DEMOCRACIA: CABILDEO INTELIGENTE U OPOSICIÓN INTRANSIGENTE

Democracia: cabildeo inteligente u oposición intransigente
Los que en la empresa hemos manejado problemas obreros o sindicales sabemosla importancia del cabildeo y que en el arte de resolver problemas hay tres caminos: dominación, conciliación o integración.
Por :José Morales Mancera
I Oposición vs. proposición, dialogo vs. discusión
En una democracia inmadura se entiende ser "la oposición", como la actitud permanente de estar en contra de todo lo que se proponga, escuchando solo lo que convenga para la crítica y evitando el diálogo pues el propósito es pleitear y crear obstáculos sistemáticos al partido en el gobierno. Oposición se concibe como estorbar.
Igual sucede en el mal fútbol donde el contrario sin condición física ni estrategia de ataque se dedica a impedir todas las jugadas con lo cual el público se aburre y el partido se arruina. La democracia madura tiene mucho de deportiva y de caballerosa, no basta ganar el partido hay que promover el deporte en este caso la democracia como opinión pública madura.
Cuando el partido político, el representante popular o el gobernante carece de formación ideológica, de compromiso con principios y de sentido solidario con el bien de la comunidad, convierte cualquier discusión, en negociación de poder y cualquier afirmación o postura del contrario en un "no" rotundo, de preferencia altanero y escandaloso.
La causa de la oposición por principio, es doble: el opositor teme que en el foro público su presencia pase inadvertida pues carece de discurso y de propuesta válida, no cuenta con empatía popular que es el fruto de un auténtico perfil político. Además el político en nuestra tradición cercana está acostumbrado a medir su fuerza en el grupo "de sus valedores", por la afiliación incondicional de estos a su persona o partido, pues está acostumbrado a recibir la aclamación patriótica automática de quienes lo han apoyado siempre sin necesidad de carisma personal, mientras pueda repartir prebendas y favores. Así sucedió por decenas de años, por ejemplo en los informes presidenciales anuales antes del cambio, donde la concurrencia aplaudía estrepitosamente las mayores indignidades o estupideces.
El verdadero partido político debe estar por encima de los problemas para mirarlos con objetividad, pues si se involucra en el problema con la única mira del lucro de poder partidario o personal, pierde la ecuanimidad y el sentido de bien para el país, se enreda en caminos de complacencia, de corrupción o de entrega; así el diálogo pierde nivel y se convierte en reyerta callejera.
En el diálogo democrático no se vale y no es constructiva la aceptación ciega, pero tampoco la oposición sin razonamiento, sin propósito y sin contra propuesta y sobre todo sin sentido de que exige el bien común del país, única finalidad del que hacer político.
La democracia necesita de la oposición pero de una oposición inteligente, oportuna y constructiva, con principios que comprometen a los interlocutores en un dialogo de responsabilidades, con autoridad moral y no solo con poder de convocatoria demagógica y fugaz que causa mas daño que provecho. En ocasiones se pelean temas sin mayor importancia dejando de lado la colaboración en la creación de mejores soluciones para los problemas fundamentales del país. Por ello en los paises maduros los proyectos de gobierno de los distintos partidos son casi idénticos y no se discuten nimiedades. El sentido de bien común y de intereses nacionales unifica al oponente.
II El cabildeo y la negociación
La capacidad de negociar y pactar constituye en la democracia práctica un elemento formidable siempre y cuando se consiga sin ceder en componendas o en concesiones injustas o en promesas y proyectos irrealizables que lo único que consiguen es diferir y agrandar los problemas. Crear expectativas falsas no es crear consensos ni concretar resultados.
La clave de la negociación real solo se puede dar entre personas de buena voluntad, realistas e inteligentes, cuando se tiene la clara conciencia de lo que exige el bien común nacional a largo plazo y se está dispuesto por las partes contendientes a los sacrificios que haya que realizar para conseguirlo.
Cabildo viene de "capitulum" "caput" cabeza hacer cabeza, a "cabildear" también se le da el sentido de intriga o de influencia en la opinión.El cabildo es la alcaldía o el viejo capítulo conventual en donde se dialogaban los problemas comunes, esto es intercambio de ideas y de intereses entre personas de razón y buena voluntad o por el contrario se discuten o disputan, intercambio de gritos y denuestos entre personas que pretenden dominarse, altercar, contradecir o insultarse. En inglés le dicen lobby de vestíbulo, sala de espera, andar por los pasillos escuchando e intercambiando opiniones, intrigando o como grupo de presión. El Parlamento Inglés es un modelo de buenos modales externos con golpes bajo la mesa.
Modernamente el cabildeo es una influencia previa a las decisiones importantes, (generalmente es una negociación privada alejada de fuentes externas y de miradas de curiosos) entre los interesados o responsables de resolver algún problema social, económico o político trascendental.
El cabildeo es un arte de la democracia pues la esencia del político es saber pactar, negociar, convencer.
El antiguo viejo cortesano cercano al rey, en realidad no cabildeaba simplemente intrigaba hablando horrores de los opositores. Recuérdese que en Hamlet el veneno para matar al contrario se vertía por el oído.
En ocasiones el cabildeo no se puede ni debe realizar delante de la prensa, no porque lo que se trate sea inmoral o corrupto sino porque se perdería toda la eficacia si desde el inicio, lo que es un diálogo privado, informal y de tanteos, se convierte en un debate público. La "opinionitis populachera" que no se debe confundir con la "democracia de masas" (si es que la democracia puede existir sin vertebración social) es el peor enemigo del cabildeo constructivo.Los periodistas pueden hacer un papel importante de gran madurez como intermediarios en el cabildeo o de imprudencia dañina como detonadores de opiniones inoportunas o delirantes.
Recuérdese el papel tan positivo de algunos periodistas durante la guerra fría, como por ejemplo en la famosa crisis de octubre, cuando los soviéticos colocaron misiles en Cuba. Ellos fueron los intermediarios en el cabildeo entre los gobiernos. El discreto correo del cabildeo juega un papel fundamental.
Pretender ganar la primicia de una noticia, puede dar al traste con una negociación importante que aún está en proceso. La verdadera noticia se debe dar al final del proceso.
Contactos entre amigos aparentemente poco conocidos y en sitios que brinden privacía suelen ser mucho mejores, que los grandes contactos o los sitios vistosos. Adolfo Suárez en la transición española a la democracia fue un consumado maestro del cabildeo, de los consensos y de los pactos que constituían su mejor arma.
Cabildear no es pretender arbitrar los problemas sino negociar y convencer sin perder el sentido de caballerosidad, de justicia y de los principios éticos imprescindibles.
Cabildear es mas bien conciliar, se arbitra cuando se tiene todo el poder y la autoridad o como cuando el poder judicial en última instancia tiene que definir entre grupos o personas que no pudieron conciliar intereses u opiniones. Véase el reciente caso de Yucatán
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III Diferencias ideológicas y de intereses
Los problemas no son mas que de dos clases, los ideológicos y los de intereses, casi siempre los segundos se enmascaran en los primeros.
Los que en la empresa hemos manejado problemas obreros o sindicales sabemos la importancia del cabildeo y que en el arte de resolver problemas hay tres caminos:
DOMINACION, CONCILIACIÓN O INTEGRACIÓN
El primero la dominación no es recomendable ni en la familia, ni en la empresa ni en el gobierno, La conciliación es necesaria en ocasiones como camino a la integración de los problemas o puede ser, como es frecuente cuando se pactan injusticias o abusos, un camino de retorno a la dominación. La integración es la óptima pero solo se consigue cuando las partes tienen la madurez, la inteligencia suficiente y el espíritu de concordia (cum cordis, unión de corazones) como para poder llevarla a término.Examinemos las situaciones
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I Dominación es pretender someter al oponente por miedo o por compra, es el estilo de los grandes tiranos de la historia y los partidos únicos. Para el cacique o el tirano la política es dominar o comprar o amedrentar al opositor.
Arreglar los problemas por la dominación produce la ira diferida, la guerra y la paz de los cementerios. Es la negación de la democracia.
II Conciliar el problema consiste en ceder en algunos aspectos y dominar en otros. Esto es fantástico si se logra conjugar los deseos de ambas partes sin perjuicio de la justicia, la equidad y el respeto a las minorías. Esto es sin lesionar la justicia conmutativa madre de la solidaridad futura ni la justicia distributiva madre de la subsidiaridad, lo cual en la práctica es bastante complicado.
Si en la aparente conciliación que apacigua por el momento a las partes, se cede en consensos injustos esto es, contrarios al bien común a largo plazo, lo único que se está logrando es incrementar el problema y volver imposible la próxima negociación. Este es el caso de muchos contratos colectivos, sistemas sociales imposibles (por ejemplo el sistema de "jubilaciones jubilosas") o conquistas laborales incompatibles con la productividad y el futuro de la empresa. Esta es la paz de los diplomáticos que lo único que logran es diferir las guerras y hacerlas mayores.
III La Integración del problema en una función solidaria con las exigencias del bien común a largo plazo. "What is Right" dicen los ingleses. Las propuestas deben ser creativas e innovadoras, afrontando responsabilidades y los sacrificios necesarios por ambas partes.
Al mexicano se le ha enseñado durante setenta años que vive cargado de derechos y privilegios virtuales no reales, y en cambio es cada vez mas ignorante de sus responsabilidades y de los sacrificios indispensables que impone la disciplina y el orden social. Se requiere una nueva cultura que le permita comprometerse y participar, como hacen los orientales, en proyectos de integración.
IV Capacidad de diálogo
Para poder llegar a un cabildeo entre oposiciones constructivas que puedan acceder a conciliación o integración de los problemas se requiere de cuatro elementos:
1. El conocimiento profundo tanto científico como ético de los problemas y de sus posibles soluciones factibles así como de las consecuencias futuras de lo que se acuerde y de lo que no se acuerde y de la prisa o no prisa para acordarlo. No discutir necedades.
2. La capacidad de descubrir y ordenar la acción correcta y que además sea factible en las circunstancias concretas. Capacidad de organización eficaz y colaboradora.
3. La comunicación veraz, precisa, y respetuosa entre los negociadores, con el ciudadano, los grupos de intereses, la prensa y la propia oposición que no ha de ser vista como el enemigo personal sino como estímulo y colaboración, cuando lo que se pretende es el mejor proyecto para el país. Una vez terminadas las campañas lo que debe seguir en los partidos es el trabajo en equipo por participación real.
4. La buena voluntad, esto es el sentido y el anhelo del bien común del país, como responsabilidad suprema del que hacer político por encima de intereses personales y de partido. "Paz a los hombres de buena voluntad".

José Morales Mancera
Doctor en Filosofía,Contador Público y Licenciado en Administración de Empresas.
Director del Bufete Morales Manceraentorno@coparmex.org.mx

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