EL ASCENSO DE BRASIL COMO LÍDER REGIONAL

El ascenso de Brasil como líder regional
Por Andrés OPPENHEIMER
Adios, México. A partir de este fin de semana, Brasil se convertirá --ya sea por voluntad propia o por falta de competencia-- en el interlocutor más importante entre Estados Unidos y Latinoamérica.
El Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva tiene previsto llegar a Washington D.C. este sábado, en lo que será la primera visita de un presidente latinoamericano para reunirse con Obama desde la asunción del presidente norteamericano. Ambos mandatarios tratarán temas bilaterales, regionales y mundiales, incluyendo la próxima Cumbre de las Américas que se celebrará el 17 de abril en Trinidad y Tobago, en la que Obama se reunirá por primera vez con casi todos los jefes de estado latinoamericanos.
Aunque los funcionarios brasileños niegan que su país intenta convertirse en el líder regional latinoamericano --y proclaman que no existe nada que pueda llamarse ''Latinoamérica'', sino tan solo un conjunto de países con intereses muy diversos--, un rápido vistazo a la diplomacia brasileña de los últimos años confirma las ambiciones de liderazgo regional del país más grande de Sudamérica.
Durante la pasada década, Brasil ha sido la fuerza impulsora de varios grupos diplomáticos sudamericanos que, por definición geográfica, han dejado a México mirando desde afuera.
A principios de esta semana, los ministros de Defensa de doce países sudamericanos inauguraron oficialmente el Consejo de Defensa Sudamericano, un nuevo grupo propuesto por Lula, destinado a cooperar en asuntos militares y a impedir potenciales conflictos.
Más importante, Brasil fue el fundador de las Cumbres de Sudamérica, que se iniciaron en Cuzco, Perú, en diciembre del 2004, cuando doce presidentes sudamericanos firmaron una declaración de dos páginas en la que se comprometían a crear una Comunidad Sudamericana. México y Panamá fueron invitados, pero como observadores.
En mayo del 2008 Brasil llevó estas cumbres a un estrato superior, cuando se firmó el acta constitutiva de la Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR) en Brasil. El nuevo grupo intenta construir un bloque sudamericano parecido a la Unión Europea.
Y a fines del año pasado, Brasil fue anfitrión de la primera Cumbre de Latinoamérica y el Caribe, la primera cumbre hemisférica que no contó con la presencia de Estados Unidos ni de Canadá. México se ha ofrecido como próximo anfitrión de esta cumbre.
Los funcionarios brasileños aseguran que su país no ha recibido ningún mandato de los países latinoamericanos para actuar como intermediario con Washington, y que tampoco pretende cumplir con ese rol.
Brasil no piensa en términos de ''relaciones interamericanas'' --la idea de que los países de la región pueden resolver la mayoría de sus problemas por medio de negociaciones entre Latinoamérica y Washington-- porque América del Sur, América Central y México tienen agendas muy diferentes y difícilmente podrían ser representadas por un solo país, alegan. Los escépticos señalan que Brasil de hecho quiere partir la región en varias piezas, para convertirse en el líder natural del bloque más importante
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