RONDA DOHA, AHORA O NUNCA

Por : Federico Steinberg
Cortesía : INFOLATAM
"... Todos saben que si la OMC no es capaz de cerrar su primera gran Ronda sus días estarán contados y habremos perdido la mejor institución que tenemos para resolver de forma legítima los conflictos económicos internacionales"
Pascal Lamy, Director General de la Organización Mundial del Comercio, ha convocado a cerca de cuarenta ministros de las principales potencias comerciales en Ginebra para dar el empujón final a la Ronda de Doha. Si la reunión tiene éxito y se alcanzan acuerdos básicos en la liberalización de productos agrícolas e industriales, la Ronda, que comenzó en noviembre de 2001, podría concluir antes de fin de año.Con elecciones próximas en Estados Unidos e India, cambios a la vista en la Comisión Europea y un creciente sentimiento proteccionista en prácticamente todos los países, no habrá otra ventana de oportunidad como esta durante los próximos años. Por lo tanto, un fracaso de esta mini cumbre, que en principio durará hasta el día 26 de julio, podría significar una suspensión temporal de las negociaciones hasta 2010 o incluso el colapso definitivo de la Ronda. El colapso heriría de muerte la credibilidad de la OMC como institución de gobernanza económica global.Aunque la tarea a la que se enfrentan los negociadores no será sencilla, existen motivos para un relativo optimismo. Desde los últimos desencuentros en 2006 se han producido avances sustantivos, de forma que las posiciones negociadoras están más próximas que nunca. Lamy sostiene que las probabilidades de cerrar la Ronda este año están por encima del 60%. Así, en el capítulo agrícola, en el que los países Latinoamericanos tienen más que ganar y en el que la liberalización mejoraría las perspectivas de crecimiento de muchos países en desarrollo, la Unión Europea está dispuesta a mejorar el acceso a sus mercados y Estados Unidos a recortar sus subsidios a la producción prácticamente al nivel que solicitaba el G-20, el grupo de potencias emergentes liderado por Brasil e India.
En manufacturas, los países en desarrollo parecen dispuestos a reducir sus aranceles máximos (que en cualquier caso son superiores a los que aplican en la práctica) de forma significativa, que es lo que persiguen los países ricos.Pero aún así, continúa habiendo nubarrones en el horizonte. Los países avanzados reclaman una mayor apertura en los emergentes en los sectores de servicios de alto valor añadido. Este tema se tratará de forma monográfica el día 24 de julio. Además, pretenden mantener aranceles pico en "productos sensibles", tema que despierta las iras de los países en desarrollo. Por último, existen conflictos enquistados, como el del sector del plátano en la Unión Europea o la reforma de las normas sobre propiedad intelectual (que incluye las denominaciones geográficas que persigue España), anti-dumping y procedimientos de aduanas. Si a todo ello añadimos las recientes declaraciones grandilocuentes proteccionistas del presidente Sarkozy en materia agrícola, la generosa nueva ley de subsidios agrarios que el Congreso estadounidense acaba de aprobar y la insistencia de los países del G-20 de mantener margen de maniobra arancelario para llevar a cabo una política industrial activa, nada asegura que la Ronda vaya a cerrarse. El gran escollo puede volver a ser el sistema del "compromiso único", que exige que todos los países acepten todos los acuerdos.Más allá de las declaraciones de buenas intenciones de la jornada de apertura, el acuerdo tendrá que fraguarse en el llamado "cuarto verde". Ahí se celebran reuniones sectoriales a puerta cerrada a convocatoria del Secretario General de la OMC. Lamy convoca a un reducido número de países para cerrar los acuerdos en cada tema clave. En estas reuniones nadie argumenta que las ganancias de la liberalización comercial podrían ascender a unos 70.000 millones de dólares anuales, ni que cerrar la Ronda es la mejor forma de avanzar en la cooperación económica internacional, que es la única forma de luchar contra la crisis alimentaria, la inflación energética o las turbulencias financieras globales.El "cuarto verde" es el lugar para el mercantilismo ilustrado y la reciprocidad, en el que los países intercambian concesiones intentando equilibrar sus intereses defensivos (aquellos en los que sus lobbies internos reclaman protección), con sus intereses ofensivos (en los que intentan abrir mercados para sus exportaciones). Pero todos saben que si la OMC no es capaz de cerrar su primera gran Ronda sus días estarán contados y habremos perdido la mejor institución que tenemos para resolver de forma legítima los conflictos económicos internacionales.
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