Planes contra la crisis inmobiliaria en USA

Planes contra la crisis inmobiliariaDemócratas plantean intervenir, mientras McCain se opone
Por :Pilar Marreropilar.marrero@laopinion.com
La primera crisis económica que deberá enfrentar el próximo presidente será el actual colapso del mercado inmobiliario y de más de dos millones de embargos a viviendas, cuya reverberación ya se está haciendo sentir en el resto de la economía.
En intervenciones esta pasada semana, los candidatos presidenciales presentaron sus respectivas ideas, algunas de las cuales ya habían discutido con anterioridad, mientras que a nivel legislativo hay, ante el Congreso, propuestas pendientes para tomar cartas en el asunto. Éstas, por el momento, no tienen apoyo en el gobierno del presidente George W. Bush.
Los precandidatos demócratas Hillary Clinton y Barack Obama proponen una intervención del gobierno para aliviar el daño, o al menos el dolor en el bolsillo de los dueños de viviendas en peligro de perder sus casas y también medidas para prevenir futuros colapsos como el actual.
Por su parte, el virtual candidato republicano John McCain afirmó hace unos días que no era partidario de una intervención gubernamental. En un discurso en Santa Ana, California, McCain dijo que no era el deber del gobierno "rescatar o recompensar" a quienes actuaron irresponsablemente.
McCain dijo referirse por igual a "grandes bancos o pequeños prestatarios".
Los economistas han alertado que la crisis inmobiliaria —que podría complicarse ya que se calcula que hay por lo menos cuatro millones de prestatarios con problemas para mantenerse al día con sus hipotecas mientras los valores de las viviendas siguen bajando— tiene un impacto mayor que el que sufren directamente quienes pierden sus propiedades.
"Este problema es devastador no sólo para las familias, sino para las comunidades", dijo en una entrevista el profesor John Vogel, de la Escuela de Negocios Tuck en Dartmouth College, New Hampshire. "Oímos de pueblos donde hay numerosas casas vacías, y donde luego hay que recortar otros servicios como policía, bomberos, educación, etc., debido a la baja en ingresos del gobierno por los impuestos de propiedad".
La crisis ya lleva tiempo afectando el mercado crediticio, y también el mercado laboral, lo que la impulsa directamente a la palestra de la lucha política que se lleva a cabo por la presidencia de Estados Unidos.
O como dicen los expertos en política: "Es la economía, estúpido".
Los demócratas propugnan que el gobierno haga algo para aliviar el problema mientras que el republicano asume una postura laizzez faire, es decir, dejar que el mercado corrija por sí mismo el problema aunque, por otra parte, McCain sí parece dispuesto a apoyar la intervención para proteger el "sistema financiero total".
Según ese punto de vista, estaría bien rescatar a un gigante financiero como Bear Stearns, cuyo colapso podría afectar el sistema en general y no al común de los ciudadanos que están a punto de perder su casa.
La única acción concreta que ha propuesto McCain ha sido la de instar a los grandes prestamistas a que, voluntariamente, "ayuden a la gente", propuesta que ha generado poco entusiasmo porque se cree poco probable que éstos hagan algo significativo mientras no sea bajo presión gubernamental.
"Es una vergüenza", dijo Vogel, haciendo eco de varios otros economistas que se manifestaron críticos de la postura de McCain. "Es increíble que McCain esté dispuesto a presentar sofisticadas propuestas en otros rubros y decida no hacer nada cuando se trata de la crisis de vivienda".
Un asesor económico de McCain dijo ayer que el republicano suscribe la filosofía de "mientras menos regulación gubernamental mejor" en el manejo del mercado y aseguró que la tendencia hacia esa filosofía ha permitido que los últimos 25 años hayan estado marcados por mucha estabilidad financiera.
"Él se opone a usar fondos de los contribuyentes para rescatar a personas que han cometido errores, pero también favorece evitar colapsos que afecten a personas inocentes", dijo John Taylor, el asesor de McCain.
Los demócratas, por su parte, han presentado planes que proponen una variedad de medidas gubernamentales para ayudar a las personas en peligro de embargo. Los planes de la senadora Hillary Clinton y del senador Barack Obama se parecen mucho, aunque tienen algunas diferencias.
Por ejemplo, la senadora Hillary Clinton propone un congelamiento de los embargos por 90 días, para permitir a los dueños de vivienda el negociar un plan de pagos y un congelamiento de cinco años en las tasas de interés de los préstamos de alto riesgo.
Clinton también plantea la creación de un fondo de 30,000 millones de dólares para que los estados y municipalidades apliquen sus propios programas para prevenir embargos y ha presentado ante el Congreso dos proyectos de ley: uno para impulsar la refinanciación de hipotecas imposibles de pagar y otro para atacar el fraude hipotecario.
"Recientemente hemos visto al gobierno dar pasos sin precedente para mantener la confianza en nuestros mercados crediticios y evitar una crisis a los bancos en Wall Street", dijo Clinton hace unos días en Pennsylvania. "Es hora de emprender una acción igualmente agresiva para ayudar a familias a evitar los embargos y prevenir que las comunidades caigan en recesión".
Clinton indicó que su propuesta "es una manera razonable de que todos, prestamistas, inversionistas, compañías hipotecarias y prestatarios, compartan la responsabilidad, lograr que las familias permanezcan en sus casas y estabilizar a nuestras comunidades y economía".
El otro precandidato demócrata, Barack Obama, tiene un plan similar al de Clinton, aunque inicialmente planteaba un fondo de 10,000 millones de dólares para asistir a las familias que enfrentan embargos y más recientemente añadió un "estímulo de 30,000 millones", una cifra similar a la pedida por Clinton.
Este detalle hizo que la campaña de Clinton acusara a Obama de "copiar" partes de su plan.
Pero la propuesta de Obama incluye otros detalles que no están en el plan de la senadora de Nueva York y excluye, a su vez, el congelamiento de las tasas de interés que plantea ésta. Algunos ven al plan de Obama como más cauto y moderado que el de Clinton.
Obama añade, sin embargo, la necesidad de otorgar a la Reserva Federal la capacidad de reforzar los requisitos de capital de los bancos y la supervisión reglamentaria de las instituciones bancarias.
"El senador ha sido muy preciso en delinear el rol que debe tener el Banco de la Reserva Federal y que cualquier banco que busque obtener crédito debe tener mayores controles, así como mayor transparencia", dijo Leo Henry, asesor económico de Obama. "Además, debe ponerse coto a la actividad especulativa que llevó a este colapso".
El profesor de economía Michael Potepan, de la Universidad Estatal en San Francisco, dijo ayer que Obama ha propuesto además algo único: un recorte de impuestos adicional para propietarios de viviendas de bajos recursos.
"Las personas de bajos recursos sólo usan la deducción estándar en sus impuestos, ya que les resulta mejor que especificar las deducciones", dijo Potepan. "Este crédito les permitiría recibir una ayuda adicional para compensar su gasto en vivienda".
Hay que tener en cuenta, señalan los expertos, que todas estas son propuestas de los candidatos y que ninguna está muy cerca de implementarse, ya que el nuevo presidente no tomará posesión hasta el próximo mes de enero.
Entre tanto, ambos candidatos demócratas también apoyan y copatrocinan un proyecto de ley de los senadores de su partido Chris Dodd (presidente del comité de banca del Senado) y Barney Frank, que crea un programa de la Autoridad Federal de Vivienda para ofrecer incentivos a los prestamistas para comprar o refinanciar hipotecas en apuros o transformarlas en hipotecas a 30 años con interés fijo.
El presidente Bush, quien ha tomado algunas medidas consideradas "tímidas" por los expertos, no ha expresado apoyo por este proyecto de ley
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