EL DERECHO DE DISENTIR




Por : Marcial Guillermo Pèrez Herrera

No ajustarse al sentir o parecer de alguien, Pensar de modo diferente, ser de distinta opinión, ESO ES DISENTIR , en idioma español y es por ello, que debo disentir de muchos actos, personas, pareceres y emociones que me rodean, en este mundo, cada vez màs global, màs avanzado tecnològicamente, pero menos humano, màs ruin, frente a la tristeza y el sufrimiento, poco apto para admirar la simpleza de los sentimientos màs puros, que nos hacen superiores en el orbe, por encima de la brutalidad animal, que subyace en nuestras profundidades psìquicas.
Y es que debo disentir, de todo aquello que se llama polìtica y no es màs que una grosera patraña, actoral de poca monta, para derribar rivales y mentir sin objeciòn, a quienes , llamados pueblo, creen en algùn momento en lo que se profesa. No puede ser polìtica, el convertir, el escenario de la libre discusiòn de ideas en un territorio arrasado de bajezas, cuando no , de ataques arteros por las espaldas del oponente, que tal vez, sea la causa de su deterioro como ciencia y el caldo de cultivo incesante para mayor cantidad de àcratas e irreverentes, que en todo podrìan creer, menos en los polìticos.
Debo disentir, cuando en nombre de los pobres del mundo, se lucran con los recursos, que probablemente, vienen de filantropìas oficiales o de buena voluntad. Vayamos a ver esos lujos , esos modus vivendi, de muchos, de los que se autoeligen ,como defensores de los que no tienen voz, destrozando con sus mezquinas actitudes, lo poco de buena fe, que va quedando y frustrando aùn màs las esperanzas de los que nada tienen y algo esperan.
Debo disentir con los que hacen de la publicidad inmisericorde, amorfa y estupidizante una forma de vida, envenenando mentes frescas y sanas, polarizando màs a quienes tienen el futuro limitado por la falta de oportunidades, empujandolos al odio del que en los "comerciales", goza y goza, se divierte, compra y compra, viaja y viaja, mientras que las monedas , que tienen en sus manos, despues de 12 horas de trabajo, a las justas le alcanza para llevarse un pan a la boca.
Disiento del pseudo periodismo, que ha hecho del chantaje y la extorsiòn disfrazada de investigaciòn y libertades, una forma cruel y brutal de vida y poder. Arruinar antes de tiempo a quien ni siquiera ha tenido oportunidad de defenderse, ignorar a quien necesita justicia pero recursos no tiene, o en el mejor de los casos, usarlo como carne de cañòn periodìstica, para luego , a espaldas del agredido, negociar con el agresor por jugosas sumas o cuotas de micropoder, pues el poder real , probablemente masculle goma de mascar, en algùn lugar oculto del gran aviòn global.
Disiento, de quienes en nombre de "representar a las masas", no son sino vulgares mercenarios o vividores de las ansias y esperanzas de los demàs, receptivos con la conspiraciòn, enemigos del talento, socios fùnebres de la mediocridad y amantes impertèrritos de la sujeciòn, la sumisiòn de los que lo rodean, llamàndole a eso, pensar en el futuro, o hacerlo por el bien de los demàs, penoso realmente, que el escenario de la representaciòn social, estè infestado, cuando no invadido, por la fuerza y el contubernio soez de estos elementos , verdaderos anticristos del buen futuro, que deberìan tener los movimientos sociales.
Debo disentir, de la llamada capacidad de invertir, destrozando paradigmas del buen vivir en sociedad, arrasando ecologìas enteras y haciendo de la familia, la posibilidad de construir el futuro, algo etéreo e inalcanzable. Para que albergar en los records Guinnes grandes fortunas? para que quitarle la posibilidad a las personas honradas de disfrutar del fruto de su trabajo?, pues, no lo comprendo, salvo que estemos apostando a la autodestrucciòn. Sino, que son las grandes bandas armadas de jòvenes y adultos, que invaden la tranquilidad de las grandes ciudades, las hordas dedicadas sin piedad a los secuestros, en una caza depredadora de gente con dinero, y a veces, con quienes sòlo cuentan con un micronegocio que es apostar a millones de seres sumidos en la drogadicciòn y la anomia espantosa del suicidio, que provoca este vicio, que es el crecimiento inveterado de prostituciòn y sida , telenegocio sucio y denigrante con pornografìa infantil, en fin, puede resultar apocalìptico, pero es verdad, no podemos cerrar los ojos a esto, por ello, como no disentir, con la voracidad del rentismo que anima a Corporaciones, donde hombres y mujeres de carne y hueso, se sienten poco menos que iluminados con su obra exterminadora, cuando no, acompañada del guerrerismo, el tràfico ilìcito de armas y el desangramiento terrible de pueblos y etnias.
En pròximas lìneas, seguirè expresando la razòn de mi disentir, con libertad, como creo deberìa ser el libre trànsito de ideas, juicios de razòn y en general el pensamiento de los seres humanos, si es que nos queremos diferenciar de la animalidad irracional.


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