ACCIÓN CONTRA EL TRABAJO INFANTIL, ESFUERZO DE GREMIOS INTERNACIONALES

Acción contra el Trabajo Infantil: La EI y la UITA se unen para reivindicar una educación para todos en las zonas rurales
Cortesía :
Informaciones de la UITA editadas en Rebanadas



UITA AMÉRICAS : http://www.rel-uita.org
IE AMÉRICAS :http://www.ei-ie.org/es/index.php
Para millones de niños y niñas de las zonas rurales, disfrutar de una educación de calidad sigue siendo un sueño lejano. El Informe de Seguimiento de la Educación para Todos (EPT) en el Mundo 2007 muestra que los niños y niñas con mayores posibilidades de no ir a la escuela o abandonar los estudios son aquellos que viven en las zonas rurales y proceden de hogares más pobres. Los datos recogidos de varios países africanos sobre la educación de la niñez de entre 10 y 19 años sugieren que los niños y niñas de familias pobres o de zonas rurales tienen una probabilidad diez veces mayor de abandonar los estudios que los niños y niñas de las zonas urbanas o los niños y niñas de familias con mayores posibilidades económicas.
Estos datos confirman los resultados ya recogidos en el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) 2006, que indicaba que, si bien se está avanzando en la mejora del acceso a la enseñanza primaria, todavía siguen existiendo diferencias en dichos avances y que los más pobres, casi siempre niños y niñas de las zonas rurales, se están quedando atrás en este sentido. El informe indicaba así mismo que "Los altos índices de pobreza en las zonas rurales limitan las oportunidades educativas debido a la demanda de trabajo infantil, los bajos niveles de educación de los padres y la falta de acceso a una enseñanza de calidad".
Se podría decir que falta de oportunidades educativas es el origen de la generalización del trabajo infantil en las zonas rurales, donde la agricultura es el sector de mayor importancia. El sector de la agricultura abarca un 70% del trabajo infantil mundial y es una de las industrias más peligrosas en materia de accidentes mortales, lesiones y enfermedades laborales, y muchos de estos niños y niñas realizan tareas peligrosas, ponen su salud y su seguridad en peligro y adquieren problemas de salud relacionados con el trabajo que pueden perdurar incluso llegados a la edad adulta. Sacar a los niños y niñas de este peligroso trabajo y llevarlos a la escuela no es una tarea sencilla. En muchas ocasiones, los niños y niñas ya están muy atrasados en lo que a educación se refiere y necesitan programas educativos especiales. Además, también es posible que necesiten un período de rehabilitación antes de poderlos integrar totalmente en el sistema educativo.
Todo ello aumenta la carga tanto para los docentes como para las escuelas y, por supuesto, también se requieren los recursos necesarios para superar todos los obstáculos.
Trabajar en las zonas rurales es más difícil que enseñar en las zonas urbanas, principalmente debido a las pobres condiciones de vida y de trabajo, que pueden llegar a desmotivar a los docentes. Por eso, las escuelas de las zonas rurales cuentan con menos docentes cualificados y con experiencia, y el volumen de trabajo de los docentes es mucho más alto. 24 países de los 176 que disponen de datos sobre esta materia tienen más de 40 alumnos por docente. De ellos, 20 son países del África Subsahariana (2008). Las relaciones alumno/docente (RAD) que se encuentran por encima de 40:1 suelen reflejar que los países tienen un número demasiado bajo de docentes, que los docentes están demasiado forzados en su trabajo, y que la calidad de la enseñanza y el aprendizaje es insuficiente.
El informe de 2007 advierte que se debería prestar más atención a los incentivos que realmente atraen a los docentes a las zonas rurales.
También se deben tener en cuenta las necesidades de las niñas. Sus hermanos varones suelen tener prioridad a la hora de ir a la escuela, mientras que las niñas se quedan ayudando en el campo o realizando tareas domésticas. En 2005, un estudio de la UNESCO/UNICEF demostró que en África, alrededor del 50% de los niños varones de las zonas urbanas llegan a completar el nivel 7 de sus estudios, mientras que el índice de las niñas sólo alcanza un 7%. Una vez más, el escaso número de docentes mujeres, si bien ellas reflejan un modelo a seguir para que las niñas no abandonen los estudios, es un grave problema, especialmente en la enseñanza en las zonas rurales.

Para celebrar el DMCTI 2008, la EI y la UITA han elaborado un plan de trabajo que se centrará principalmente en:

Sensibilización sobre el trabajo infantil en las comunidades rurales, incluidos los docentes;
Entablar relaciones a nivel local entre los sindicatos de docentes y los sindicatos de trabajadores agroalimentarios y de hostelería;
Celebrar campañas y actividades de presión ante los gobiernos para que mejoren la enseñanza en las zonas rurales.
Ya hemos recorrido una pequeña parte del camino. En Kirguistán, el Agricultural Workers Union está trabajando en colaboración con el Teachers Union con el objetivo de eliminar el trabajo infantil del sector de la agricultura. Los docentes controlan la asistencia a la escuela durante las cosechas y organizan reuniones con los padres para informarles sobre los efectos negativos del trabajo en la salud y la educación de los niños y niñas.
La EI y la UITA acogieron muy positivamente las conclusiones del debate de la CIT sobre el empleo rural para la reducción de la pobreza, en el que se declaró que las políticas públicas deberían proporcionar acceso a una educación básica de calidad, obligatoria y gratuita. El informe recuerda también que disponer de una educación de calidad es la clave para eliminar el trabajo infantil.

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