El dirigente de Podemos explica en Portugal “la pócima mágica" de su éxito
“Un partido no se funda para cantar juntos ni para comprar nuestras camisetas. Se funda para ganar”. Pablo Iglesias, que llegó rodeado de guardaespaldas, fue la estrella invitada de la convención del Bloco de Esquerda (BE), celebrada en la noche del viernes en Lisboa.
Pocas veces el BE, un grupo de movimientos de izquierdas que en las últimas municipales consiguió el 3% de votos -siete puntos menos que el PC portugués- había reunido a tanto público (unas 900 personas). Pese a que entre los invitados estaban representantes del Syriza griego y del Sinn Fein irlandés, la estrella era el líder dePodemos, y como tal actuó.
Por si no había quedado claro, Iglesias centró su discurso en el segundo secreto, “la pócima del éxito”, cómo ha llegado hasta aquí mientras su anfitrión, el Bloco de Esquerda, se desangra por las disensiones y la pérdida de votos.“Os voy a contar dos secretos, ahora que no me oyen”, aseguró Iglesias. El primero consistió en justificar por qué estaba allí y no en la tele. Relató todas las entrevistas que había dado en la última semana, en España y en Europa, y que había que tenido que decidir entre ir a Tele 5 o viajar al mitin del BE, y había escogido Portugal. “Paciencia, habrá entrevistas para todos, pero el tiempo lo marcamos nosotros”.
“La izquierda tradicional es conservadora. Ese es su problema. Con lo de siempre no se puede ganar a los que nos llevan ganando 30 años. Hay que cambiar”, decía a un público bastante mayor al que tiene por costumbre en España. El Bloco es un conglomerado de socialistas defraudados, anticapitalistas, troskistas, maoístas, y otros movimientos que tienen problemas para trazar la línea a seguir.
“Nos insultan, nos difaman, mienten, tratan de demostrar que somos como ellos", enumeraba Iglesias en un acto que trataba de la lucha europea contra la austeridad. "Nos ponen detectives, nos investigan periodistas, con contrato o sin él. Lo sabemos porque ellos mismos nos lo dicen, porque piensan como Podemos. A todos ellos, gracias por demostrar el miedo que nos tienen, gracias. Eso quiere decir que vamos por buen camino”. En este punto, parecía que Iglesias iría a desvelar cómo convocar una plaza para un puesto de trabajo y que solo se presente un candidato, que es de Podemos, al igual que el convocante. No lo hizo.
Cinco ingredientes para la poción mágica
“Los ingredientes de la poción mágica son cinco: el primero acabar con el pesimismo, con los cenizos; recuperar la ilusión; el segundo ingrediente, ser laicos. La izquierda no puede ser una religión, un himno, una bandera, un libro de Marx donde están escritas todas las respuestas, a donde acudir cuando hay una duda o un problema”.Para Iglesias el tercer elemento de la marmita es la audacia y el cuarto romper el tablero político. “La crisis económica nos ha proporcionado el momento adecuado para defender los derechos sociales frente a las élites. No hay mal que por bien no venga, se dice en España”.
Y el quinto elemento para llegar a donde Podemos es la empatía. “La casta política es fea, con sus trajes, sus corbatas, sus coches grises; su discurso sectario, su arrogancia; gente que no escucha, que no sabe hablar. Sonriamos, no regañemos a la gente por estar delante del televisor en lugar de leer a Marcuse”.
Y con ese mensaje, buena parte de la juventud que asistía al encuentro se fue a su casa, sin esperar a Catarina Martins, la líder del Bloque y su anfitriona.
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