Chávez denuncia intento de magnicidio ideado por EEUU y expulsa a Embajador
El gobierno venezolano denunció el jueves un intento de "magnicidio" y golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, que habría sido planeado por militares con el visto bueno de "la administración estadounidense", a cuyo embajador en Caracas el mandatario expulsó.
"Miren, pitiyanquis, no se les ocurra lanzar un golpe o una locura de éstas. Les aviso, yo no soy el Hugo Chávez del año 2002", dijo el Presidente, refiriéndose al golpe de Estado fallido que lo alejó del poder durante dos días en abril de 2002.
Según Chávez, tras este intento está la "oposición política desesperada", la "oligarquía" y "el imperio norteamericano" liderado por el presidente George W. Bush, que no sólo prepara "conspiraciones" en Venezuela, sino también en "países hermanos" como Bolivia, Paraguay o Guatemala.
"Vean ustedes toda la trama: Desde Guatemala hasta el río Paraguay, pasando por este Caribe y el altiplano de Bolivia. ¿Quién dirige todo esto? El señ
or Bush es el responsable", aseveró.
El jueves, la televisión pública venezolana presentó una conversación entre tres militares retirados en la que se detallaban planes para tomar violentamente el palacio de gobierno de Miraflores en Caracas y hacer volar por los aires el avión presidencial.
La noticia provocó un aluvión de reacciones por parte del gobierno y una reacción encendida de Chávez, quien realizó extensas intervenciones durante el día.
Su jornada terminó en el palacio de Miraflores, donde, entrada la noche, el presidente recibió el apoyo de varios centenares de ciudadanos y miembros de su partido.
"No tengo la menor duda de que Estados Unidos está detrás de este plan de bombardear este palacio", aseguró Chávez, advirtiendo de que se avecinan "días difíciles" para el país.
Además, el mandatario venezolano decidió expulsar al embajador estadounidense en el país, Patrick Duddy, en un acto de solidaridad con Bolivia, quien tomó esta misma decisión el miércoles.
Horas antes, Chávez había calificado de "aviso al imperio", la presencia de dos bombarderos estratégicos rusos en suelo venezolano, paso previo a unas maniobras entre los dos países, inéditas en América Latina y previstas en noviembre.
"A partir de este momento tiene 72 horas el Embajador yanqui en Caracas para salir de Venezuela (...) Váyanse al carajo, yanquis de mierda", declaró Chávez.
Por otra parte, el mandatario venezolano advirtió de que si "algo grave" ocurre en Venezuela, "el precio del petróleo a lo mejor llegaría a 200 dólares".
"Hago responsable por el envío petrolero de Venezuela (al gobierno de) aquel país, si viniera alguna agresión hacia Venezuela. No habrá petróleo para el pueblo de Estados Unidos", lanzó Chávez.
Venezuela ocupa el quinto lugar entre los proveedores de crudo a Estados Unidos, con un promedio de ventas diarias de 1,1 millones de barriles, según datos oficiales norteamericanos.
Hasta el momento, dos oficiales militares venezolanos están detenidos y serán procesados por i
nstigar a la rebelión, otras cuatro personas se encuentran declarando ante los organismos de inteligencia del Estado y ocho militares más "están ubicados" y serán interrogados en las próximas horas, según el fiscal militar Ernesto Cedeño.
Concretamente, la televisión pública presentó extractos de una conversación entre uno de los detenidos, el General retirado de la Guardia Nacional, Wilfredo Barroso Herrera, otro General de brigada jubilado y un Vicealmirante.
"Vamos a tomar el Palacio de Miraflores, vamos a tomar las plantas televisoras (...) El objetivo tiene que ser uno sólo, es decir: todo el esfuerzo hacia donde está el señor (Hugo Chávez)", dice Barroso, según la grabación.
Miembros del gobierno señalaron a sectores de la oposición y a dueños de medios de comunicación privados venezolanos de ser responsables de estos intentos de desestabilizar el país.
Uno de los acusados directamente, Miguel Henrique Otero, editor del diario El Nacional, consideró que probablemente la grabación sea un "montaje" del Ejecutivo, que trata de tapar el escándalo del llamado juicio del maletín, que se celebra en Miami y salpica al gobierno venezolano.
"Jamás seríamos cómplices de estas cosas (...) El país conoce nuestra vocación democrática porque ha sido puesta a prueba en esta trayectoria que hemos recorrido", declaró por su parte Ismael García, diputado del partido Podemos (disidente del chavismo).
El gobierno venezolano denunció el jueves un intento de "magnicidio" y golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, que habría sido planeado por militares con el visto bueno de "la administración estadounidense", a cuyo embajador en Caracas el mandatario expulsó.
"Miren, pitiyanquis, no se les ocurra lanzar un golpe o una locura de éstas. Les aviso, yo no soy el Hugo Chávez del año 2002", dijo el Presidente, refiriéndose al golpe de Estado fallido que lo alejó del poder durante dos días en abril de 2002.
Según Chávez, tras este intento está la "oposición política desesperada", la "oligarquía" y "el imperio norteamericano" liderado por el presidente George W. Bush, que no sólo prepara "conspiraciones" en Venezuela, sino también en "países hermanos" como Bolivia, Paraguay o Guatemala.
"Vean ustedes toda la trama: Desde Guatemala hasta el río Paraguay, pasando por este Caribe y el altiplano de Bolivia. ¿Quién dirige todo esto? El señ
or Bush es el responsable", aseveró.El jueves, la televisión pública venezolana presentó una conversación entre tres militares retirados en la que se detallaban planes para tomar violentamente el palacio de gobierno de Miraflores en Caracas y hacer volar por los aires el avión presidencial.
La noticia provocó un aluvión de reacciones por parte del gobierno y una reacción encendida de Chávez, quien realizó extensas intervenciones durante el día.
Su jornada terminó en el palacio de Miraflores, donde, entrada la noche, el presidente recibió el apoyo de varios centenares de ciudadanos y miembros de su partido.
"No tengo la menor duda de que Estados Unidos está detrás de este plan de bombardear este palacio", aseguró Chávez, advirtiendo de que se avecinan "días difíciles" para el país.
Además, el mandatario venezolano decidió expulsar al embajador estadounidense en el país, Patrick Duddy, en un acto de solidaridad con Bolivia, quien tomó esta misma decisión el miércoles.
Horas antes, Chávez había calificado de "aviso al imperio", la presencia de dos bombarderos estratégicos rusos en suelo venezolano, paso previo a unas maniobras entre los dos países, inéditas en América Latina y previstas en noviembre.
"A partir de este momento tiene 72 horas el Embajador yanqui en Caracas para salir de Venezuela (...) Váyanse al carajo, yanquis de mierda", declaró Chávez.
Por otra parte, el mandatario venezolano advirtió de que si "algo grave" ocurre en Venezuela, "el precio del petróleo a lo mejor llegaría a 200 dólares".
"Hago responsable por el envío petrolero de Venezuela (al gobierno de) aquel país, si viniera alguna agresión hacia Venezuela. No habrá petróleo para el pueblo de Estados Unidos", lanzó Chávez.
Venezuela ocupa el quinto lugar entre los proveedores de crudo a Estados Unidos, con un promedio de ventas diarias de 1,1 millones de barriles, según datos oficiales norteamericanos.
Hasta el momento, dos oficiales militares venezolanos están detenidos y serán procesados por i
nstigar a la rebelión, otras cuatro personas se encuentran declarando ante los organismos de inteligencia del Estado y ocho militares más "están ubicados" y serán interrogados en las próximas horas, según el fiscal militar Ernesto Cedeño.Concretamente, la televisión pública presentó extractos de una conversación entre uno de los detenidos, el General retirado de la Guardia Nacional, Wilfredo Barroso Herrera, otro General de brigada jubilado y un Vicealmirante.
"Vamos a tomar el Palacio de Miraflores, vamos a tomar las plantas televisoras (...) El objetivo tiene que ser uno sólo, es decir: todo el esfuerzo hacia donde está el señor (Hugo Chávez)", dice Barroso, según la grabación.
Miembros del gobierno señalaron a sectores de la oposición y a dueños de medios de comunicación privados venezolanos de ser responsables de estos intentos de desestabilizar el país.
Uno de los acusados directamente, Miguel Henrique Otero, editor del diario El Nacional, consideró que probablemente la grabación sea un "montaje" del Ejecutivo, que trata de tapar el escándalo del llamado juicio del maletín, que se celebra en Miami y salpica al gobierno venezolano.
"Jamás seríamos cómplices de estas cosas (...) El país conoce nuestra vocación democrática porque ha sido puesta a prueba en esta trayectoria que hemos recorrido", declaró por su parte Ismael García, diputado del partido Podemos (disidente del chavismo).
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