La PARADA: Una aproximación sin censuras
Por: Guillermo Pérez Herrera
1.1. Un poco de historia
La historia de este mercado mayorista se remonta al año 1945 cuando unos terrenos cedidos por la familia italiana Cánepa fueron inaugurados para ser un mercado de gente provinciana que ofrecía sus productos en La Victoria.
La historia de este mercado mayorista se remonta al año 1945 cuando unos terrenos cedidos por la familia italiana Cánepa fueron inaugurados para ser un mercado de gente provinciana que ofrecía sus productos en La Victoria.
El mercado Mayorista y Minorista de Lima fue adoptando el nombre de La Parada debido a
este lugar era el paradero final de los camiones provenientes del interior del
país.
Además, era muy popular por los exquisitos caldos de gallina o arroz con frijoles, hechos con productos frescos, que ahí se ofrecían en las carretillas.
Además, era muy popular por los exquisitos caldos de gallina o arroz con frijoles, hechos con productos frescos, que ahí se ofrecían en las carretillas.
El poblamiento del Cerro San Cosme es
consecuencia de éste movimiento comercial que implicaba migración, iniciado en
1946, símbolo de la barriada limeña.
El agricultor y comerciante provinciano dejaba su mercadería y luego con dinero se convertía en un cliente en búsqueda de artículos complementarios, como artefactos, muebles, artículos ferreteros, ropa, etc. Es así como la Parada se llega a diversificar y a “zonificar”.
El agricultor y comerciante provinciano dejaba su mercadería y luego con dinero se convertía en un cliente en búsqueda de artículos complementarios, como artefactos, muebles, artículos ferreteros, ropa, etc. Es así como la Parada se llega a diversificar y a “zonificar”.
Ya en 1950 existían establecimientos
formales dedicados a la venta de telas en los alrededores del Jirón Gamarra
pertenecientes a familias de origen árabe, como Emilio Farah Sedan. Se instalan
también Los Mufarech, así también otros empresarios textiles como Eduardo Salem
y Raúl Abusabal. En el Jirón Antonio Bazo cuadra 7, Moisés Zilberman, de origen
judío, fundó la empresa ZILTEX, fábrica de tapasoles, cortinas y confecciones
con fibras sintéticas.
Esto facilitó la oferta y transacción de productos textiles en la zona ya que se convirtieron en proveedores de almacenes, comerciantes interprovinciales, así como de ambulantes de productos textiles que se establecieron en la zona de La Parada y especialmente para la zona del cruce de Aviación con Unanue, como un brazo que llegaría a Gamarra (Al costado de La parada y centro motor de la industria textil en el Perú)en pocos años, para establecerse definitivamente.
Esto facilitó la oferta y transacción de productos textiles en la zona ya que se convirtieron en proveedores de almacenes, comerciantes interprovinciales, así como de ambulantes de productos textiles que se establecieron en la zona de La Parada y especialmente para la zona del cruce de Aviación con Unanue, como un brazo que llegaría a Gamarra (Al costado de La parada y centro motor de la industria textil en el Perú)en pocos años, para establecerse definitivamente.
En el año 1980, a raíz de la liquidación de la
Empresa Pública de Servicios Agropecuarios (EPSA), como una empresa de
propiedad directa del Estado asignada al Ministerio de Agricultura, hasta que
mediante Decreto Supremo N° 209-85-EF del 17 de mayo de 1985, sus acciones
fueron transferidas en propiedad a Inversiones COFIDE S.A (ICSA). En diciembre
de 1987 mediante contrato de compra – venta, ICSA transfiere la totalidad de
las acciones de EMMSA a favor del Concejo Provincial de Lima.
De esta manera, bajo el Acuerdo Nº 023 del Consejo Provincial de
Lima de fecha 26 de enero de 1989; EMMSA fue incorporada como una empresa
municipal de derecho privado, organizada bajo la forma de sociedad anónima con
autonomía económica y administrativa, y con acciones de propiedad directa de la
Municipalidad de Lima Metropolitana. EMMSA se rige por su Estatuto Social,
las disposiciones de carácter presupuestal emitidas por la Dirección Nacional
de Presupuesto Público, y en forma supletoria por la Ley General de Sociedades
N° 26887; asimismo, EMMSA está sujeta al control del Consejo Metropolitano, de
acuerdo a lo dispuesto en la Ley N° 27972 – Ley Orgánica de Municipalidades y
Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la
República – Ley N° 27785.
Fue a partir del 23 de marzo del 2004, que la Empresa de
Mercados Mayoristas S.A. (EMMSA) cambio su denominación por la de Empresa
Municipal de Mercados S.A. (EMMSA), ampliando de esta manera sus funciones.
En tal sentido, EMMSA tiene por objetivo dedicarse a la
administración, control, supervisión y dirección de los mercados públicos, sean
estos mayoristas o minoristas, existentes en la Provincia de Lima; promocionar
y participar en la construcción de nuevos mercados con la finalidad que se
garantice el abastecimiento de productos alimenticios en general para la ciudad
de Lima; asimismo, la sociedad podrá normar los regímenes internos de
administración de cada uno de estos mercados, conceder el uso de sus
instalaciones y otorgar los contratos de concesión respectivos, fijar las
obligaciones y derechos de los concesionarios, fijar el régimen compensatorio
por tales concesiones y demás asuntos conexos y/o afines con los entes
enunciados.
En este escenario, EMMSA, administró este Mercado, con un tamaño
de tres hectáreas, cediendo a la presión que implicaba, la entrada de mayores
camiones, la tugurización de los otrora puestos mayoristas, y haciendo “vista
gorda” del sub arrendamiento que hacían los concesionarios mayoristas, a terceros , llegando a cobrar hasta 3000 mil
soles diarios por este ilegal arrendamiento. Los estibadores descargando bultos
de hasta 180 kilos, se constituyeron en una Federación Sindical, denominada
FETTRAMAP, quienes desde 1970, pugnaron por luchar, por sus derechos logrando,
en la era actual la dación de las leyes 29088 y 25047, que le otorgan
beneficios y la regulación de los pesos hasta un máximo de 50 kilos . Asimismo
dos sindicatos de carretilleros, que suman unos dos mil hombres de todas las
edades, que se encargaban de trasladar los productos a los compradores, desde
el interior de las instalaciones hasta los exteriores del mercado.
El irregular crecimiento del mercado, la pobreza reinante y los “copamientos”
irregulares de grupos, que se fueron formando en una lógica fraudulenta, llevaron
a un panorama donde convivían casi 6000 vendedores ambulantes, desde los que
con dificultad ganaban, el mínimo para sobrevivir, hasta los comerciantes que
usaban el espacio público en calidad de minoristas, cuyos ingresos eran
elevados, llegando a completar más de 3000 o 4000 soles mensuales, unos 1400 dólares
al cambio actual, pasando por personas, que eventualmente, transitaban por los
alrededores tratando de vender alguna mercadería.
2. Una mirada al problema
La falta de orientación estatal, el desorden imperante, la
lógica de improvisar políticas municipales, la inercia del Gobierno Central, la
acción de los operadores del uso indebido del espacio público, el atractivo de
oferta y demanda, que alentaba la venida de mayores vendedores en el espacio
público, de distintos lugares de Lima, hasta hace escasos tres años, llevaron, a
convertir , los alrededores de La Parada , adicionalmente, a un territorio
peligroso, en diferentes horas del día, asaltos en todas sus modalidades,
prostitución, drogadicción y consumo de alcohol , a vista y paciencia de
autoridades y ciudadanía, aunando a ello, la acumulación impresionante de
desechos, que diariamente se deterioraban ocasionando, cuadros patéticos de
insalubridad y foco visible de plagas, especialmente de ratas , que en horas
vespertinas, se paseaban abiertamente por las calles.
Aparentemente, y, como era voz populi, si en algún momento,
alguna autoridad local, buscaba solucionar el problema del ordenamiento, era
subordinada, por acciones de violencia o por las denominadas “bolsas”, que no
eran otra cosa que sobornos.
La construcción de las instalaciones del tren eléctrico, la
insuficiencia y precariedad total del Mercado Mayorista, tanto
en lo interno, como en lo externo, fueron los primeros clarinazos, de la
necesidad de optar por un nuevo mercado eficiente, y realmente, acorde a las
necesidades de la población limeña, que hoy frisa, en más de 9 millones de personas.
La actual administración municipal, optó por iniciar este
proceso, y obviamente tuvo sus primeros opositores en quienes concesionan a
terceros los espacios del deteriorado mercado, así como de las “mafias” que cobran
cupos, tanto a quienes se asientan con sus camiones, en las afueras del
mercado, como a quienes se ven en la necesidad de usar el espacio público, como
también, en este mismo sentido, a las organizaciones
delictivas, que crecieron al amparo, de la impunidad y la falta de iniciativa
del Estado.
La asonada de La Parada, aún se está investigando, pues, es
cierto, que la Municipalidad nunca ordenó un desalojo, sólo colocó los
parantes, para ir aplicando la ordenanza de regulación, que impidiera, el
ingreso irregular de transportistas, dado que ya estaba consignada la
aplicación y funcionamiento del nuevo Mercado Mayorista de Lima, en el distrito
de Santa Anita. Se deduce, que este incidente, fue provocado por quienes
manejan intereses en el sector, que ya hemos explicado y arrastraron a
trabajadores, que se veían en la necesidad de sobrevivir a como dé lugar en la
zona.
Para sintetizar, hoy, el juez Malzón, reconocido juez corrupto,
sancionado infinidad de veces, ha dado un fallo de Habeas Corpus, favoreciendo
el retorno al Mercado de La Parada, en medio de evidentes irregularidades
legales, a todas luces reconocidas por expertos y autoridades en la materia.
3.
La perspectiva Si o Si
Por su parte, los estibadores terrestres y carretilleros, que ya
se encuentran ubicados en el Mercado de Santa Anita, han suscrito sendos
acuerdos de entendimiento con EMMSA, camino a su reinserción, más de tres mil
trabajadores, denominados minoristas, para efectos de procesos de reconversión,
que se acogieron a la formalización, acaban de
pactar la construcción de un Mercado junto al Mercado Mayorista de Santa Anita,
denominado “La Tierra Prometida” , mientras que se mantiene abierto el diálogo
con otros sectores minoritarios, e igualmente importantes, para la actual
administración municipal. Los Mayoristas, que al principio, se mostraron reacios
al traslado, ya están instalados en dicho lugar y sienten que su esfuerzo, se
puede venir abajo, por la irregular ocupación de La Parada, al amparo del fallo
Malzon, y, donde se viene alentando una construcción, que nunca estuvo en la agenda,
percibiéndose otra intencionalidad, que no es precisamente la más transparente
y proactiva.
No se puede argüir, que la Parada y sus alrededores, sean hoy,
el refugio de los pobres, es el objetivo, de quienes han detentado poderes
fácticos en su seno, y, que finalmente, su real interés es apropiarse de un
terrenos de tres hectáreas, cuyo costo, por M2, es el más alto de Lima y tal
vez del Perú y que es imprescindible avanzar a una Lima inclusiva, saludable, participativa,
dialogante y respetuosa del buen vivir y de la institucionalidad.
Estando el Perú, amenazado por la violencia estructural, que en
los 20 años anteriores, tuvo a Sendero Luminoso y al terror en todas sus
formas, como sus lamentables agentes,
hoy es la delincuencia organizada, el narcotráfico y sus secuelas y la
corrupción, sus peligros ostensibles, a los cuales, se tiene que combatir, para
aspirar a un país, que junto a su crecimiento económico, instale una sociedad
del respeto a los derechos de las personas, a las leyes y su real aplicación, y,
a la distribución equitativa de las bondades del alza económica. Apostar en
contrario sería fatal.
A mi entender , en este cuadro dramático, persistir en La
Parada, es apostar a la sinrazón, al caos y al desmembramiento, en medio de
sufrimientos colectivos, que no deben regresar jamás.
Hay que estar viviendo de cerca este cuadro social, para
entender, lo que verdaderamente está sucediendo en la Parada, que podría ser el
ensayo frenético y grandilocuente, de quienes, desde las sombras creen en la
sinrazón y la violencia, como únicas herramientas para lograr cambios y nuevas
formas de vida en el país.
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