
De 5,000, sólo 150 se conceden al año a víctimas de tráfico humano en el país
Cortesìa : La Opinión
‘Mario Domínguez’, considerado víctima de tráfico humano en Estados Unidos, ha tenido que vivir escondido por temor a represalias. A escondidas, en una iglesia de San Diego, una víctima de tráfico humano relata su experiencia con temor a quienes lo mantuvieron cautivo.
Del secuestro a la posible deportación
"Me escondo como Dios me da licencia", dice Mario Domínguez [el nombre real de las víctimas fue cambiado a petición de ellas]. Siente que la muerte sólo le regala tiempo. Ya lo han intentado matar una vez, dos... Y se pregunta si habrá una tercera vez.
Un año atrás, este inmigrante mexicano se sumó a la extensa lista de víctimas de traficantes de humanos que han aceptado testificar contra sus captores a cambio de protección y la posibilidad de ser elegible para una visa tipo T o U, diseñadas para víctimas de traficantes y crímenes violentos.
Las declaraciones de Domínguez resultaron en el arresto de cuatro traficantes de drogas e inmigrantes que operaban en el peligroso barrio Logan en San Diego.
Según consta en su archivo, Mario fue secuestrado por esa banda, obligado a prostituirse y a distribuir drogas durante más de cuatro meses, hasta que logró escapar y recurrir a las autoridades.
Once meses después, Domínguez fue descalificado para recibir una visa T.
"Me siento utilizado", dice, mientras se gana la vida pidiendo t

Y es que desde que denunció a sus captores, su cabeza tiene precio.POCA PROTECCIÓN
De las cinco mil visas T que el Congreso de Estados Unidos autorizó anualmente para víctimas de tráfico humano, en promedio, sólo 150 se conceden al año.
Del otro tipo de ayuda para esta clase de víctimas, las visas U, se dispusieron 10 mil para este 2008. Hasta el momento ninguna ha sido autorizada, según estadísticas del Departamento de Estado de EU.
"Nuestra función es informar a los testigos la posibilidad de recibir asistencia social, como vivienda, comida, protección y de solicitar una visa T o U, si aceptan cooperar con las autoridades y denunciar a los traficantes", indicó Lauren Mack, portavoz de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en San Diego.
El punto que no se revela, afirman especialistas en el tema, "es la letra chiquita de la ley", ese difícil acceso que tienen los inmigrantes a las visas para víctimas de tráfico.
"Es una jugada de ‘ganar-ganar’ para las autoridades federales", comentó la abogada Josie González, integrante de la mesa directiva de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA).
La Ley para la Prote

Esta última frase, dicen expertos, marca la gran diferencia.
"Si se ampliara el estricto criterio y se estableciera o demostrara qué es ‘sufrimiento extremo e inusual’, el número de víctimas identificadas y de traficantes arrestados sería un éxito y no la pobreza de visas aceptadas", afirma el catedrático David Shirk, de la Universidad de California en San Diego, en su estudio Escondiendo a las víctimas: una evaluación al tráfico de personas.
La ambigüedad de esta legislatura quedó demostrada en el caso de You Min, una joven coreana que fue forzada por su traficante a prostituirse y trabajar en salas de masaje para pagar su traslado hasta San Francisco.
En un principio, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (CIS) la descalificó como víctima de tráfico, pero Min apeló la decisión.
Un segundo juicio, bajo otra persona encargada de revisar su caso, determinó que sí era una víctima y al poco tiempo recibió su visa T.
"La pregunta es ¿quién juzga qué es un dolor ‘extremo e inusual’?.. Hay decenas de víctimas en todo el país y cada vez están surgiendo más, pero a la mayoría la están descalificando porque su dolor no parece inusual", dijo Kay Buck, directora de la Coalición para

El motivo de los bajos índices no radica en la ley, sino en la dificultad para detectar estas víctimas, afirmó Eleanor Kenelly Gaetan, coordinadora de la oficina para el Monitoreo y el Combate al Tráfico de Personas del Departamento de Estado.
"Las cantidades sólo reflejan el reto al que nos enfrentamos cuando luchamos contra el tráfico de personas. Las víctimas se niegan a identificarse por el miedo a sus perpetradores o el de ser tratadas como criminales o deportadas. Esto pese a la fuerte campaña que hacemos y a los servicios extensivos que ofrecemos", dijo a La Opinión.
Recientemente el gobierno federal firmó un contrato por 9.5 millones de dólares con la agencia de publicidad Ketchum, para que diseñara una campaña multilingüe de promoción con base en la consigna de "incrementar el número de víctimas a las que se les pueda prestar ayuda".
"Cada mes recibimos decenas de llamadas, pero para iniciar una investigación tenemos que tener pruebas contundentes. Descalificamos a una supuesta víctima porque no tenemos manera de comprobar los testimonios de abuso. Estos casos se caen o el fiscal los desecha", comentó Tamara Neiman, supervisora del FBI para el área de tráfico de personas.
En 2006, la línea de ayuda para víctimas de tráfico recibió 2,670 llamadas, de las cuales 20% fueron realizadas en idiomas diferentes al inglés.
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