¡¡¡¡¡¡ Ojo con el Estrés!!!!!!

Señal de alarma.
Las primeras consecuencias del estrés son pequeñas cosas sin mucha importancia, pero a las que conviene estar alerta para evitar que el problema siga creciendo.
Falta de concentración, fatiga intelectual, inapetencia a las tareas habituales, descuidos.
Dificultad de recuperación, que produce un agotamiento constante. Se hace difícil levantarse por la mañana.
Descenso del rendimiento intelectual o físico, depresión, tristeza.
Fatiga sexual, descenso del deseo, dificultades en la erección y el orgasmo.
Nerviosismo, exceso de actividad, ansiedad, angustia. Impaciencia, irritabilidad. Se descarga la tensión al menor estímulo sin importancia.
Insomnio. Produce falta de descanso que agrava aún más la situación
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Acidez de estómago, indigestión, digestiones difíciles. Dolor de cabeza con excesiva frecuencia.
Tics y movimientos involuntarios. Tabletear sobre la mesa, dar vueltas a un bolígrafo, etc.
Dolores de espalda y cuello. La tensión se acumula sobre los músculos de la espalda.
La superación de un cuadro crónico de estrés pasa por la alteración de los elementos que lo desencadenan. Apenas es posible actuar sobre una respuesta fisiológica automática, pero podemos alterar el entorno que nos produce estrés o los pensamientos que lo acentúan.
Para actuar sobre el entorno es fundamental identificar el elemento que produce el estrés. Una sobrecarga de trabajo, problemas económicos, etc. La solución lógicamente depende de cada caso, pero en la mayoría de las ocasiones basta con una correcta planificación del tiempo y la fijación de unos objetivos más asequibles. Superar la situación de estrés nos permitirá incrementar nuestra efectividad, y por lo tanto aspirar posteriormente a objetivos más elevados.
Otras veces será necesario actuar directamente eliminando el factor completo, como salir de la ciudad los fines de semana si el tráfico nos resulta insoportable o incluso dejar nuestro trabajo en el caso de que eso no nos ponga en otra situación peor, como es el desempleo.
Alterar los pensamientos negativos intentando dominarlos puede ser una buena estrategia si no podemos evitar los factores ambientales, o como combinación para incrementar la efectividad de la terapia. Con frecuencia, reducir un poco nuestro propio nivel de exigencia en la búsqueda de la perfección nos ayudará a restar importancia a nuestros fallos.
La clave, en última instancia, es saber detenersey reflexionar acerca de qué es lo que realmente importa.

Más información: Bruno Comby: Control del estrés. Ediciones Mensajero S.A. 1996Colegio Oficial de Psicólogos:
http://www.cop.es/El ejecutivo moderno y su salud: http://wgserv.quanta.com.py/userweb/sexosp/arti003.htm


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