PANTALLAZO No. 10 !, ¡ EVITA ...SOS GRANDE !

Por : Marcial Guillermo Pérez Herrera
Argentina y su pueblo, su gente, siempre me han merecido especial atención, sea porque el tango , aguerrido, macho, apasionado y camorrero, siempre ha estado presente en nuestras mentes, depositado en los inconscientes, pues no siendo de masivo atractivo, siempre está presente en anécdotas de la calle, valses de las criollas esquinas, que imitaban su cadencia y siempre aguzadas letras; sea, porque sus futbolistas, de los buenos y los "parrilleros", hicieron patria en Perú, dejaron recuerdos y porque en su curriculum siempre mostraban a sus estrellas del ayer, sus campeonatos sudamericanos y mundiales. Pero también, porque gran parte de su replana milonguera y de esquina callejera, han nutrido el bagaje de nuestro decir y habla popular, en muchos casos, desafiando los rigores de nuestro español adocenado, y sus aplicaciones multiétnicas que caracterizan la faz y quehacer de nuestra querida tierra prometida.
Argentina y su carne proteíca , su imagen de la "Europa latinoamericana", sus hombres elegantones y siempre palanganos, atildados, acicalados con peluca en ristre, pretenciosos en su vanidad de conquistadores inacabables y "entradores", ufanos de "las minitas" que se alucinan arrobadas ante los efluvios de sus seducciones y "buena pinta" , y, sus mujeres siempre sinónimos de fina elegancia, desbordadoras protuberancias y siempre anunciada belleza, orgullos de criollos y mestizos galanes, que no dejan de adjudicar a su suerte conquistadora , la posesión de tan mortales trofeos.
Quizás los argentinos, te desconcierten con su tendencia a endiosar lo indeseable, a querer a Maradona, a Charly García, como iconos cercanos, de vidas tumultuosas, casi cercanas a la navaja degollante del mal vivir , combinado con los placeres de la gloria y el carisma inconfundible , de sus pasados impresionantemente triunfadores, del futbol y la música hechas celestiales bienaventuranzas, eternas flores de brillo fulgurante y enamoradizo, amores sin retorno por lo temperamental de sus entregas y subliminal de sus reposos.
Todo ello , ciertamente es impactante, mas, lo que rompe cualquier cálculo o raciocinio de allende y aquende, es el Peronismo, sin concesiones, de una gran mayoría de habitantes, claro, esta ribeteado con oposiciones, disidencias y modernas versiones de liberal arraigo. Muchas veces lleva a preguntar, ¿y eso que es? , ¿populismo? ¿socialdemocratismo? ¿socialismo? ¿fascismo?..y los ismos no cesan, lo único cierto, entre trompicones de aniversario del "JEFE", como le siguen diciendo, quienes de muy jóvenes, casi adolescentes, como mi amigo Oscar, platense de pura cepa, les toco en suerte, beber de sus palabras, oler de sus angustias, no precisamente en el apogeo de sus victorias y arraigos, celebrar sus ocurrencias, poner el cuerpo al descubierto , sin temores , ni vacilaciones, para dar la vida , si fuera posible, cual fiel héroe de fundamentalismo profano, por su lider, su luz, su guía, pasado y futuro de sus existencias.
Perón, no fue un santo, menos un democrata comprobado y evaluado, de mano estirada, en épocas de bonanza, reticente en las vacas flacas, pero, para sus persistentes y añejos seguidores, para su actuales y núbiles creyentes, ¡ARGENTINOS y ARGENTINAS!..¡Lo mejor que les pudo pasar!.
Si todo este panegírico, este culto a la personalidad asombra, ni que decir de Eva., Evita Perón,¡ la mamma !, con italiano acento, el faro trascendente de esa república de un momento, de una historia, esa Evita, que de los escenarios de la noche cantarina y siempre lunfarda , donde su belleza, su voz y su presencia desbordaban imaginaciones y destrozaban corazones, hasta que llegó Perón , a sus más delicados sentimientos, y a su destino, y con ellos, al imaginario colectivo del pueblo argentino, de los pibes, de los laburo, de los obreros, de los cantantes y esquineras, de los sin voz, de los propios y ajenos, de los apellidos y de los desnombrados, de todos aquellos que vieron en ella, el presente , el futuro, el todo y la nada, la esperanza y la rabia.
Una Evita , endiosada por la histórica CGT, el producto más importante del proletariado argentino, de mil broncas, pero siempre vigente, que estuvo a punto de tomar pistolas y rifles para defender lo que ella había infundado, construído e insuflado, hasta su muerte física y más alla de ella, tal cual lo expresa la llama votiva, eterna y continuada, que siempre brilla por encima de las nieblas caprichosas y acariciantes de la savia porteña. Evita , en los ojos de los niños, que recibieron de ella, mucho más que un alimento o una ropa, que lo digan Palito Ortega, Leonardo Favio y otros más, que crecieron con sus latidos, con la divina y encandilada, con la bella y maternal, con la casi santa para ellos y casi demonio, para sus adversarios, el poder tras el telón, tan acostumbrada ella, a descorrerlo.
Evita, esta allí, protectora de los incomprendidos vericuetos de la política y el sentir argentinos, gaucho por un lado, rudo y noble, campeón del religioso y ritual asado , occidental y europeo de todas las sangres, llegados desde lejos , deportados por las incompresiones y las reyertas viejomundanas, italos en potencia, adornados con eslavo, soviético, sajón, franco e ibérico; pero todos juntos, en su barrio de la Boca, en "Corrientes 348, segundo piso ascensor", en medio del "yira, yira" "de la noviecita" " el caminito" y " la cumparsita", en medio de los matambres y las gargantas enronquecidas de la Bombonera, de la gente brava, del corazón henchido, y la palabra inquieta...Evita al fin....¡EVITA...sos grande!

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