CELULAS INMUNES TAMBIÉN TIENEN UN PAPEL EN EL DESARROLLO DE LA DIABETES TIPO B


ESTUDIOS EN RATONES
Cortesía : El Mundo.es

Las células inmunes también tienen un papel en el desarrollo de la diabetes tipo 2 Varios estudios relacionan la obesidad con alteraciones inmunológicas

El tejido graso de ratones obesos apenas tiene células T, frente a un animal sano

La acción de los mastocitos, un tipo de células que participa en las reacciones inmunológicas e inflamatorias del organismo. En condiciones normales, los mastocitos facilitan la curación de tejidos; sin embargo, en algunas situaciones (y la diabetes podría ser una de ellas), los mastocitos sobreactúan, "y se convierten en algo parecido a una bolsa de basura agujereada que deja gotear 'basura molecular' hacia los tejidos", como explica el equipo en una nota de prensa.

Inmunometabolismo

De hecho, Shi y su compañero Jian Liu, sabían que los niveles de mastocitos son más abundantes en el tejido graso de ratones e individuos obesos; por lo que se preguntaron si estos medicamentos también tendrían algún tipo de acción a este nivel. Para ello compararon durante dos meses la evolución de un grupo de roedores: algunos de ellos sometidos a una dieta normal, otros combinando dieta sana y la medicación o bien, únicamente, administrándoles alimentos bajos en grasa y azúcares.

Aunque la dieta cumplió su función de mejorar el control metabólico, fue con los antialérgicos como se observó una recuperación prácticamente del 100% en todos los parámetros relacionados con la obesidad y la diabetes.

Para confirmar esta observación, probaron a engordar con una dieta rica en grasa y azúcar a un grupo de animales genéticamente modificados para que no pudiesen fabricar mastocitos. Después de tres meses, los animales no se habían vuelto obesos ni desarrollaron diabetes.

células T, que podrían regular de alguna manera la inflamación que sufren los tejidos grasos en los sujetos con obesidad. De hecho, en la composición de la grasa no sólo pueden encontarse células grasas propiamente dichas (adipocitos), sino también otras variedades inmunológicas.

De nuevo desde Harvard, otro equipo dirigido por Markus Feuerer (en el que ha colaborado también Laura Herrero, de la Universidad de Barcelona) ha descubierto que los roedores obesos tenían un número sorprendentemente bajo de células T reguladoras en su tejido adiposo en comparación con los ejemplares sanos. Si hasta ahora se creía que estos glóbulos blancos únicamente regulaban a otras células inmunes (son conocidas como las guardianas del sistema inmunológico), estos trabajos sugieren que son en realidad, además, un vínculo entre el sistema metabólico y el inmunitario.

Como explica Herrero, mientras el tejido adiposo de los roedores obesos y diabéticos está lleno de macrófagos inflamatorios, pero apenas tiene células T; la grasa de un individuo sano con un peso normal tiene la composición inversa: pocos macrófagos y más células T. "Ahora estamos viendo que potenciar las propiedades antiinflamatorias de estas células puede tener una aplicación terapéutica contra enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 o la resistencia a la insulina".





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