PANTALLAZO 15: ¿TE FUISTE ILUSIÓN? ¿VOLVERÁS ILUSIÓN?
Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera
Cuando el tiempo pasa, se van yendo las alegorías del alma, para convertirse en patentes hechos de vida, cuando las penas se van convirtiendo en anécdotas y se van cuajando cual coloides sin Tonos ni colores, cuando se pinta el cielo en la mente y desparece en los días frágiles, sin sentimientos, cuando se va dejando los destinos de otros por los propios, cuando la luz de los sentidos se encuentra depositada en burbujas de mayor aliento por soñar despierto y ensombrecido de corales desconocidos y te laceran saetas aguzantes y henchidas de desprecio, pareciera que se fue la ilusión.
Se levanta el cuerpo en las mañanas , quiere remecerse de los entumecimientos del olvido fortuito, añora la caricia del pequeño, que un día fue, tu luz y tu sentido y no lo encuentras, ni aun repasando una y otra vez, el remoto sonido de sus llantos, de sus risas, de sus descansos y de sus sufrimientos, cuando sus ojos ya no te acompañan cuando velabas su sueño, y, la prueba inefable que los años no pasan en vano, que todos deben volar del nido, que los cementos y las petarderas siniestralidades del sistema, hacen que te olviden y alejen, de lo que algún día fueron los momentos, que juntos compartieron, que cuando te das cuentas, que tienes energías de sensibilidad y ternura a raudales y no encuentras respuestas, solo el envejecimiento prematuro, la mirada casi fría, complaciente y casi lastimera de quienes algún día lo fueron todo para ti, tu guía, tu respiro y tu esperanza, pues, se fue la ilusión.
Cuando quieres escribir y escribir sin descanso, y, simplemente nad
a quiere aflorar, como si poción o rito mágico, de alta intensidad, bloqueará todo lo que quisieras decir, y, cuando todo lo que pasa por tus hombros o bajo ellos, no te causa ninguna sensación de nuevo y va sumiéndote en la tristeza inimaginable, en el somnoliento querer levantarse, porque no queda otro remedio, porque dio el día y se fueron las ensoñaciones, los imaginarias que entre tus sabanas levantas sin cariño, sólo con el meditar de una compañía que está a tu lado , que la amas, que respira ,pero ya no quiere el esfuerzo, la emoción de los días y las noches, que en lugar de dormir, amabas, que en lugar de pensar, recorrías cuerpo y alma y las hacías una para ti y para ella, pues, se fue la ilusión, se escapó entre tus manos, como el agua clara y cristalina, pero que entre los ahora tuyos dedos de compasión, son brasas que te maltratan y corrompen las pocas células que te van quedando,
Tiemblas al menor atisbo de inestabilidades, te sientes solo, pues solo te quedaste, por creer en los demás, en lo más recóndito de tus genes, en lo más bendito que el mundo te pudo haber mandado, y, vaya, reniegas, te lamentas en silencio, pierdes la vida poco a poco , cuando pudieras multiplicarla p
or cientos, por miles o por millones aferrándote a nuevos vientos, a nuevas claridades, nuevos amaneceres que hicieran de tu añosidad espiritual, la vitalidad elemental que necesitas, para continuar el recodo que quisieras que fuera largo, en tibieza y frescura, porque sabes que de repente , a la vuelta de esa esquina sin sentido y sin nombre, que la declare o manifieste, encontrar otra y renovada ilusión, la que necesitas hoy más que nunca, que se comienzan a derrotar tus palabras quebradas, tus vientos propios y suspirantes, porque te devoran recuerdos de haberla pasado bien, aun cuando los que lo escribieron, ya no están contigo o te dejarán poco a poco, necesitas, urge, tener otra ilusión, si desafiarse quiere, a lo que pueda venir oculto, intespectivo y vacilante, casi con olor a traición , pero con belleza de negra acuarela, que puede ser fulgurante, si esa esa nueva ilusión así lo permitiera.
Cuando el tiempo pasa, se van yendo las alegorías del alma, para convertirse en patentes hechos de vida, cuando las penas se van convirtiendo en anécdotas y se van cuajando cual coloides sin Tonos ni colores, cuando se pinta el cielo en la mente y desparece en los días frágiles, sin sentimientos, cuando se va dejando los destinos de otros por los propios, cuando la luz de los sentidos se encuentra depositada en burbujas de mayor aliento por soñar despierto y ensombrecido de corales desconocidos y te laceran saetas aguzantes y henchidas de desprecio, pareciera que se fue la ilusión.
Se levanta el cuerpo en las mañanas , quiere remecerse de los entumecimientos del olvido fortuito, añora la caricia del pequeño, que un día fue, tu luz y tu sentido y no lo encuentras, ni aun repasando una y otra vez, el remoto sonido de sus llantos, de sus risas, de sus descansos y de sus sufrimientos, cuando sus ojos ya no te acompañan cuando velabas su sueño, y, la prueba inefable que los años no pasan en vano, que todos deben volar del nido, que los cementos y las petarderas siniestralidades del sistema, hacen que te olviden y alejen, de lo que algún día fueron los momentos, que juntos compartieron, que cuando te das cuentas, que tienes energías de sensibilidad y ternura a raudales y no encuentras respuestas, solo el envejecimiento prematuro, la mirada casi fría, complaciente y casi lastimera de quienes algún día lo fueron todo para ti, tu guía, tu respiro y tu esperanza, pues, se fue la ilusión.
Cuando quieres escribir y escribir sin descanso, y, simplemente nad
a quiere aflorar, como si poción o rito mágico, de alta intensidad, bloqueará todo lo que quisieras decir, y, cuando todo lo que pasa por tus hombros o bajo ellos, no te causa ninguna sensación de nuevo y va sumiéndote en la tristeza inimaginable, en el somnoliento querer levantarse, porque no queda otro remedio, porque dio el día y se fueron las ensoñaciones, los imaginarias que entre tus sabanas levantas sin cariño, sólo con el meditar de una compañía que está a tu lado , que la amas, que respira ,pero ya no quiere el esfuerzo, la emoción de los días y las noches, que en lugar de dormir, amabas, que en lugar de pensar, recorrías cuerpo y alma y las hacías una para ti y para ella, pues, se fue la ilusión, se escapó entre tus manos, como el agua clara y cristalina, pero que entre los ahora tuyos dedos de compasión, son brasas que te maltratan y corrompen las pocas células que te van quedando,Tiemblas al menor atisbo de inestabilidades, te sientes solo, pues solo te quedaste, por creer en los demás, en lo más recóndito de tus genes, en lo más bendito que el mundo te pudo haber mandado, y, vaya, reniegas, te lamentas en silencio, pierdes la vida poco a poco , cuando pudieras multiplicarla p
or cientos, por miles o por millones aferrándote a nuevos vientos, a nuevas claridades, nuevos amaneceres que hicieran de tu añosidad espiritual, la vitalidad elemental que necesitas, para continuar el recodo que quisieras que fuera largo, en tibieza y frescura, porque sabes que de repente , a la vuelta de esa esquina sin sentido y sin nombre, que la declare o manifieste, encontrar otra y renovada ilusión, la que necesitas hoy más que nunca, que se comienzan a derrotar tus palabras quebradas, tus vientos propios y suspirantes, porque te devoran recuerdos de haberla pasado bien, aun cuando los que lo escribieron, ya no están contigo o te dejarán poco a poco, necesitas, urge, tener otra ilusión, si desafiarse quiere, a lo que pueda venir oculto, intespectivo y vacilante, casi con olor a traición , pero con belleza de negra acuarela, que puede ser fulgurante, si esa esa nueva ilusión así lo permitiera.
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