorable para el crecimiento. Para esta visión los bienes públicos son escasos.
Se piensa que las funciones del Estado son sólo subsidiarias al mercado. Se reduce la reforma del Estado a minimizar el sector público y a su racionalización, con la finalidad de obtener prestaciones de mejor calidad a bajo costo. Este modelo se intenta aplicar en el Perú desde los años 90. Y ha fracasado.El paradigma de la sociedad democrática parte de una visión totalmente distinta. No excluye la relación Estado - empresarios - consumidores, así como la racionalizacion y la mejora de la calidad de las prestaciones públicas. Pero no reduce a ello la reforma del Estado. Postula que el factor principal y preponderante de la reforma es establecer normas, valores, instituciones y procesos que acerquen el Estado al ciudadano, que establezcan una estructura de poder sin grandes desigualdades, que elimine la exclusión social y que afirme -no debilite- la entidad nacional del Estado y la sociedad. El Estado reformado en el Perú, moderno, democrático, descentralizado y equitativo, debe estar en la capacidad institucional de administrar con eficacia, transparencia y probidad bienes públicos esenciales como la preservación de la identidad y culturas nacionales; la defensa del territorio y la soberanía nacional; la consolidación de la institucionalidad democrática y el goce de los derechos humanos; la paz social y el orden interno; el acceso de toda la población a la educación, la salud, la seguridad social, la vivienda, el trabajo, la cultura y el entretenimiento; la inserción internacional afirmando la identidad nacional; la soberanía y explotación rentable y sustentable de los recursos naturales; la preservación del medio ambiente; un sistema económico competitivo, moderno y equitativo, la estabilidad financiera y la regulación eficaz y transparente de los mercados; la reducción de las desigualdades regionales y sociales; la administración de justicia autónoma, eficaz y no discriminatoria; y, una administración pública tecnificada capaz de ofrecer al ciudadano prestaciones de alta calidad. Basadre lo percibió con una visión de presente y futuro: “El Estado debe ser por ahora y lo será por algún tiempo, un conjunto dinámico de organismos reguladores e impulsores de la vida colectiva”.

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