PANTALLAZO 5: 1 de Mayo
p. Marcial Guillermo Pérez Herrera
Día Internacional del trabajo, el 1 de mayo, espíritus henchidos de fragor proletario en unos, simpleza de rutina en otros, sensación de vacío, en la mayoría (desempleados), vocación de prudencia en buenos contingentes (los de cuenta propia), pero fecha notoria al fin. Lejos quedan, los primeros y aurorales días de la lucha por las 8 horas, el sacrificio de Chicago, de ideales tan grandes y tan dilectos, que la vida sólo fue paso efímero, pensando en futuros de luz y esperanza para todos. Lejos también van quedando, los lazos de solidaridad, despr
endimiento y sentido mutuo de los trabajadores, lo colectivo amistoso, va cediendo a lo individualista pernicioso, el compartir al intervenir, el abrazo sincero en el minuto de descanso, o de triunfo gremialista por el ¡sálvese quien pueda! del egoísmo y el miedo impenitente.
Se hacen viejas y sin retorno las ideas primigenias de la unidad, pero más viejos e irreversibles, quienes desde sus poltronas reales o virtuales, desdeñan de las lealtades y sentimientos, que pudieran hacerla posible, en bien de un mundo nuevo.
Seguramente la
s reencarnaciones simiescas de los explotadores de polaina, sean sustituidas por los refinamientos de los reyezuelos del part. time, el call center abusivo, la maquila enjaulada, la subcontrata o el despido, pero siempre creo, que habrá un handicap, para nuevas posibilidades de hacer de un sociedad del trabaj
o, justa y equitativa , el norte inigualable de una autentica y perdurable convivencia humana , la razón de ser, que permita a quienes dieron lo mejor de su naturaleza y valiosa integridad, para garantizar nuevos y mejores tiempos de igualdad y justicia.
Probablemente, no todo podrá cambiar como queremos, pero, siempre con empleo o sin empleo, con salario o en la inopia, estaremos reconociendo al Día Internacional del trabajo, como el monumento central, el punto de partida incansable, de un camino , que debe ser, definitivamente, distinto, inclusivo y democráti
co .
L.30.04.09
p. Marcial Guillermo Pérez Herrera
Día Internacional del trabajo, el 1 de mayo, espíritus henchidos de fragor proletario en unos, simpleza de rutina en otros, sensación de vacío, en la mayoría (desempleados), vocación de prudencia en buenos contingentes (los de cuenta propia), pero fecha notoria al fin. Lejos quedan, los primeros y aurorales días de la lucha por las 8 horas, el sacrificio de Chicago, de ideales tan grandes y tan dilectos, que la vida sólo fue paso efímero, pensando en futuros de luz y esperanza para todos. Lejos también van quedando, los lazos de solidaridad, despr
endimiento y sentido mutuo de los trabajadores, lo colectivo amistoso, va cediendo a lo individualista pernicioso, el compartir al intervenir, el abrazo sincero en el minuto de descanso, o de triunfo gremialista por el ¡sálvese quien pueda! del egoísmo y el miedo impenitente.Se hacen viejas y sin retorno las ideas primigenias de la unidad, pero más viejos e irreversibles, quienes desde sus poltronas reales o virtuales, desdeñan de las lealtades y sentimientos, que pudieran hacerla posible, en bien de un mundo nuevo.
Seguramente la
s reencarnaciones simiescas de los explotadores de polaina, sean sustituidas por los refinamientos de los reyezuelos del part. time, el call center abusivo, la maquila enjaulada, la subcontrata o el despido, pero siempre creo, que habrá un handicap, para nuevas posibilidades de hacer de un sociedad del trabaj
o, justa y equitativa , el norte inigualable de una autentica y perdurable convivencia humana , la razón de ser, que permita a quienes dieron lo mejor de su naturaleza y valiosa integridad, para garantizar nuevos y mejores tiempos de igualdad y justicia.Probablemente, no todo podrá cambiar como queremos, pero, siempre con empleo o sin empleo, con salario o en la inopia, estaremos reconociendo al Día Internacional del trabajo, como el monumento central, el punto de partida incansable, de un camino , que debe ser, definitivamente, distinto, inclusivo y democráti
co .L.30.04.09
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