Migración interna urbana en América Latina supera al éxodo campo-ciudad








Migración interna urbana en América Latina supera al éxodo campo-ciudad

(20 de noviembre, 2007) La migración interna, que es el traslado desde una división administrativa a otra dentro del país, constituye una experiencia conocida para los latinoamericanos. Según la ronda de censos de 2000, una de cada tres personas reside en un municipio diferente al que nació, y casi una de cada diez cambió de municipio de residencia en los últimos 5 años del siglo XX.
De acuerdo al informe Panorama Social de América Latina 2007, dado a conocer recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de mantenerse estos últimos niveles, las personas de la región, en promedio, cambiarían su municipio de residencia al menos una vez en la vida. Sin embargo, según el estudio, "el avance de la urbanización regional ha modificado el perfil de los migrantes internos, que ahora se mueven mayoritariamente entre ciudades o dentro de ellas".
Si bien las ciudades principales siguen siendo atractivas en la mayoría de los países, casi todas aquellas de 5 millones o más de habitantes han pasado a ser expulsoras de población. Así, la migración interna está propiciando la consolidación de un sistema de ciudades más diverso y menos asimétrico, que es más favorable para el desarrollo económico y social.
Sin embargo, la búsqueda de mejores oportunidades por parte de los migrantes y este mayor atractivo de los espacios subnacionales más desarrollados siguen profundizando el estancamiento rural. El flujo campo ciudad persiste y, de hecho, es la razón para el nulo crecimiento de la población rural de la región.
Los sectores rezagados en materia socioeconómica, como el campo y las áreas indígenas, suelen ser expulsores de población, la que, además, tiende a ser joven y calificada. Esta emigración "agrava la situación de esas zonas y afecta negativamente a quienes permanecen allí, lo que constituye una trampa territorial de pobreza", señala el informe de la CEPAL.
La migración interna sigue registrando niveles importantes en los países de la región, pero las cifras han caído ligeramente desde la década de 1980. Esta sorpresiva tendencia puede deberse a procesos de sustitución de la migración interna por la internacional; desplazamientos diarios para trabajar o estudiar (conmutación); aumento de la vivienda propia; teletrabajo, entre otras razones. Se descarta, que se deba a una reducción de las desigualdades territoriales dentro de los países.
El Panorama Social 2007 de la CEPAL afirma que el predominio de la migración urbana-urbana implica varios ajustes. Algunos atañen al imaginario colectivo, ya que aún persiste la visión del migrante como un recién llegado del campo. Otros tienen que ver con determinantes para la migración interna que se suman a la búsqueda de trabajo y de mejores ingresos, como por ejemplo, el interés por encontrar un lugar de residencia o con mejor calidad de vida, sobre todo en la migración intrametropolitana.
Un último ajuste se relaciona con las políticas, que, en este marco de creciente diversificación y complejidad de los flujos, deben apuntar a incentivar los traslados acordes con la propuesta de desarrollo económico y social de cada país, sin coartar el derecho al libre desplazamiento de las personas dentro del territorio nacional.

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