UN NUEVO REGALO A LAS TRASNACIONALES MINERAS





Sábado -02/02/2008


Un nuevo regalo a las trasnacionales mineras: Los fideicomisos

Por: Pedro Francke Ballve (*)
:: ESCUCHE PLUMA Y OÍDO
A comienzos de esta década el estado peruano procedió a privatizar varias concesiones mineras, y para reducir la resistencia de los distritos y comunidades cercanas, inventó los fideicomisos mineros. Estos consisten en que, del pago que las empresas trasnacionales han hecho al Estado peruano por esas concesiones, una parte es separada y colocada en un fondo especial destinado a obras y proyectos de desarrollo en los distritos afectados.
La idea de los fideicomisos tiene dos virtudes. La primera, adelantar beneficios para las comunidades ya que efectivamente la minería muchas veces ha tenido efectos sociales y ambientales negativos sobre su entorno. La segunda, que son fondos adicionales aportados por las empresas, y no son, como el canon, parte de los ingresos generales del estado, simplemente redistribuidos de la ciudadanía en general hacia esas localidades.
Pero los fideicomisos han funcionado muy mal: en varios casos han pasado años antes de que ejecuten alguna obra. En otros casos, como en Sechura, se denuncian los manejos. En Las Bambas, Apurímac, la espera desespera y el fideicomiso es el motivo del conflicto.¿Por qué han funcionado tan mal los fideicomisos? Porque se optó una opción centralista: todos los fideicomisos dependen de funcionarios de Pro-Inversión, bien sentados en Lima, y felices por ganar un super-sueldo que se les acabaría si el fideicomiso fuera eficaz, hiciera las obras y se gastara todo su dinero. No es de extrañar que ponen miles de trabas y que no han promovido que los distritos y regiones desarrollen sus capacidades de gestión para que puedan formular y evaluar sus propios proyectos, de tal manera de poder cumplir con las exigencias del SNIP.Algo había que hacer. Pero al gobierno ultraderechista de Alan García no se le ha ocurrido mejor opción que presentar un proyecto de ley para que los fideicomisos sean administrados por las propias trasnacionales mineras.
Esto es, en primer lugar, un absurdo. El dinero del fideicomiso viene de lo que las propias trasnacionales pagaron por esas concesiones el estado peruano, es decir, es dinero del estado captado por otorgar nuestros recursos a las empresas trasnacionales, ¿qué sentido tiene que ese dinero sea nuevamente entregado al control de las empresas? Es como si un vendedor, luego de haberle entregado su producto al comprador, le devuelve su plata...pero no recupera el producto entregado. ¿Qué lógica tiene eso, si no la de regalar los recursos de la nación a las empresas? Debe recordarse, además, que las empresas tienen sus propios recursos destinados a responsabilidad social, y que administran los llamados "aportes voluntarios" acordados con el gobierno en reemplazo del impuesto a las sobreganancias ofrecido por Alan García en la campaña. Manejando el fideicomiso, podrán ahorrarse parte o todo de lo que hoy tienen que gastar buscando la ansiada y difícil licencia social.
Hay otra razón por la que la medida propuesta por Alan García es mala: atenta contra la institucionalidad pública en las regiones y municipios. Los fideicomisos deben reformarse, eliminando completamente los controles centralistas de Pro-Inversión y apostando más bien por una opción descentralista, dando más poder y autonomía a los municipios quienes debieran usar esos recursos en el marco de planes de desarrollo locales concertados y presupuestos participativos, fortaleciendo sus capacidades y la institucionalidad democrática local.



(*) Investigador y consultor en Pobreza y Políticas Sociales. Magíster en Economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Ha sido Director Ejecutivo de FONCODES, Secretario Técnico de la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales y Coordinador Nacional de ForoSalud. Co-Director de la revista "Actualidad Económica del Perú" desde 1998. Miembro del Comité Directivo y Director de Economía de la Asociación pro-Derechos Humanos (APRODEH).

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