EL CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ ¿HASTA CUANDO LAS MEDIAS PALABRAS Y EL FOGONAZO?

Impacto de las drogas en el Perú
Cortesía : CEDRO
Principales impactos: Salud Pública
El análisis del fenómeno, incluyendo el incremento del consumo de drogas, es un tema de enorme interés a nivel de la salud pública. Es preciso en que grado la población de un país se ha involucrado en las drogas para poder desarrollar acciones que contribuyan a una efectiva reducción de la demanday modificar las situaciones de producción y tráfico, es decir, la oferta.
Los profesionales que tienen a su cargo el diseño e implementación de programas de prevención de drogas requieren información sobre las características del problema con el fin de establecer qué poblaciones están en mayor riesgo de involucrarse en el consumo, los mismas que se convierten en grupo objetivo de las acciones preventivas. Por ejemplo, los adolescentes y jóvenes, escolares, personas que residen en sectores urbano marginales o familias que tienen miembros consumidores son poblaciones que reciben atención en la mayor parte de programas preventivos existentes.
La epidemiología es una ciencia que busca describir la magnitud de una enfermedad y las características de quienes la presentan en determinado ámbito geográfico y temporal. En el caso del consumo de drogas la epidemiología se orienta a recoger información sobre el número de adictos o al porcentaje de personas que están en riesgo de desarrollar adicción. Asimismo, describe las características demográficas y psicosociales de los consumidores en comparación con las de los no consumidores, permitiendo establecer hipótesis sobre los factores que podrían estar predisponiendo al consumo.
En el Perú, CEDRO ha llevado a cabo una serie de estudios sobre la epidemiología del consumo de drogas en hogares, comenzando desde el año 1986. Si bien la metodología empleada y cobertura han tenido ciertas variaciones entre un estudio y otro, en general se ha buscado mantener la comparabilidad de los resultados, con el fin de efectuar un seguimiento sobre las tendencias de consumo y poder establecer el efecto de los esfuerzos de lucha contra las drogas en que el país se ha embarcado.
La información que aquí se presenta corresponde al más reciente Estudio Epidemiológico sobre Uso de Drogas en el Perú, realizado durante el año 2003 en 7 ciudades en las 3 regiones naturales del país.
La prevalencia de vida de marihuana alcanzó al 10.3% de la población entre 12 y 64 años, indicando que 1 de cada 10 pobladores ha probado marihuana al menos una vez en la vida. Se apreció una mayor prevalencia de vida en los hombres (19.5%) en comparación con las mujeres y si bien existen casos de consumo en todas las edades, el porcentaje de quienes han probado dicha sustancia es mayor en el grupo entre los 19 y 24 años (17.4%) y menor en aquellos entre los 50 u 64 años (5.9%), apreciándose que el 4.7% de individuos entre los 12 y 18 años ya ha consumido marihuana al menos una vez en la vida.
En cuanto a la región de residencia se aprecia una mayor prevalencia de vida en Lima (11.5%) que en provincias (6.2%) aunque el porcentaje de entrevistados de la región selva que ha probado marihuana es bastante cercano al de Lima (10.6%), convirtiéndose así en los sectores donde es más grave el panorama de aproximación inicial a dicha sustancia. Los pobladores con mejores niveles educativos presentaron una mayor prevalencia de vida de marihuana, alcanzando un máximo del 16.3% de aquellos que cuentan con educación no universitaria completa. Las menores prevalencias de vida se observaron en los entrevistados con menor instrucción (ninguno: 0.5% y preescolar: 0.0%). Según nivel socioeconómico la prevalencia de vida fue mayor en el nivel socioeconómico bajo (10.8%) y menor en el medio/alto (5.7%), opuesto a lo observado en el caso de las drogas sociales.
El 6.1% de la población consumió marihuana por vez primera entre los 12 y 18 años y el 3.9% lo hizo entre los 19 y 24 años, siendo muy pequeños los porcentajes de primer consumo de dicha sustancia pasados los 25 años de edad. Consistente con el mayor involucramiento de los hombres en el consumo de marihuana son ellos los que aparecen más representados en todas las edades de inicio reportadas.
La prevalencia de vida de pasta básica de cocaína (PBC) alcanzó al 4.1% de la población entrevistada, observándose mucho mayores porcentajes de algún consumo entre los hombres (7.7%) que entre las mujeres (0.9%). A diferencia de lo observado en las otras drogas, el consumo alguna vez en la vida de PBC es mayor en los grupos de mayor edad y más específicamente en el rango entre los 25 y 49 años. Las menores prevalencias de vida se observaron en los grupos entre 12 y 18 años y 19 a 24 años (1.5% y 1.6% respectivamente).
De acuerdo a la región de residencia se apreció una mayor prevalencia de vida en los pobladores entrevistados en la selva (7.2%), que llega a ser incluso mayor que en Lima (4.3%) y es en el resto de costa y en la sierra donde se observan los menores porcentajes de consumo de PBC al menos una vez en la vida (1.8% y 1.7% respectivamente). Al igual que en el caso de la marihuana, la mayor prevalencia de vida de PBC fue apreciada en los entrevistados con instrucción no universitaria completa (12.4%) y la menor prevalencia también en los pobladores con menores niveles educativos (ninguno: 0.2%; preescolar: 0.0% y primaria: 0.2%), hecho que tendría relación directa con la muchísimo mayor prevalencia de vida en el sector socioeconómico bajo (4.5%) en comparación con el grupo mejor posicionado socialmente, donde la prevalencia es muy reducida (0.1%).
Aunque el reducido número de casos de consumo alguna vez de PBC no permite extraer conclusiones definitivas, se apreció un mayor porcentaje de inicio en el consumo de PBC en el grupo entre 12 y 18 años (1.8%) y en el grupo entre 19 y 14 años (1.2%) pero incluso se detectó casos de primer consumo de dicha sustancia entre los 30 y 39 años (0.3%), lo cual es consistente con la mayor prevalencia de vida observada en los grupos de mayor edad.
El consumo alguna vez en la vida de clorhidrato de cocaína alcanzó al 3.9% de la población entre 12 y 64 años involucrada en el presente estudio, apreciándose mayores porcentajes de prevalencia de vida en los hombres (7.5%) que en las mujeres (0.6%), hecho observado también en el caso de las drogas sociales, en la marihuana y en la PBC. El grupo entre los 19 y 24 años presentó la mayor prevalencia de vida de cocaína (7.4%) y la menor prevalencia apareció en el grupo entre 18 y 24 años (1.1%), lo cual no deja de ser preocupante dado el carácter fuertemente adictivo de dicha droga.
La mayor prevalencia de vida de cocaína fue observada en la región Lima (4.6%), más que duplicando a la prevalencia de la selva (1.7%) y muy superior a la prevalencia de la sierra (0.6%). No se apreció casos de empleo alguna vez de cocaína en los grupos sin instrucción y con educación preescolar, concentrándose estos abrumadoramente en el grupo con instrucción no universitaria completa (9.4%), hecho también observado en el caso de las restantes drogas ilegales. Al igual que en el caso de la otra droga cocaínica, la PBC, la prevalencia de clorhidrato fue mayor en el sector socioeconómico bajo (4.0%) en comparación con el sector medio/alto (2.3%).
La edad de primer consumo de cocaína apareció en el grupo entre los 12 y 18 años (1.9%), seguido por el 1.2% de la población que refirió un consumo inicial entre los 19 y 24 años. Al igual que en el caso de la PBC se apreció casos de consumo inicial incluso hasta en el grupo entre 30 y 39 años (0.1%), siempre integrado por un mayor porcentaje de hombres que de mujeres.
Al respecto, debe tenerse presente que el consumo de drogas es un problema multidimensional. Las variaciones en los indicadores relacionados con el consumo de drogas se relacionan con múltiples factores, entre ellos las variaciones en los precios de las drogas en los mercados internacionales, los niveles de producción de drogas y la disponibilidad de las mismas en las ciudades, las acciones de lucha contra el narcotráfico y los efectos de las campañas educativas y de prevención que realizan instituciones tanto públicas como privadas.
DEVIDA

El consumo de drogas legales representa el más alto índice de uso en la población. Solo en el último mes previo a la encuesta el 40.4 % de la población entrevistada había consumido alcohol o tabaco. El 30% que no consumía alcohol un año antes de la aplicación de la encuesta, se inició en el uso de esta sustancia al término de dicho periodo.
El 4.6% de las personas que fueron encuestadas han hecho uso de sustancias ilegales alguna vez en su vida.
El 7.7% de las personas entrevistadas ha utilizado sin prescripción médica, estimulantes o tranquilizantes, alguna vez en su vida.
Los porcentajes registrados en los diferentes tipos de drogas, legales, ilegales, tranquilizantes, estimulantes, representan una problemática compleja si se tiene en cuenta la alta probabilidad adictiva de estas sustancias, así como la asociación con aspectos de seguridad pública y de daño psicosocial, tal como se expone en el capítulo correspondiente
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