EL MONOPOLIO DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL


El monopolio del Fondo Monetario Internacional

Por : Andrés Oppenheimer
CORTESÍA :AGENCIA RIO NEGRO (Inactual)
De aquí una idea que ayudaría a mejorar el clima económico internacional y a resolver las crisis financieras del futuro: tumbar al candidato del presidente francés Nicolas Sarkozy a la jefatura del Fondo Monetario Internacional (FMI) y nombrar en su lugar a un candidato de Asia, América Latina o Africa.
Como es sabido, el actual director del FMI, el español Rodrigo de Rato, ha anunciado sorpresivamente que dejará su cargo en los próximos meses. Y el organismo la institución con sede en Washington que actúa como prestamista de última instancia de países endeudados y es la principal fuente de estadísticas económicas mundiales tiene planeado elegir a su sucesor en setiembre.
Hasta ahora, todos los directores del Fondo han sido europeos, como parte de un acuerdo no escrito que data desde hace seis décadas por el cual el mismo es dirigido por un funcionario europeo y su institución hermana, el Banco Mundial, por un estadounidense.
Fiel a esta tradición, Sarkozy recientemente propuso al ex ministro de Finanzas francés, Dominique Strauss-Kahn, como nuevo director gerente del FMI. El candidato de Sarkozy obtuvo el respaldo de la abrumadora mayoría de los 27 miembros de la Unión Europea; sólo Gran Bretaña, los Países Bajos y Austria expresaron sus reservas sobre la nominación.
En rigor, nada hay condenable sobre la persona de Strauss-Kahn, un socialista que perdió la nominación de su partido para la candidatura presidencial en las recientes elecciones francesas. Se trata de un economista, abogado y político sumamente respetado.
Sin embargo, existen varias razones por las cuales esta tradición de otorgar automáticamente la dirección de las principales instituciones financieras internacionales a europeos y estadounidenses nacida de Bretton Woods que creó las dos instituciones después de la Segunda Guerra Mundial debería ser archivada y reemplazada por un proceso abierto que elija a la persona más calificada para el cargo, independientemente de su nacionalidad.
En primer lugar, es una contradicción flagrante que el FMI, que supuestamente defiende el libre mercado y está en contra de los monopolios y las cuotas que obstruyen la competitividad, excluya automáticamente a candidatos de la mayoría de sus países miembros. Equivale a estar diciéndole al resto del mundo: "Haz como yo digo, no como yo hago".
En segundo lugar, hay varios funcionarios franceses al frente de instituciones económicas internacionales de primera línea, incluyendo la Organización Mundial del Comercio, el Banco Central Europeo y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. Y funcionarios franceses han dirigido el FMI durante nada menos que 31 de los 61 años de la institución. En tercer lugar, nombrar a un respetado funcionario de Asia o América Latina le daría a la institución el chivo expiatorio favorito de los líderes populistas en todo el mundo mejores posibilidades de administrar crisis financieras internacionales en el futuro.
"Un economista político de una economía emergente que haya manejado crisis financieras complejas está mejor equipado intelectualmente para manejar estas crisis que los europeos", dice Ricardo Lago, un ex economista del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, que ahora enseña en la Universidad Internacional de Florida. "No es lo mismo haber manejado la economía de Francia que la de Argentina".
Los escépticos dicen que tras la reciente nominación estadounidense del ex representante comercial de los Estados Unidos, Robert Zoellick, como jefe del Banco Mundial, va a ser difícil negarles a los europeos que pongan uno de los suyos al frente del FMI.
Sin embargo, en un comunicado reciente, el Fondo dijo que recibirá nominaciones de cualquiera de sus 185 países miembros hasta el 31 de agosto.
Aunque fuentes internas del organismo dicen que será muy difícil quebrar el monopolio europeo sobre la jefatura de la institución, un grupo de 24 países emergentes liderados entre otros por Brasil e India está cabildeando tras bambalinas para cambiar las reglas de selección. Uno de sus argumentos es que el FMI ha perdido mucho de su influencia su cartera crediticia ha caído a menos de la mitad desde el 2004 y necesita urgentemente reinventarse a sí mismo.
Mi opinión: habría docenas de candidatos de países emergentes muy calificados para la jefatura del FMI, que no causarían nerviosismo alguno en Estados Unidos, Alemania o Gran Bretaña. Entre otros: el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, el ex presidente del Banco Central del Brasil, Pedro Malan; el ex presidente del Banco Central de la Argentina, Mario Blejer; el ministro de Planeación de la India, Montek Singh Ahluwalia, o si es que el nuevo director tiene que ser europeo el ex presidente del Banco Nacional de Polonia, Leszek Balcerowicz.
Cualquiera de ellos tendría más experiencia para lidiar con crisis financieras futuras y sería un observador más imparcial de la economía mundial que el candidato de Sarkozy. Y además de eso, el FMI no sólo estaría pregonando la apertura económica, sino que estaría empezando a practicarla.

ANDRES OPPENHEIMER (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Periodista argentino. Analista internacional. Miami.


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