Los datos sobre estructura empresarial del INE y la evolución de la afiliación a la Seguridad Social confirman que el sector de autónomos y la microempresa es el principal motor de la economía española.El pasado Lunes, 4 de Agosto, el Instituto Nacional de Estadística presentó su informe sobre la evolución de la estructura empresarial española, los datos indican que las empresas de hasta tres trabajadores aumentan su peso específico en nuestra economía del 79 al 79,3%. Que la mayoría de las empresas españolas son personas físicas y no jurídicas, y que las que no tienen ningún trabajador supera también el cincuenta por ciento.
También es significativo el dato publicado recientemente por el Ministerio de Trabajo según el cual a 30 de junio de este año, de los tres millones y medio de personas que tienen actividades económicas por cuenta propia, es decir empresarios, 2.221.166 son autónomos propiamente dicho, trabajadores afiliados a la Seguridad Social que no están integrados en sociedades mercantiles ni en otras entidades societarias. De entre ellos 1.772.700 no tiene ningún asalariado, el 80%.
Los datos de afiliación a la Seguridad Social de finales de Julio también nos informan que pese al menor crecimiento económico, el Régimen de Autónomos continúa todavía manteniendo un suave crecimiento interanual del 0,76%, frente a una disminución del 0,98% del Régimen General. En los siguientes meses que pueden ser peores en términos económicos la previsión de UPTA es que la disminución en el RETA sea menos intensa que en el resto de regímenes, a pesar de la integración del sistema agrario que tiene una bajada de afiliación permanente en los últimos años.
La interrelación de todos estos datos, según Sebastián Reyna, Secretario General de UPTA demuestran de una parte que, como en anteriores ocasiones, los autónomos y microempresarios soportan mejor la situación de crisis, a pesar de sus efectos en las rentas familiares, y de otra que siguen siendo el sector de mayor peso en la estructura empresarial española, por lo que a través de ellos se deben articular las políticas públicas de fomento empresarial. Todo ello en clara contradicción con las líneas generales mantenidas por el área industrial y económica del Gobierno que apuestan más por el apoyo a la mediana y gran empresa. También la más pequeña empresa, con una política fiscal, social y financiera adecuada, puede contrarrestar la tendencia del desempleo en los próximos meses.
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