PISANDO FUERTE No.12 : PARA PACO Y ANITA

PARA PACO Y ANITAHoy no voy a pisar fuerte, amigos y amigas, hoy debo y necesito acariciar fuerte a quienes quiero.¿Saben, quienes son Paco y Anita?, pues, mi hijo y su esposa (también mi hija, por ser legal y de sentimiento, suerte la mía), cada uno con sus juventudes, sus vidas, virtudes y placeres, sueños y esperanzas, historias y leyendas, humanos al 100%, sensibles por doquier, firmes y contundentes al actuar, niños y adultos al amar.Saben, estaban esperando el fruto de su amor, 8 semanas y más de latido, el hijo de sus cuitas y favores, el aliento de sus tiernas vidas, que hoy se van haciendo, piso fecundo, pero, a la vez, cuajada y resistente roca. Pues, nada, ese fruto, se lo llevó el vaivén del destino, tal vez a la estrecha pero linda cobija de los Angeles de cuentos y sueños de la infancia, tal vez al inmenso fulgor de las estrellas que brillan sin cesar, porque son de luces de esperanza y sabor de gloria o de repente son ese verde hermoso de las plantas y flores que ese día aparecieron, para decirle a Paco y Anita, no lloren, ni sufran, a su lado estoy, para ver a los que vendrán, como nuevas semillas de paz y gratitud por sentirse hermosas, libres y amadas.Sólo somos, lo que somos, seres de verdad, frágiles, somos producto de una creación aún no resuelta, somos pequeños y temporales, pero, somos también algo, que nada, lo puede imitar, interminables en nuestros deseos, ilusiones y sobre todo ganas de serlo todo en tan poco tiempo, para eso somos humanos, frente a la inmensidad y aparente inmortalidad de lo etéreo del tiempo y concreto del espacio.
Son ustedes, la juventud y el futuro, la lontananza, el mañana, por ello les toca siempre la felicidad, en medio de lo duro de las enseñanzas del terreno orden, que nos rige y alimenta. Son ustedes, la ciencia de lo posible, la creencia del que viene, la posibilidad en medio de las posibilidades, el acompañamiento del ayer para hacer el mañana, son eso y de ello, deben estar agradecidos.La semillita de ustedes, hoy en celestial lucero, está donde está, se ha multiplicado por miles, por millones, probablemente esté bendiciendo la aridez de los que sufren, alimentando la bondad de los que olvidan, esperando ansiosa, que la llamen para teñir de hermosas fantasías y guirnaldas, a quienes por un momento, puedan sentir que nada ya existe; pero sobre todo y con ustedes, haciendo de luz en sus oscuridades, música sin fin, en sus silencios, bellas figuras de aliento en sus desazones, libros de enseñanza dulce en líneas agrias del momento, eternas noches y días de amor en el ligero asomo de hastío, verano de colores en el frio del amanecer. Claro, que si, allí está, miren y la verán, todos y cada uno de sus días.Y cuando vuestros votos de paternidad sublime, se renueven en las alturas del mágico cielo de la vida , se multipliquen, por doquier, en las ubérrimas simientes del milagro humano, ese DIA tan cercano, sentirán que no fue dolor, lo que sintieron, sino un momento del inmenso azar que nos cimbrea, que las lágrimas derramadas, por canales sin descanso, fueron el manantial irrigante y diáfano del nuevo amanecer, de la aurora de sus inocencias y regazos, la nueva línea de existencia, que en sus manos se dibuja y en sus frentes se hace tierna prueba de su mutuo cariño.Vayan hacia delante con lo que son, con lo que tienen y creen, con lo que edifican sus manos y conciben sus pensamientos, porque ahora, agregan a la fina arena de sus vidas, el aporte fuerte y convencido de la tierra, húmeda y generosa, para que sigan sembrando los mañanas, los interminables frutos del bien, hecho en dos nombres Paco y Anita.
A las luces celestiales, que los alumbran desde el devenir de los tiempos, desde la inagotable veta de ancestrales almas, se agrega la lucecita, pequeñita y potente, que les hará grato, cada día de vuestras realidades y será, sin dudarlo, el arcángel bendito, de sus pasos, de sus trechos y caminos, acompañante invisible pero dúctil y ligero de los seres que ustedes escojan y conciban, como los frutos y exquisitos regalos de su amor y generosa entrega.Los quiere, los alienta y los acompañará, junto a todos los hombres y mujeres de sus escenarios vitales, madres, padres, hermanos, tíos, cuñados, sobrinos, abuelita, amigos, seguidores, admiradores, de los que me olvido, y, creo, si, los tuvieran, detractores, hasta el fin de sus huesos o seguro hasta el fin de los tiempos, que nunca terminan.
GUILLERMO
UN BESO.

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