OBAMA Y McCain discrepan sobre manejo de la Crisis

Discrepan sobre el manejo de la crisis
Obama y McCain ofrecen soluciones totalmente distintas
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Voto Latino 08
En un formato que permitió que un grupo de votantes formulara preguntas directamente a los candidatos a la presidencia, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain sostuvieron ayer un segundo debate que les permitió explicar sus diferencias en asuntos económicos y de política exterior.
Celebrado en la Universidad Belmont de Nashville, Tennessee, el formato del encuentro permitió que ambos candidatos recibieran cuestionamientos directos por parte de los asistentes al lugar, votantes indecisos certificados por la Organización Gallup. Al mismo tiempo Tom Brokaw, periodista de la cadena NBC, planteaba preguntas enviadas por el público vía internet.
La primera pregunta proveniente de un miembro del público se refirió a las estrategias de ambos para resolver la crisis económica, a lo que Obama respondió afirmando que la crisis, "la peor desde la Gran Depresión", se debe a las políticas económicas de no regulación promovidas por Bush y apoyadas por el propio McCain.
Acorde con su plataforma de campaña, el demócrata habló de su programa para "rescatar a la clase media" a través de recortes a los impuestos, mejora del sistema de salud y generación de empleos.
McCain por su parte inició su respuesta asegurando que el país requiere de independencia energética con respecto a otros países y así "dejar de darle 700 mil millones de dólares a países a los que no les gustamos". De igual manera, el republicano mencionó la necesidad de tomar medidas para resolver la crisis financiera, entre ellas un programa de 300,000 millones de dólares para proteger a los propietarios de viviendas de la ejecución de sus hipotecas .
La primera parte del debate giró sobre asuntos económicos. Una mujer entre el público cuestionó el hecho de que los votantes puedan creer en los candidatos, cuando ambos partidos fueron responsables de la actual crisis económica en el país.
Durante una de sus intervenciones, McCain reiteró los cuestionamientos que ha hecho previamente a su contrincante acusándolo de buscar elevar los impuestos, afectando así a los pequeños negocios y generando desempleo, y aseguró que su gobierno estará en contra de cualquier incremento de este tipo.
Obama por su parte respondió que quienes ganan menos de 250 mil dólares al año, cerca de 95% de la población, no verán un incremento en su pago de impuestos, y acusó a su oponente de buscar la aplicación de recortes en esta materia que beneficiarían a ejecutivos de grandes corporaciones.
En un momento del debate ambos candidatos fueron cuestionados sobre cuál sería su elección como secretario del Tesoro. McCain mencionó a Meg Whitman, quien hasta marzo de este año fue presidenta y CEO de la empresa eBay y quien se encuentra en la lista de las personas más influyentes de la revista Time.
McCain también mencionó el nombre de William Buffett, inversionista considerado por la revista Forbes como el segundo hombre más rico de Estados Unidos, y quien ha dado su apoyo Barack Obama. Éste último, aunque reconoció que Buffett sería "una buena elección", omitió mencionar un nombre.
Portando sendas corbatas del color de su respectivo partido —Obama una azul, McCain una roja; curiosamente la esposa del primero portaba un vestido rojo, la de McCain uno azul—, los candidatos se refirieron a los cambios necesarios para garantizar una mayor cobertura en seguros de salud. McCain reiteró su plan de otorgar reembolsos en impuestos a las familias por cinco mil dólares, en tanto que Obama insistió en su plan de cobertura nacional que sería obligatorio para todos los menores de edad.
Un votante de Chicago preguntó vía internet cuáles serían los sacrificios que los candidatos pedirían a los estadounidenses. McCain respondió que haría recortes a algunos programas de gobierno, "excepto los de Defensa y otros que son vitales", mientras Obama se refirió a acciones que se pueden tomar desde ahora en cada hogar, por ejemplo, para ahorrar energía, y la participación de voluntarios en los cuerpos de paz.
Durante la segunda parte del debate las preguntas se refirieron a política exterior. Como lo ha hecho en ocasiones anteriores, Obama cuestionó el apoyo de McCain a la invasión en Irak y reiteró que los recursos que se han gastado en esa guerra, cerca de 700 mil millones de dólares, se necesitan ahora para ser invertidos en gasto público.
En cambio, el demócrata enfatizó la importancia de reforzar la estrategia militar en Afganistán a fin de detener a Osama Bin Laden. "Vamos a matar a Bin Laden y vamos a aplastar a Al Qaida", aseguró, mencionando incluso la posibilidad de incursionar en Pakistán, de ser necesario.
McCain, quien reiteró su postura de no abandonar Irak hasta que el Ejército estadounidense "se retire victorioso", aseguró que él también atrapará a Bin Laden, pero que no lo haría de manera "telegráfica", como Obama, e interpretó la frase de su contrincante como una intención de invadir Pakistán, lo cual fue inmediatamente desmentido por el aludido.
Un punto de coincidencia entre ambos fue el uso de la fuerza militar por parte de Estados Unidos en casos de crisis humanitaria, potenciales genocidios o en situaciones que representen una amenaza directa para la nación.
La última pregunta, planteada a través de internet, cuestionó a los candidatos sobre algo que no supieran. Obama evitó responder directamente, y en cambio se refirió a las oportunidades que le ha dado el país y a la necesidad de preservarlas para las generaciones futuras. McCain por su parte, dijo no saber "cómo será lo inesperado", pero aseguró que ha pasado toda su vida sirviendo a Estados Unidos, y que desea hacerlo una vez más.
El tercer y último debate presidencial se celebrará el próximo 15 de octubre en Hempstead, Nueva York.

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