PISANDO FUERTE No. 39 : ¡ DESPUÉS DE LA OPERACIÓN QUIRÚRGICA...!

PISANDO FUERTE No. 39: ¡Después de la operación quirúrgica…!Por: Marcial Guillermo Pérez Herrera¡Holas amiguitas y amiguitos!, nuevamente en línea, escribiendo, entre algo de dolor escondido y temor cobardón, luego de la operación quirúrgica a la que me sometieron, este miércoles 27, luego de permanecer en una lúgubre sala de emergencia de un Hospital de nuestro bien amado Seguro Social Peruano, desde el martes a las 3 de la madrugada, en medio de ululares de sirenas, frio, dolientes de todo color y existencia y por supuesto el epígrafe casi instalado, en las reglas de juego de quienes atienden en esas dependencias, ¡tenga un poquito de paciencia! (mismo Chavo del ocho..pero siniestrón). De nada valía ir intoxicando mi organismo con el mal que tenía, pues la respuesta era, ¡hay otros casos más urgentes…señor!, de paso, que como todavía me veían de apariencia “saludable”, sin riesgo de muerte inmediata, pues, ¡podía esperar! Como todo el mediatismo, propaganda artificiosa de las bondades del sistema se venían abajo, claro, que para mi, no era un secreto, sabía lo que arriesgaba, pero ¡carajo! me dije, para eso aporto, durante años, por buscar que se mejore el funcionamiento, me peleo desde tiempos remotos, pero el asunto era mucho peor, que los estudios y diagnósticos de mis colegas especializados en el tema, o las arengas embravecidas de nuestras aventuras sindicales y sociales, era como la antesala a un oscurantismo casi medieval, kafkiano, con sabor a Dante reciclado.
Quedé tirado, así de sencillo, en una pavimentosa camilla, fria, sin abrigo posible, contra la pared, donde se ensayaban asientos (si asi se quieren llamar) graníticos, llenos de gente que gemía, siendo notorios los ancianos desfallecientes, casi en un orden militar, con sus brazos atados a unas canículas que sostenían frascos de suero, como si todo quedará resuelto de esa forma. Sentí en algún momento que me miraban con compasión, en medio de sus estertores, tal vez, porque el resultado ineludible de mi espera podía ser entrar a una cirugía, me regresarán desaprensivamente o tal vez algo peor.
Como cierre del primer acto de este “reality”, sin animadores, ni agentes publicitarios, me dieron las 24 horas en el estado que les comentaba anteriormente y en medio de mi ostensible debilidad, levante piernas y brazos, a riesgo de herirme con las agujas que invadían mis venas, y me quedó un aliento para protestar casi con sabor a diatriba enloquecida, y/o reflejo condicionado , los pacientes en estado de friaje, me miraban cual rara fantasía, piadosa imagen o tal vez trastornado personaje, hasta que al fin , entre disgustado, algo sensibilizado o tal vez recordando anteriores problemas, se me acercó un profesional de la medicina, ¿cómo todavía no lo atienden? ..¡Pero si hace rato debió pasar a PISO!, en eso le retruca otra médico y cual defensora del modelo, afirma desenfadada ..¡Claro (¿como la empresa de teléfonos?), al “caballero”, hay que operarlo, pero en estos momentos no hay CAMA disponible! En medio de mi, ya precaria percepción, noté como los ojos de ambos susodichos se cruzaron, cual escrutadores y reveladores actores de un drama sin sentido, percatándose de una contradicción imperdonable y casi al unísono, como un tandem de Messí con Henry (ambos campeones con el Barcelona de España en la Copa Europea, ni más ni menos), decretaron …¡Sin embargo avanzaremos con los exámenes de riesgo quirúrgico en este instante! …¿tiene un familiar que lo acompañe?... ¡NO respondí!, la única que está siempre a mi lado, está justamente en otro Hospital, porque tienen que examinarla por otros albores del quehacer y la rutina heroica de todos los días y la otra es mi madre, que ni siquiera sabe, ni me atrevería a decirle, que estoy aquí!. ¡Humm ( con ceño fruncido) ¡. Al momento llamaron a un dilecto empleado, de la cuota de seres humanos discapacitados que trabajan en la dependencia y realmente fue la excepción de la regla, me depositó en la silla de ruedas y sin arredrarse de mi tamaño y mayor corpulencia, me llevó a los distintos vericuetos de ese circulo , del caos y el desorden babeliano. Radiografías, extracción de sangre una y otra vez, (pobres venas) tomografías, análisis de todos los matices y a seguir esperando, con unos traumas que no los cesaba, ningún analgésico y por allí los gritos desesperados de otro hombre que había llegado molido, y nada de nada, nadie por ningún lado, seguían cual farsescas y tremebundas, la indiferencia y la desidia. Creo que a los servicios higiénicos deteriorados , equipos casi inservibles, mobiliario cómplice de daños corporales y ausencia de medicinas, recursos y materiales, el mayor de los males es esa especie de derrota sistemática de la voluntad de servir, de muchos de quienes cubiletean con nuestros cuerpos y humanidades, en coincidencia fatal, con burócratas de todos los colores (no hay excepción), que hacen de los mandatos, legislaciones, sugerencias, letra muerta, palabra gangrenada, para anteponer sus intereses particulares, totalmente ajenos a una realidad que golpea embravecida cual maretazo sin descanso en las grandes mayorías de un país, que nunca se mereció este destino.Pues, albricias, me quedé desnudo, luego cubierto con un simulacro de tela de tocuyo, que alguna vez, pudo haberse llamado media bata y entré rutilante cual estrella del jet set, en la Sala de operaciones, mucha luz y el asalto ineludible, no nos engañemos, que tal vez, pueda ser la última que veamos, total, si a la hora de firmar el compromiso de responsabilidades, le advierten , “alentadoramente” al destinatario de la cirugía, o sea Yo, que siempre la aplicación de la anestesia total, tiene un margen de riesgo, “mínimo” por supuesto, sumando a ello, la sórdida historia de negligencias médicas, descerebramientos y otros “Trillers” inenarrables que tienen en su haber nuestros Hospitales del Seguro Social, sin que a la fecha, salvo error u omisión, se haya actuado con prontitud para sancionar o lo que es más importante, “especializar la prevención” antes que la cosa juzgada o la “desgracia anunciada”.
Echadito en la “mesa de operaciones”, cual menú a ser degustado con bisturí y escalpelo, respirando fuerte, previas bromas cachondas con la cirujana, brazos en cruz, y ¡zas! la anestesia que me invade y me fui como tres horas de la conciencia, del todos los días, del mundo circundante, de las penas , de las alegrías, de las frustraciones, de las esperanzas, de las traiciones, de los abrazos, de los amigos, de los enemigos, de las cuitas, de los silencios, de las luces, de los vientos, de los sabores, de los olores, de los presentes, de los futuros, de todo, mi alma se retiro, ¿adonde?..no lo sé, era un corazón latiendo, un cerebro en movimiento, pero sin nada de contenidos, sin materia, sin pensamiento visible y ostensible, sin recuerdo, sin reminiscencias ostentosas, sin erotismos, sin regresiones, sin creaciones, sin estrategias, sin tácticas, sin arquetipos intelectuales. La ciencia demostrando, que todo es posible, hasta estar muerto sin estarlo, de seguir funcionando como un motor rugiente sin sonido, de poder ser materia viva, sin que sea necesariamente notorio, todo lo imaginable de hacer con tus músculos, huesos y entrañas, por parte de manos tan humanas como las tuyas, de instrumentales silenciosos, finos, punzantes y refinadamente tecnificados, para luego, cual insospechado tramo de existencia frenada, abrir nuevamente los ojos y comenzar a escuchar voces, más quejidos, más jokers y sanedrines de la política, el espectáculo procaz, el sincretismo desviado, la escena simiesca de actos y olvidos , las lágrimas de verdad y las de cocodrilo sonriente, el aparataje cobarde de medios de comunicación residuados, siniestrados, dañando mentes, aquietando el clamor de justicia junto a oler tus propios humores, los ajenos, los distintos espectros de una melancólica tarde que me recibió aquel día 27.
Pero aquí estoy muchachada, tal vez muy gozoso de haber vuelto, con una pieza menos de mi humano cuerpo, pero, con una especial vocación de tiempo nuevo, de haberme redimido en la mortalidad para seguir siendo mortal, pero con ganas de combatir desde mi trecho enhiesto, por ver la risa antes que el disgusto, el abrazo en sustitución de la desconfianza, pero, a su vez, más protegido, más nuevo, más cercano a alcanzar lo que siempre puedo haber deseado, a expresar, ahora sin reparos, lo que quiero y lo que siento. Soy realmente más libre y de repente en las horas que me fui encontré el pedazo de espíritu que me faltaba, y, que fue entregado con ternura, complicidad fértil y con agradable perfume, por mis mayores, que si están en el otro lado de este misterioso y apasionante circulo del ser y no ser, del estar y no estar, de la mortalidad y la inmortalidad, de la dinámica de una continuidad nunca resuelta, pero siempre simultáneamente temida admirada, cual ecuación binaria que nos hace eternos.
¡Chau chicos y chicas!¡grandes y pequeños! ¡Hombres y mujeres de esta especie pasajera!, estoy algo cansado y me toca administrarme, algunas pastillas y otros químicos (males necesarios). Nos seguiremos escribiendo y comunicando, con más ganitas que antes.

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